Paul McCartney y 400 figuras del entretenimiento se van contra la inteligencia artificial en una carta para Trump

Diversas estrellas de Hollywood exigen que se mantengan protecciones de copyright ante el auge de la IA

Más de 400 figuras del entretenimiento, incluyendo a leyendas como Paul McCartney, directores como Alfonso Cuarón y actrices como Cate Blanchett, presentaron una carta en la que solicitan al gobierno de Trump que no debilite las leyes de derechos de autor en favor de las empresas de inteligencia artificial.

A través de la carta, los creativos reemarcan que la industria creativa genera $229 mil millones en salarios anualmente, por lo que los firmantes advierten que las compañías tecnológicas buscan explotar obras protegidas sin compensación justa.

En ese escenario, basta remarcar que compañías como OpenAI (ChatGPT) y Google piden exenciones para entrenar sus modelos con material con derechos de autor, argumentando que esto fortalecería la posición de Estados Unidos en la carrera global de IA contra China.

Sin embargo, el sector creativo defiende que el marco legal ya permite la innovación sin sacrificar los derechos de los creadores. La carta fue enviada a la Casa Blanca antes del cierre del periodo de comentarios sobre el Plan de Acción de IA.

La siguiente es la carta completa, firmada además por los directores Guillermo del Toro, Sam Mendes y Taika Waititi; las actrices Marisa Tomei y Aubrey Plaza; los actores John Leguizamo, Mark Ruffalo y Sam Rockwell; los guionistas y productores Damon Lindelof, Rian Johnson, Cord Jefferson y Ava DuVernay; los músicos Janelle Monáe y Paul Simon; y los comediantes Chris Rock y Patton Oswalt, entre otros.

Nosotros, los miembros de la industria del entretenimiento estadounidense —que representamos a cinematógrafos, directores, productores, actores, guionistas, estudios, productoras, músicos, compositores, diseñadores de vestuario, sonido y producción, editores, jefes de iluminación, miembros de sindicatos y de la Academia, y otros profesionales dedicados y creativos del contenido— presentamos esta declaración unificada en respuesta a la solicitud de la Administración de información sobre el Plan de Acción de IA.

Creemos firmemente que el liderazgo global de Estados Unidos en IA no debe ir en detrimento de nuestras industrias creativas esenciales. La industria estadounidense de las artes y el entretenimiento sustenta más de 2,3 millones de empleos en Estados Unidos con más de 229 000 millones de dólares en salarios anuales, a la vez que sienta las bases de la influencia democrática y el poder blando estadounidenses en el extranjero. Sin embargo, las empresas de IA buscan socavar esta fortaleza económica y cultural debilitando la protección de los derechos de autor de las películas, series de televisión, obras de arte, textos, música y voces utilizadas para entrenar modelos de IA, que son la base de valoraciones corporativas multimillonarias.

No se equivoquen: este problema va mucho más allá de la industria del entretenimiento, ya que el derecho a entrenar a la IA en todo el contenido protegido por derechos de autor afecta a todas las industrias del conocimiento de Estados Unidos. Cuando las empresas tecnológicas y de IA exigen acceso sin restricciones a todos los datos e información, no solo amenazan películas, libros y música, sino el trabajo de todos los escritores, editores, fotógrafos, científicos, arquitectos, ingenieros, diseñadores, médicos, desarrolladores de software y demás profesionales que trabajan con computadoras y generan propiedad intelectual. Estas profesiones son la base de cómo descubrimos, aprendemos y compartimos el conocimiento como sociedad y como nación. Este problema no se limita al liderazgo en IA ni a la economía y los derechos individuales, sino al liderazgo continuo de Estados Unidos en la creación y posesión de valiosa propiedad intelectual en todos los campos.

Es evidente que Google (valorada en 2 billones de dólares) y OpenAI (valorada en más de 157 000 millones de dólares) abogan por una exención gubernamental especial para poder explotar libremente las industrias creativas y del conocimiento de Estados Unidos, a pesar de sus sustanciales ingresos y fondos disponibles. No hay razón para debilitar o eliminar las protecciones de derechos de autor que han ayudado al florecimiento de Estados Unidos. No cuando las empresas de IA pueden usar nuestro material protegido por derechos de autor simplemente haciendo lo que exige la ley: negociar las licencias correspondientes con los titulares de los derechos de autor, como hacen todas las demás industrias. El acceso al catálogo creativo estadounidense de películas, textos, contenido de video y música no es una cuestión de seguridad nacional. No requiere una exención impuesta por el gobierno a la legislación vigente sobre derechos de autor de Estados Unidos.

Estados Unidos no se convirtió en una potencia cultural mundial por casualidad. Nuestro éxito se deriva directamente de nuestro respeto fundamental por la propiedad intelectual y los derechos de autor, que recompensa la toma de riesgos creativos de estadounidenses talentosos y trabajadores de todos los estados y territorios. Durante casi 250 años, la legislación estadounidense sobre derechos de autor ha equilibrado los derechos de los creadores con las necesidades del público, creando la economía creativa más dinámica del mundo. Recomendamos que el Plan de Acción Estadounidense sobre IA respete los marcos de derechos de autor existentes para mantener la fortaleza de las industrias creativas y del conocimiento de Estados Unidos, así como la influencia cultural estadounidense en el extranjero.

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