“Los buenos días, dependen de las buenas noches”, el neurólogo Gabriel Abudinén explicó los efectos que puede provocar un mal despertar.
A muchos les cuesta despertarse en la mañana y peor aun cuando el frío es inevitable y las ganas de quedarse en la cama son más grandes.
Es por esto que muchas personas deciden posponer la alarma un par de veces y recién se levantan cuando suena la última alerta, sin embargo, esto podría ser dañino para la salud.
En conversación con T13, el neurólogo y especialista en trastornos del sueño de la Clínica Somno, Gabriel Abudinén, confirmó un estudio que se ha hecho viral en Estados Unidos respecto a este tema.
El experto señaló que “el dormir no solamente depende de nosotros, sino que también de nuestro ambiente” y agregó que nuestro cerebro funciona como un niño de cinco años, por lo que no tiene claridad de cuándo hay que dormir y cuándo debemos despertar, “frente a eso nosotros tenemos que inculcarle frente a movimientos ambientales cuándo tenemos que acostarnos y cuándo no”.
“Por ejemplo, uno de ellos es la postura corporal. Si yo estoy de pie, mi cerebro piensa que tengo que estar en vigilia, y si yo estoy acostado mi cerebro piensa que yo tengo que estar durmiendo”, continuó.
Esto quiere decir que cuando las personas se quedan en la cama dándose vueltas se le da información errónea al cerebro y este piensa que hay que estar despierto cuando hay que estar en la cama, “entonces ahí viene el problema de estar con un sueño superficial, sobre todo al inicio y al despertar”, indica el especialista.
Efectos de posponer la alarma
“Entonces lo que se sugiere y lo que se aconseja, es que cuando tengamos una alarma, levantarnos al tiro y no posponerla”, advierte Gabriel.
Por otro lado, el especialista en trastornos del sueño señala que si bien al sonar la alarma las personas pueden quedarse un par de minutos en la cama, “pero posponer la alarma más de diez, quince minutos, no es muy aconsejable”.
“No hay que volver a dormir, no hay que volver a espaciar las alarmas, sino que cuando suene una alarma tienes que levantarte al tiro”, señala, ya que “el dormitar también es un poquito de sueño, somnolencia, y eso también nos afecta en la arquitectura del sueño”.
En cuanto a los efectos de posponer la alarma, Gabriel Abudinén indica que “cuando nosotros tenemos una arquitectura del sueño alterada, producto de por ejemplo no nos levantamos con la primera alarma o vemos mucha tele en la noche, claramente nuestro sueño no va a ser reparador”.
Un sueño no reparador donde la persona no descansa por las noches, afectará en actividades como planificaciones, realizar acciones que normalmente tomarían un corto período de tiempo, en largos y tediosos momentos.
Además, el experto señala que se pueden experimentar “problemas de irritabilidad, de fatiga, de somnolencia diurna, entonces todas esas cosas van a hacer que nuestras acciones en el día no las hagamos de forma correcta, nos cueste mucho poder llevar ese día con nosotros, entonces frente a eso entre mejor nosotros ordenamos nuestro sueño en la noche, mejor nuestro día va a ser”.
“Hay una frase muy buena que nosotros tenemos en la clínica: ‘Los buenos días, dependen de las buenas noches’”, concluyó.