La nutricionista Alexandra Cremona señaló que esta medida es sostenible a largo plazo, a diferencia de las dietas extremas.
Cuando se trata de perder peso, muchos recurren a dietas estrictas o ayunos extremos, pero según expertos la clave está en reducir 200 calorías al día para obtener mejores resultados a largo plazo
Esta es la propuesta de la experta en nutrición y dietética, Alexandra Cremona, quien señaló al medio The Conversation, que las reducciones pequeñas y sostenibles son más efectivas que los recortes agresivos.
Cremona, nutricionista de la Universidad de Limerick, explica que estudios recientes muestran que déficits calóricos de entre 100 y 200 calorías diarias puede conducir a una pérdida de peso exitosa y sostenible.
“Con solo disminuir ligeramente las calorías cada día, estas reducciones graduales (de peso) son más efectivas que los recortes drásticos, ya que tienden a ser más fáciles de seguir”, señala la experta.

Esta estrategia es mucho más fácil de mantener que las dietas extremas que, en ocasiones, terminan siendo difíciles de seguir debido a los cambios hormonales y metabólicos que causan.
“Las hormonas tiroideas, que regulan el metabolismo, pueden disminuir, lo que lleva a una tasa metabólica más lenta. Además, los niveles de leptina disminuyen, lo que reduce la saciedad, aumenta el hambre y disminuye la tasa metabólica”, sostuvo Cremona.
Lo anterior se explica como que los efectos de una dieta severa pueden ser contraproducentes: al reducir drásticamente las calorías, el metabolismo se vuelve más lento y las hormonas, como la leptina, disminuyen, lo que genera más hambre. Por eso, la clave está en hacer ajustes moderados que permitan al cuerpo adaptarse sin sufrir los efectos negativos de una restricción calórica agresiva.
Cremona también señala la importancia de beber agua durante las comidas, ya que esto puede aumentar la saciedad, ayudando a reducir la cantidad total de alimentos consumidos.
Así que, si estás buscando perder peso de manera efectiva y sostenible, tal vez la respuesta sea más simple de lo que piensas: reducir las calorías, pero sin sacrificar tu bienestar.