Conozcan al nuevo dinosaurio chileno: el Arackar licanantay

Es la tercera especie que se descubre en el país. Pertenecía a los titanosaurios, un grupo de los que han sido denominados como los "de cuello largo". Se estima que vivió en lo que hoy es Copiapó hace no más de 80 millones de años. Ya está disponible una ilustración de cómo habría sido este animal.

Lo bautizaron Arackar licanantay.

Y ese nombre se lo pusieron en honor al kunza, que es el lenguaje atacameño: arackar significa "osamenta" (conjunto de huesos que sostiene la estructura de un vertebrado) y licanantay, "atacameño".

Dentro de los saurópodos —más conocidos como los "dinosaurios de cuello largo"—, están los titanosaurios que, con cuatro patas, tienen entre sus integrantes al grupo de especies más grandes que ha pisado la tierra, con sus largas colas y extensos cuellos, como lo son el Patagotitan mayorum y el Argentinosaurus huinculensis, que medían más de treinta metros de longitud y pesaban más de 70 toneladas.

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Ilustración de un grupo de Argentinosaurus.[/caption]

Y se ubicaron principalmente en los territorios que actualmente componen Sudamérica, cuando el continente ya se separaba de África durante el periodo Cretácico, hace unos 100 millones de años.

Dentro dicho grupo (el concepto científico es crado) se encuentra el Arackar licanantay, que es la tercera especie nueva (no aviar) que se descubre en Chile, luego del Chilesaurus diegosuarezi y el Atacamatitan chilensis.

Cómo lo descubrieron

En 1993, unos 75 kilómetros al sur de Copiapó, un geólogo chileno, Carlos Arévalo, estaba mapeando un terreno para una minera. Fue ahí donde, casualmente, encontró unos huesos que asomaban en la superficie, tales como restos de vértebras, fémures, pelvis y húmeros.

En ese entonces, el paleontólogo José Iriarte y los estudiantes de biología, Alexander Vargas y David Rubilar, pensaron que podía haber algo nuevo ahí.

Así, entre el 2006 y 2011, pudieron financiar tres campañas de excavación en busca de más restos. Aunque no tuvieron la suerte que esperaban, no había nada que pudiera relacionarse con lo encontado años atrás.

Pero eso no era tan terrible.

Con los huesos que ya habían, tras años de análisis y revisiones bibliográficas, lograron adjudicar estos restos a una nueva especie, el Arackar licanantay.

El descubrimiento se materializó con la publicación de un artículo en la prestigiosa revista científica Elsevier, tras un trabajo que también incluyó a científicos como el argentino Bernardo González, Jhonatan Alarcón, Alexander Vargas y Sergio Soto.

Un pequeño gigante

Según la investigación de los paleontólogos, esta especie habría sido muy parecida al Rapetosaurus, animal del que se han encontrado muchos fósiles en Madagascar y del cual se tiene una idea bastante clara de cómo era.

En base a ello, pudieron hacer una reconstrucción de la apariencia que habría tenido este tercer dinosaurio chileno.

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Un esqueleto muy completo del Rapetosaurus.[/caption]

Se concluyó que este espécimen en particular era casi un adulto, de cabeza pequeña, y que habría medido poco más de seis metros de longitud. Probablemente, si hubiera vivido algunos años más, habría alcanzado como máximo los ocho metros de largo. Se estima que vivió entre unos 80 a 66 millones de años atrás.

"Es interesante porque, dentro de estos dinosaurios, el Arackar licanantay es una especie pequeña", dijo David Rubilar, jefe del área de paleontología del Museo Nacional de Historia Natural.

"En este lado de la cordillera al parecer se dieron formas mucho más chicas. Nada en comparación a lo que se ha encontrado en la Patagonia argentina, donde llegaron a existir unos verdaderos monstruos de 30 metros", detalló.

En tanto, Alexander Vargas, director de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile, explicó que los titanosaurios como este, no tenían garras ni dedos en las patas delanteras, por lo que apoyaban el peso de su cuerpo en sus "nudillos".

También en vista de los descubrimientos de los últimos años, los cuales sugieren que muchas especies tenían plumas, Vargas aseguró que los saurópodos son "el único grupo de dinosaurios a la que no le ha encontrado nada parecido a pelos y plumas".

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Reconstrucción del esqueleto del nuevo dinosaurio chileno.[/caption]

Un lago en Copiapó

Sobre la ilustración que realizaron del Arackar, Vargas mencionó que las que suelen hacerse de los saurópodos suelen quedar como si estos "hubieran tenido piel de elefante, con pequeñas arruguitas como cuadriculadas", dijo. "Pero la mayoría están mal".

"Estamos viendo una de las pocas reconstrucciones que está efectivamente bien fundada en lo que es la evidencia de piel fósil", destacó sobre el trabajo conjunto que hicieron con el ilustrador digital Mauricio Álvarez.

Además, los paleontólogos mostraron cómo habría sido el suelo copiapino en que vivió este animal hace millones de años.

Se presume que esos tiempos fueron un período muy cálido y húmedo, en que la temperatura media anual del planeta era 5°C mayor que la actual. Y sobre esta zona en particular, en el norte de Chile, se piensa que había un clima que no superaba los 24°C, similar a la actualidad

Sin embargo, con una cordillera de Los Andes que aún se encontraban en crecimiento, hacia fines del Cretácico, la zona no era tan seca como hoy.

Estos animales vivían en un ambiente en que predominaban las cicadáceas y coníferas como las araucarias, que habrían sido componentes de de la dieta de estos herbívoros. También había distintos tipos de helechos y algunos tipos de arecáceas (palmeras).

En ese entonces, uno de los grandes avances evolutivos del mundo vegetal, las flores, recién se estaban desarrollando y expandiendo.

Según la investigación, los restos del Arackar se encontraron en lo que, hace miles de años, fue el fondo de un lago.

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Ilustración del Arackar licanantay hecha por Mauricio Álvarez.[/caption]

Sobre los titanosaurios, Rubilar dijo que "me interesan bastante los más pequeños, porque pueden indicar una tendencia a la disminución de tamaño por el entorno. Pero para responder a esa pregunta se necesita mucho más trabajo".

Pese al gran avance que significa ese descubrimiento, el propio investigador advirtió que el nombre Arackar licanantay y el cómo se relaciona esta con otras especies, es una hipótesis. "Entonces esto la ciencia lo va revisando constantemente, y con el avance científico hay cosas que se van consolidando, y otras van cambiando", explicó. "Esa movilidad es lo que lo hace tan atractivo".

Revisa su presentación

https://youtu.be/rFruahoxyKg

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