Review: La ROG Ally X es el mejor antídoto contra el backlog

La nueva versión de la consola portátil de ASUS es una mejora sustancial en cuanto a tiempo de uso y fabricación con respecto al modelo original, aunque su principal debilidad sigue siendo las mañas de Windows y el costo asociado.

La ROG Ally X es uno de esos productos que cambian tus hábitos. Durante las dos semanas que estuvo en mis manos, la vida se me llenó de videojuegos en cada minuto. Al despertar en las mañanas, siempre encontraba un juego que me acompañara mientras tomaba desayuno, así como durante el día en algún tiempo libre, sabía que mi librería de Steam estaba a un toque de acceso.

En la tarde ya podía optar a jugar en mi tradicional sofá con las consola o bien echado en la cama mirando el techo. Y si bien no estoy describiendo nada nuevo -una consola portátil no es una idea novedosa y en mi misma casa hay una Nintendo Switch-, lo que sí te motiva es poder disfrutar de esa galería de juegos que llevas acumulando por años en tus diferentes tiendas digitales y que estaban esperando el momento para brillar.

La ROG Ally X es también, de cierta manera, un producto fácil y difícil de reseñar a la vez. Es fácil porque, comparativamente hablando, es mucho mejor que la ROG Ally original en muchos sentidos. Pero también quedarse solo en los números es la mitad de la historia.

Una historia que parte hace un año, cuando Asus, a través de su división para gamers ROG, presentó al mundo la ROG Ally, una consola portátil hecha para jugar juegos de PC. Aunque en realidad es un sistema completo basado en Windows 11 el cual, en lugar de tener un teclado y un trackpad, viene incrustado en un formato de consola que la hace ideal para jugar.

Se trata de un mercado creciente de dispositivos que se popularizaron de la mano del lanzamiento del Steamdeck y de los cuales la Ally se convirtió rápidamente en uno de los referentes tanto por su performance como por su construcción.

Sin embargo, como toda primera aventura, la ROG Ally no estuvo exenta de críticas. Principalmente la duración de su batería el cual si bien hay que conceder que es un problema transversal en su segmento -porque hardware poderoso y un formato pequeño no suelen ir de la mano- es un problema que sin duda afecta a quienes ya están acostumbrados a consolas portátiles. La ROG Ally tenía una duración extendida de unas dos horas y para juegos más exigentes el tiempo de uso podía incluso ser menos de una hora, lo que obligaba a usarla conectada a la corriente, un powerbank o cualquier otro dispositivo que terminaba quitándole su portabilidad.

La ROG Ally X apunta directamente a este problema duplicando la capacidad de su batería: de los 40 Wh del modelo 2023, la revisión del 2024 posee 80 Wh, lo que efectivamente mejora su tipo de duración. Ahora, lo que tienen que tomar en cuenta es que para tener tiempos de uso similares a lo que sería una Nintendo Switch, hay que elegir contenido de bajo consumo.

Por ejemplo, probando Dave the Diver, funcionando a 1080p, 60 cuadros por segundo y con el modo de más bajo consumo llamado “Silencioso”, en donde solo se consumen 13w, la consola me duró 4 horas y media de uso. El resto de modos disponibles son Performance (15w), Turbo (25w) y Turbo Conectado (30w), aunque este último es solo para cuando tiene una fuente de energía.

Estos modos de uso son ligeramente superiores a los que tiene la ROG Ally, por lo que la ROG Ally X no solo se beneficia de la batería para poder obtener más horas de juego, sino que también para sacar más rendimiento a su procesador Z1 Extreme, que es el mismo en ambos casos. La diferencia entre un modo y otro es abismante tanto en gasto energético como también en rendimiento. Entre Silencioso y Turbo no solo tienes más o menos tiempo, sino que también puedes duplicar los cuadros por segundo o subir de calidad gráfica.

Como todo sistema basado en Windows, la gracia es que efectivamente puedes configurarlo de muchas maneras para que el juego corra de la manera más eficiente posible: puedes cambiar las texturas, la resolución, el brillo de la pantalla, la calidad de las sombras y así mejorar la experiencia a tu gusto. Yo, por ejemplo, sé que en una pantalla de 7 pulgadas, no necesito correr juegos en alta ya que prefiero que sea estable en fluidez y así aprovechar la pantalla de 120 Hz, así que puedo funcionar perfectamente en modo Silencioso o Performance.

Pero una de las desventajas de correr en un sistema basado en Windows es que claramente no está hecho para funcionar en un formato tan específico como lo es una consola, que por lo general requiere menús simples, íconos grandes y que pueda ser usada con botones y un joystick. Ante eso, ASUS desarrolló un software llamado Armoury Crate, la cual opera como la capa de personalización sobre Windows y que es la que hace que “parezca” una consola.

Armoury Crate opera como un hub donde se unifican la mayoría de los juegos que detecta de manera automática -aunque también puedes agregar los tuyos- y los launchers como Steam, Origin, Xbox y Epic. Además, es allí donde podrás hacer la mayor cantidad de cambios en la configuración del equipo y técnicamente no deberías salir de allí para jugar.

