El joven procesaba la droga en la pieza de su casa, donde vivía con el resto de su familia. Sus padres pensaban que el “laboratorio” que tenía armado era parte de sus estudios.
Es ingeniero en Biotecnología, está cursando un doctorado en Química en la Universidad de Chile y, en sus tiempos libres, se dedica a procesar una droga alucinógena en su casa, en la comuna de Buin.
Ese es el perfil del hombre que fue formalizado hace pocos días por los delitos de elaboración y tenencia de sustancias prohibidas. Y es que habría montado un “pequeño laboratorio” ilegal en su domicilio. donde producía la “Molécula de Dios” (dimetiltriptamina, más conocida como DMT), una droga alucinógena y con alto riesgo tóxico para la salud, para después venderla a través de las redes sociales.
Esto es todo lo que se sabe del “Walter White” de Buin.
El ingeniero que producía droga en su casa en Buin
Tal y como lo hacía Walter White, en la popular serie Breaking Bad, este ingeniero era la única cabeza detrás de su mini imperio de drogas. Él se encargaba de procesar el narcótico con sus propias manos, lo mezclaba con otros componentes y después los introducía en vapeadores para su venta.
“Es un joven muy talentoso, que fue premiado. Sacó excelencia académica en los cinco años de estudios”, relató a LUN Alejandra Vargas, persecutora de la Fiscalía Metropolitana Occidente. “Tiene estudios serios en química y bioquímica”.
Fue en Internet que las autoridades detectaron al ingeniero. “Un día supimos que iba a dejar una encomienda y logramos a través del Ministerio Público una orden para abrir el paquete y ver si efectivamente era DMT (...)”, le dijo al mismo medio el comisario Gonzalo Santander, subjefe de la Brigada Investigadora de Sustancias Químicas Controladas (Brisuq) de la PDI.
“En este caso, comprobamos que se trataba de la droga”.
Fue así cómo lograron incautar 5,4 kilos de la planta mimosa hostilis, que es de donde se obtiene esta molécula DMT. Sin embargo, esta no crece en Chile, por lo que la policía sospecha que fue ingresada al país ilícitamente desde Brasil.
Pero el ingeniero iba más allá. No vendía el producto en bruto, sino que hacía una serie de procesos químicos para extraer la dimetiltriptamina en formato de cristales y después lograr introducirlos en un vaper o cigarrillo electrónico. Todo esto en la pieza de su casa.
Las 10 dosis las vendía en $250.000 pesos chilenos.
“Vivía con su familia, pero cuando les preguntamos por el laboratorio, nos dijeron que pensaban que se trataba de cosas de químicos, de su carrera”, indicó la autoridad.
El joven se encuentra en prisión preventiva tras su formalización.