Nadie entiende todavía cuál fue la jugada que intentó el muchacho, pero le salió mal. “Sabía que no iba a tener sexo con una persona que estaba disfrazada de Batman en la primera cita”, dijo ella.
Esto ocurrió en Buenos Aires a una joven de 29 años, que conoció hace unos meses a un hombre por medio de la reconocida app de citas Tinder.
Resulta que ella, Mariana, nombre que utilizó para resguardar su verdadera identidad, y Gonzalo, el otro protagonista de esta particular historia, quedaron de verse en el departamento de él.
“¿Sabés qué? Va a ser más fácil si subís directo porque tengo la comida en el horno. Y mi miedo es que se me queme la carne”, recuerda que le dijo Gonzalo esa tarde a través del portero eléctrico, cuando llegó al lugar acordado.
Ella, todavía sin sospechar nada de lo que le aguardaba, hizo caso a sus instrucciones. Subió entonces por el ascensor hasta el piso 8. “Cuando bajé sentí el olor a comida y tuve esa sensación que la iba a pasar bien”, confesó en una conversación distendida con el medio trasandino Todo Noticias.
“Pero esa idea se me derrumbó cuando abrí la puerta”, añadió enseguida.
Claro, del otro lado de la puerta lo esperaba Gonzalo, su cita de turno, ataviado… ¡con el traje de Batman! Hasta con la máscara:
“Toqué el timbre, esperé otros pocos segundos y apareció. Estaba disfrazado de Batman, con la máscara incluida. Se la sacó solo para saludarme y volvió a ponérsela”, precisó Mariana.
La joven de 29 años, a pesar de lo que veía, decidió pasar: “‘¿Querés que sea tu batichica?’, le respondí en broma apenas lo vi. Quedé con la boca abierta, con ganas de reírme pero sorprendida”.
Gonzalo, con quien había charlado cerca de una semana antes de la invitación, le preparó papas españolas con guarnición. También abrió un vino tinto y dispuso de dos copas para compartir. El tema es que todo eso lo hizo con la máscara de Batman puesta.
“Me senté en la mesa y seguía así. No me daba para sacarle una foto porque lo iba a notar. Luego cenamos, él continuaba en su juego. Me dijo si me quería quedar, pero le respondí que era tardísimo y me tenía que ir. Ahí se sacó la máscara y nos reímos los dos. Sinceramente nunca supe cuál era su morbo”, explicó ella.
Y completó: “Claramente no tuvimos intimidad. Cuando me abrió la puerta y abrí la boca, esa fue mi expresión. Él me devolvió una sonrisa sin mostrar los dientes. Charlamos, hablamos, pero sabía que no iba a tener sexo con una persona que estaba disfrazada de Batman en la primera cita”.