Pero si bien, como capa inicial de juegos funciona y un 70% del tiempo estarás allí simplemente preocupado de buscar el juego que quieras, el otro 30% del tiempo tendrás que estar solucionando asuntos que tienen que ver con el hecho de que aunque Windows se vista de consola, Windows se queda.

Dos ejemplos que me pasaron: El primero, tiene que ver con el Zenless Zone Zero, juego que está disponible desde la tienda de Epic, pero que además tiene su propio launcher, el de Hoyoverse. Eso implicaba que para abrirlo, tuve que primero bajar el cliente de Epic (que por algún motivo no estaba en los clientes que traía por defecto pero si se reconocía una vez instalado), bajar el título y cuando lo lanzaba, en vez de abrir el juego, abría una ventana en el escritorio. Algo muy normal en el contexto de Windows, pero que rompe la continuidad de una consola.

Otra historia: El cliente de Steam es por lejos el que mejor está implementado gracias al Big Mode. Al abrir Steam desde Armoury Crate es como si tuvieras una Steamdeck. Todo bien, hasta que decides salir de la aplicación e ir a abrir otro juego. Allí, muchas veces me pasó que Armoury Crate y Steam quedaban funcionando de manera simultánea, lo cual solo supe por los sonidos que seguía emitiendo el menú de Steam.

Aunque quizás la peor ofensa que sentí fue con la descarga de los juegos. No porque fuera lenta, sino que porque para ahorrar batería, el modo de descanso de la ROG Ally X es total, por lo cual las descargas muchas veces se pausaban cuando la consola estaba inactiva. Eso, cuando necesitas bajar muchos juegos de forma simultánea para probar, es terrible, pero para un usuario más normal, que me imagino bajará sus juegos de a poco, no será un problema. Pero ojo con esas descargas iniciales, que pueden tardar más de lo que uno quisiera.

Ahora, ninguno de estos asuntos afectó el funcionamiento de los juegos, que es lo que más importa, y lo bueno es que todo puede resolverse como se resuelven las cosas en Windows: minimizando y cerrando ventanas, yendo al escritorio y listo. Como la ROG Ally X tiene una pantalla táctil, es muy fácil llegar a los menús que uno desea. Pero mentalizándose con el hecho de que esto no es una consola, sino un PC acomodado en el chasis de una portátil, es mucho más fácil hacer las paces con la experiencia.

Pero a la larga, el equipo funciona como un gran sistema que está ahí, siempre presente para darte juegos. Mi principal uso fue precisamente para utilizar tiempos muertos y para pasar con juegos que compré en muchas compras de Steam pero que no había tenido la chance de dedicarle tiempo y espacio. En juegos indies y de presentación sencilla es donde, a mi juicio, más me brilló la ROG Ally X, sobre todo para ir aniquilando de a poco ese backlog que todo gamer acumula con el tiempo.

Y hablando sobre el chasis, creo que también hizo los cambios correctos. Siendo unos gramos más pesada, tampoco tuvo grandes cambios en cuanto a sus botones o su stick, siendo el pad direccional lo que más cambió. Es más cómodo, aunque en la unidad que probé, el pad tenía un leve crujido que al menos yo notaba tanto al tacto como al oído. Pero los sticks, los triggers y botones, todo funciona impecable.

La ROG Ally X incorpora una suite de botones basada en la Xbox: ABXY, LB, RB, LT, RT, dos sticks asimétricos, un pad, y dos botones traseros configurables. Además, tiene botones para acceder de manera instantánea a Amoury Crate o a configuraciones rápidas como el brillo, la potencia, Wi-Fi y más. Lo único que de verdad me molestó del equipo es su motor de vibración, el demasiado fuerte y no ayuda a mantener un equipo que además es bastante grande y con más de 600 gramos de peso.

Además, el color negro que tiene ahora es mucho mejor que el blanco, hay que decirlo. Por otro lado, también se cambió el lugar de acceso de la tarjeta SD, para evitar problemas de temperatura y además se agregó un puerto USB-C extra. Me hubiese gustado un puerto USB-C en la parte inferior, porque creo que es más cómodo para cargar y jugar sin tirar el cable.

Cerrando la reseña, la pregunta que vale responder es ¿Para quién es este producto? Lo primero es decir que es lo que no es la ROG Ally X: Esta no es una secuela ni un reemplazo de la original. Pensando en celulares, esta es la versión Pro, la experiencia definitiva de la propuesta y sin duda, la mejor en su categoría.

Pero si ya tienes una consola de este tipo y te funciona, la inversión puede que no valga la pena, ya que solo notarás los cambios en batería y ligeros aumentos en rendimiento. La experiencia sigue siendo similar y, sobre todo, el procesador sigue siendo el mismo.

Ahora, si no posees ninguna de este tipo, allí es cuando la recomendación es más fuerte. Su única barrera de entrada es, el precio. En Chile, el modelo llega cerca del millón de pesos en precio de lanzamiento, lo cual es una inversión importante, sobre todo considerando que la ROG Ally original, en la misma tienda de ASUS, puede encontrarse a $719.990. Por supuesto, el tema del precio siempre es relativo a nuestra capacidad para comprar.

Objetivamente la ROG Ally X es la mejor consola de su tipo que existe hoy en el mercado, pero no si sea 300 mil pesos mejor que su antecesora.

COMPARTIR NOTA