“Las cosas que me hizo tu hermano no tienen justificación y si no acudo a la policía hoy es solo porque sé que se hundiría en la cárcel “, había escrito previamente la chilena a su cuñada, días antes de ser asesinada.
Tiene 56 años, es profesor y herrero y está en prisión preventiva por ser el único imputado y sospechoso del asesinato de Margarita Bascuñán (51), una chilena que vivía en Argentina. Se trata de Fabián Romero, el hombre que se casó con la víctima en 2021 y quien sería el responsable de su muerte.
Romero llevó a Margarita a urgencias ya fallecida el 17 de abril de 2022. Le aseguró a los médicos que había tenido un accidente doméstico y que no sabía por qué seguía inconsciente. Sin embargo, el personal de salud se percató de que las lesiones que presentaba su cuerpo no correspondían a lo que el hombre relataba.
Es por esto que fue denunciado a la policía y ahora, en el juicio que comenzó este 8 de abril, enfrenta cargos por el delito de homicidio doblemente calificado por vínculo y violencia de género, equivalente al femicidio en nuestro país.
Quién es Fabián Romero, esposo y presunto asesino de Margarita Bascuñán
Fabián Romero y Margarita Bascuñán se habrían conocido el año 2020 en un viaje a Machu Picchu. “Se enamoró como nunca se había enamorado”, contó su hermano, Jorge Bascuñán, a CHV.
Tanto así que un año después se casaron y se fueron a vivir juntos a Córdoba, Argentina.
Fue en su hogar donde, según la Fiscalía argentina, Romero habría asesinado a Bascuñán, después de haber discutido por una presunta infidelidad de parte de él. El hombre la habría agredido hasta provocarle la muerte.
Bascuñán presentaba un traumatismo craneoencefálico y hematomas e irritaciones cutáneas recientes.
“Yo no maté a mi mujer. El encarcelamiento que estoy sufriendo me causa una grave angustia, pero el no saber qué pasó con Margarita, si se golpeó al caerse una o más veces, o si fue víctima de agresión por un tercero, me causa un profundo dolor y desesperación”, dijo el imputado, aludiendo a su completa inocencia.
Sin embargo, parte de las pruebas en su contra son unas conversaciones a través de WhatsApp que sostuvo Margarita con su cuñada, Beatriz: “Las cosas que me hizo tu hermano no tienen justificación y si no acudo a la policía hoy es solo porque sé que se hundiría en la cárcel (…) Si vieras los golpes que ha dado y cómo tengo los brazos”, le escribió.