En cuestión de un año y medio, la vida de Fernando Monserrat (43) dio un giro improbable: decidió prestarle atención a quienes lo comparaban con Pedro Pascal y se animó a interpretarlo. Ni el más optimista hubiera previsto la reacción, pero los resultados están ahí, a la vista de todos. Miles de seguidores en redes sociales, la gente lo confunde en la calle, decenas de eventos, matrimonios, campañas publicitarias, invitaciones hot, incluso una aparición en una película. Mientras ya tiene la aprobación de la tía del actor, se cuestiona profesionalizar el asunto. ¿Conocerlo en persona? Eso a Monserrat le roba el sueño.
Antes de abrirse paso un domingo de 2014 en las pantallas de HBO como Oberyn Martell —un príncipe atractivo, arrogante, promiscuo, impredecible, acaso la mayor incorporación de Game of thrones, serie top del momento— era en verdad muy poco lo que se hablaba o lo que se oía de Pedro Pascal, incluso aquí, en Chile, su país natal.
Su historia se ha hecho más conocida con el tiempo: Pascal nació en Santiago, pero huyó junto a su familia en plena dictadura, se crió en Estados Unidos entre el condado de Orange, California, y San Antonio, Texas, estudió en la Universidad de Nueva York y labró una prolífica carrera teatral con algunos papeles menores en televisión (en Buffy, la cazavampiros o La ley y el orden). La fama lo comenzaría a perseguir tarde, hace poco menos de una década, después de Game of thrones o tal vez durante Narcos, y definitivamente lo alcanzó con sus roles en The Mandalorian, The Last of Us o en la secuela de Gladiador. Ahora, con 49 años, ya superestrella, es a menudo nominado a los mejores premios y prestigiosas revistas lo ubican entre los hombres más sexys del mundo.
Fernando Monserrat, como muchos, se enteró de su existencia por el espléndido trabajo que desempeñó Pascal en la serie de HBO. A diferencia del actor, vive en Santiago, es vecino de La Florida, y dedica buena parte de su tiempo a una tienda de videojuegos, lo entusiasma el mundo geek. Tiene seis años menos, es de signo Libra y no Aries, y lo más probable es que nunca sea incluido en un ránking mundial por guapo. Pero de todos modos es posible rastrear similitudes entre él y Pedro Pascal. Ante todo, la apariencia: su parecido —aunque Monserrat se esmere en aterrizarlo— no se puede pasar por alto. Como tampoco, que el éxito también le llegó tarde:
—Yo trabajaba en una tienda en un retail y mucha gente iba a comprar juguetes. Dentro de esa gama, nosotros vendíamos funko pops, ¿ya?, y como justo estaba en la palestra Game of thrones, buscaban a Oberyn Martell —vuelve en el tiempo Monserrat—. Y de la nada, el pololo de una compañera mía del trabajo me dice: oye, tú te parecís a un actor de Game of Thrones. ¿A cuál? Y me dijo que al de Oberyn. Lo buscamos en Internet y claro, había ahí un parecido con Pedro, ¿cachái? Ese fue el primer acercamiento que tuve, como para investigarlo, pero no le tomé el peso.
En contexto, esto ocurrió una tarde de 2019 y debe entenderse como piedra angular de la ruta que lentamente puso en marcha Fernando Monserrat hacia una nueva identidad. Desde entonces se hizo cada vez más natural que la gente que pasaba por la tienda le hiciera el mismo comentario.
Las cosas llegaron a tal punto que, en un momento, con Pedro Pascal consolidado ícono pop bajo el traje del Mandalorian, al fin se propuso hacer algo al respecto. Interesado en el cosplay, actividad que cubría hace años en el canal de YouTube Live Factor, Monserrat se puso en contacto con el taller ZC Props y les encargó el atuendo del cazarrecompensas. La confección demoró cerca de un año y medio, lo estrenó en abril de 2023. Y a partir de ahí la historia, su historia, comenzó a tomar otro rumbo.
—¿Por qué demoraste tanto?
—Me demoré por pudor. Por una parte me dio pudor, miedo, vergüenza. Pero llegó el momento, esperé el momento preciso. En el evento de La Orden Gris, que se hace todos los años en el Museo Aeronáutico en Cerrillos. Fui tímidamente, no conocía a nadie, unos amigos me apoyaron y ahí, básicamente, estuve una jornada compartiendo con personas muy apasionadas de Star Wars. Estuve, sin mentirte, tres horas con el casco puesto y dije, ya, me lo voy a sacar. Una amiga iba conmigo y me decía: ¡sácate el caso, sácate el casco! Me lo saqué y la reacción ahí empezó a avanzar de a poquito, ¿cachái?
—Eventos gratuitos, pagados, cumpleaños, matrimonios, Festigame, Comic Con, campañas publicitarias, entrevistas en medios, miles de seguidores en redes sociales. Ha sido muy grande la reacción.
