Las imágenes del líder espiritual de 87 años junto al menor escandalizaron al mundo. El pequeño y su madre, sin embargo, agradecieron la experiencia.
El Dalai Lama se vio envuelto en un escándalo hace unos días, luego de que se difundieran unas imágenes en las que se le ve junto a un niño en un acto público. Hasta allí todo parece normal. Pero es lo que sigue lo que generó el escándalo y una ola de acusaciones en su contra: aun frente a la presencia de cámaras, el líder espiritual de los tibetanos le pide al menor que “chupe” su lengua.
“Su Santidad”, como le llaman, se disculpó “con el niño y su familia, así como con sus muchos amigos en todo el mundo” algunas horas más tarde, mediante un comunicado en el que apuntó que “a menudo bromea con las personas que conoce de una manera inocente y juguetona, incluso en público y ante las cámaras”.
De todos modos, pese a que en el videoclip —que se viralizó en tiempo récord— se aprecia claramente al Premio Nobel de la Paz besando al pequeño en sus labios, la respuesta por parte de él y su familia sorprendió a todos.
Claro, porque en una entrevista que concedió a Voice of the Tibet, el niño explicó qué hacía allí y cómo se sintió.
Luego de aclarar que asistió junto a su madre a la santificación de un recinto en Dharamsala, dijo que “fue increíble conocer a su santidad. Creo que es una gran experiencia conocer a alguien con tanta energía positiva”.
Más tarde, insistió en esa idea: “Es una sensación muy agradable conocerlo y obtienes mucha energía positiva. Pero no solo eso, una vez que obtienes esa energía positiva, creo que eres más feliz y sonríes mucho más. Fue una muy buena experiencia del todo”.
Su madre, Payal Kanodia, en tanto sostuvo estar “totalmente agradecidos por haber recibido esta bendición de Su Santidad”.
“Él vino, se dirigió a nosotros en persona y nos enseñó sobre la paz que el mundo necesita y cómo todos deben sentirse juntos como hermanos y hermanas. No puedo expresar cómo me siento al ser bendecida por él”, completó.