La familia creía que, por su edad, la niña estaba imaginando cosas. No obstante, todo cambió cuando comenzaron a ver un par de abejas volando dentro de la casa.
Cuando son pequeños, los niños y niñas tienen una imaginación desbordante. Es por esto que sus padres no le creyeron a Saylor Class, una menor de 3 años que se quejaba de que habían monstruos en la pared de su habitación.
“Incluso le dimos una botella de agua y le dijimos que era un spray contra los monstruos, para que pudiera rociarlos durante la noche”, contó su mamá, Massis Class, a la BBC.
Poco sabían que la niña estaba en lo cierto. Efectivamente había algo detrás de sus paredes: más de 60.000 abejas que habían hecho su panal en la pieza de la niña y cuyo ruido la atemorizaba por las noches, cuando todo estaba en silencio.
Así fue cómo lograron encontrar a las abejas.
Cómo encontraron 60.000 abejas en la pared de una niña en Estados Unidos
La familia vive en una casa de campo de más de 100 años en Carolina del Norte, Estados Unidos. Es ahí donde su hija pequeña les aseguraba que habían monstruos que la molestaban por las noches y no la dejaban dormir.
Después de pasar por alto las quejas de la pequeña por mucho tiempo, la madre comenzó a notar que varias abejas estaban revoloteando por la casa, cerca del ático y de la chimenea.
Entonces, decidieron llamar a un apicultor para que pueda identificar de dónde provenían los insectos. Y grande fue la sorpresa cuando se dieron cuenta que en las tablas del ático, encima del cuarto de la niña, había una colmena de más de ocho meses, que pesaba 45 kilogramos y que tenía más de 60.000 abejas en su interior.
Así supieron que los “monstruos” que escuchaba la menor eran en realidad los zumbidos de las abejas.
Según el especialista que acudió a la casa, nunca había visto una colmena que llegara tan profundo dentro de una pared. “Simplemente salieron como en una película de terror”.
“Simplemente salieron como en una película de terror”, afirmó la madre.
Afortunadamente, el apicultor pudo trasladar a todas las abejas hacia un santuario, donde serán protegidas.