—Mira, si hablamos súper abiertamente, yo encuentro que tengo el parecido a Pedro, pero no tanto. O sea, no es una exageración. Pero a la gente le gusta, no sé si es por el personaje o la forma en que he llevado los personajes a que sean más cercanos a la gente. Yo creo que eso la gente lo valora más que el parecido. Y el acercamiento que he tenido ahora, con todo lo que hemos hecho, con las activaciones... mira, yo trato de hacer esto también para apoyarlo a él, para que la gente se sienta orgullosa de que hay un chileno triunfando en Estados Unidos, que está sacando la cara por el país. Y para que sepan que Pedro nunca se rindió. Él estuvo mucho tiempo tratando de salir adelante, trabajando de gogo dancer en España, trabajando muy under haciendo obras de teatro. Siento que todo lo que he hecho, lo he hecho de una forma tan orgánica y tan respetuosa, que la gente ha valorado eso. Y por eso se han ido sumando más seguidores.
Bajo el nombre de Pedro Pascual —la “Acuenta version from Chile”, como se anuncia jocosamente en Instagram, “con cariño, admiración y respeto”—, Fernando Monserrat en poco más de un año ha compartido más de seiscientas imágenes rindiendo tributo a los personajes esenciales del actor, incluso a su outfit en la premiación de los Emmy o a alguno más casual, y se acerca con paso firme a los cincuenta mil seguidores.
Cuenta que el dinero que ha recaudado principalmente como Mando le ha permitido avanzar en otros trajes. Hace poco, de hecho, participó en campañas con cines para publicitar la última película de Pascal, Gladiador 2, enfundado en la túnica y armadura de Marcus Acacius. También se presentó en la Comic Con de Argentina y tiene los pasajes para representar al país en la edición peruana, donde compartirá con el actor Joseph Quinn (el Emperador Geta).
—Hasta hace poco decías que se trataba de un hobby. ¿Aún lo ves así?
—Me he cuestionado un poquito el tema de seguir haciendo esto de manera más hobby o más profesional. Me gustaría mucho tener más tiempo para quizás hacer un curso de actuación, cursos de artes marciales. Cosa de poder estar preparado en caso de que llegue alguna oportunidad. No sé, yo tengo muchas ganas de ir a Estados Unidos el próximo año, en Comic Con, y quién sabe, se abren puertas, ventanas, haciendo esto. Podría haber un productor, algo, y me gustaría estar preparado.
—¿Sigues con tu trabajo en la tienda?
—En logística, trabajo de lunes a viernes. Me levanto todos los días a las cinco y media de la mañana y, de hecho, terminé hace muy poco de trabajar. Igual es matador, porque se suman las activaciones después, en la semana, o Avant Premiere de algunas películas. Fin de semanas los eventos, pagados, no pagados, más que nada para compartir con la gente. Entonces, igual es un poquito cansador, pero definitivamente vale la pena.
—¿Ha cambiado algo con la fama, las fotos, las entrevistas?
—Por una parte soy un poquito vergonzoso, pero cuando ya estamos en esta, sí o sí hay que darle pa’ adelante. Disfrutarlo. Yo lo tomo de esa forma. Disfruto cuando la gente me pide fotos, el cariño. Las personas se acercan súper respetuosas. De repente hay un hate por ahí, en Internet solamente, pero es parte de. El hate también te ayuda a avanzar. También te enseña a poder expresarte mejor, a desarrollarte de mejor manera. Esos comentarios los tomo súper bien, y los otros, me río. A todos cuando niños nos hicieron un bullying o algo, pero es parte de.
Cuando a Fernando Monserrat le consultan si Pedro Pascual es un doble del actor, enseguida establece una cierta distancia: “Yo siempre he tenido ese respeto con Pedro hasta que él me diga, así como lo que pasó con la Shakira chilena que le dijeron tú eres Shakira. Esa, la bendición de decir tú eres mi doble. Hasta que Pedro no lo diga, yo prefiero decir siempre que es un tributo. O un aire, porque realmente siento que es un aire lo que me parezco”.
—¿Qué va a pasar cuando lo conozcas?
—No te voy a mentir, y si algún día me dicen: va a estar Pedro aquí y tienes que entrar y conocerlo, te juro que me va a dar miedo. Primero, por lo que me va a decir. Ah, ¿tú soy el que hace Star Wars, imitándome? Nooo, no sé, jajajá.
—Lo has imaginado harto…
—Sí, me lo he imaginado. Y ufff. Yo creo que va a ser difícil un poquito. Para mí, no sé si para él, jajajá.
—¿Y qué le dirías?
—Más que hablar de mí, de lo que he hecho, le hablaría de la gente, de todo el cariño que le tienen y de todo lo que disfrutan el trabajo que hace él. Hay mucha gente que de verdad lo quiere mucho, demasiado. Yo de repente me siento raro cuando la gente se acerca, me abraza y me dicen Pedrito, ¿cachái? Es sentir el cariño que le tienen a él directamente. Eso me gustaría decirle, y que sería genial que compartiera más acá.
De cualquier modo, el encuentro quizás no sea algo tan lejano. Monserrat ya conoció a la tía del actor, Carmen Pascal, gracias a una amiga en común: “Estaban en un evento familiar y ella me dice: oye, Feña, la tía de Pedro está aquí, ¿quieres que te mande un saludo? Y me mandó el saludo, ella le mostró mi Instagram y encontró notable el parecido”. Más tarde, cuando se iba a realizar el concierto Star Wars Sinfónico en Viña del Mar, le pareció buena idea invitarla y la contactó personalmente. “La pasé a buscar a su casa y me sentí muy honrado de que ella aceptara eso. Nos fuimos conversando en el auto, me contó algunas cosas y le gustó mucho lo que yo estaba haciendo. Y claro, ahí fue un momento icónico, porque la gente del Sinfónico no tenía idea de que la tía de Pedro estaba ahí y se mandaron tremendo concierto”. Inmortalizaron la improbable salida con un pequeño video y algunas fotos. Ella le agradeció: “Tu trabajo es muy bueno, dejas al público encantado y confundido, se preguntaban si eras Pedro”.
—¿Y no sabes si Pedro ya tiene idea de ti?
—Yo trabajo de vez en cuando en el bar de Star Wars y me preguntaron si podía llevar a la tía Carmen para allá. Le pregunté si quería ir a comer algo, a tomar algo al bar, porque la querían conocer. Nos sacamos una foto ahí, ella la subió y Pedro le dio like. Yo estaba con el traje del Mando, jajajá, así que sabe de mi existencia. Debe decir: ese tipo me está quitando a mi tía, jajajá.
Desde que Monserrat se presenta como Pedro Pascual le ha pasado de todo. Cuenta siempre que, en una Comic Con, una señora lo confundió con el real y no fue capaz de revelar la verdad, o que en un matrimonio le pidieron escoltar a la pareja de novios hasta al altar, y que cada tanto, le llega uno que otro mensaje solicitando sus servicios para despedidas de solteras. Le preguntan si el traje de Mando se puede quitar con velcros y otras cosas más subidas de tono. En un concierto, en las afueras del Caupolicán lo toquetearon entero, y en otra presentación, invitado por las Amikas, estuvo rodeado de mujeres. “Fue como ¡wow! —se ríe—..., fue difícil”.
—¿Ha ayudado este rol en el ámbito amoroso?
—Sí, la confianza en sí te ayuda bastante. Bueno, Pedro ha sido elegido uno de los hombres más sexys del mundo y ¡wow!. Varias chicas me dicen, oye, ¿qué se siente ser el doble del que es el más sexy del mundo? Y yo les digo, no sé, jajá, me siento igual. Lo bueno es que han sido muy respetuosas las personas y lo agradezco mucho.
—Alguna vez mencionaste que cobras como mínimo 70 mil pesos por evento, y que eso puede aumentar dependiendo de otros factores. ¿Aún mantienes esa tarifa?
—Yo trato de no abusar mucho, sigo manteniendo mis precios y creo que es un precio pagable. Aparte, esa inversión, como te decía, no es para hacerme rico. Es como para poder arreglar los trajes. Por ejemplo, yo mandé a hacer los dos trajes de Gladiador y estamos hablando de una suma bastante alta para el rato que lo usé, que fue casi un mes. La recuperación no fue tanta.
—¿Y ahora qué te depara el futuro, cómo te proyectas?
—Me gustaría visibilizar más el cosplay para que la gente sepa que este nicho también es un hobby entretenido, sano, donde pueden participar grandes y chicos. Hay familias de cosplayers que llevan muchísimos años, sobre todo en Star Wars. Entonces, es genial. Y como proyección personal, me gustaría sí o sí ir a Estados Unidos, visitar el Comic Con Nueva York y ver cómo nos va. En una de esas, podemos representar a Chile de una mejor manera y ojalá traernos algo, algún reconocimiento. Sería bueno y no tan sólo para mí, sino para la gente que trabaja conmigo.
—Me hablaste de profesionalizar esto, tal vez cursar actuación.
—Te cuento una papita: el día 9 de enero Jorge Alís lanza su película y yo tengo una pequeña participación con él. Ahí me di cuenta que necesito aprender un poquito más de actuación para ese tipo de situaciones, jajajá.
Antes de finalizar, Fernando Monserrat vuelve sobre sus pasos:
—Y para que Pedro, si llega a ver algo mío, diga: wow, este cabro igual le pone talento. Que se sienta orgulloso del tributo que le estoy haciendo.