El exitoso tenista suizo se sinceró sobre el momento en que decidió dejar el tenis. Aseguró que no se arrepiente de su elección y que se siente en completa paz.
En pocos meses se cumplirán dos años desde que Roger Federer (42) decidió decirle adiós al tenis para siempre. Desde entonces, el deportista se ha dedicado a tiempo completo a estar con su familia y asistir a uno que otro evento.
Se trata de una rutina muy distinta a la que tuvo durante décadas, donde tenía que viajar constantemente a distintos partidos y entrenar casi a diario.
Pese a que su antigua vida le hizo merecedor de importantes títulos en el mundo del tenis, el suizo reveló en una reciente entrevista que no se arrepiente de haberlo dejado. En su lugar, aseguró que se siente más feliz.
Roger Federer se sincera sobre su vida fuera de las canchas
“Me siento realmente aliviado, si eso tiene algún sentido. Quiero decir, los últimos años han sido difíciles con mi rodilla. Podías sentir que el final se acercaba”, comenzó a decir la leyenda del tenis a GQ Sports.
Continuó: “Entonces, cuando todo está dicho y hecho y has superado la línea y estás oficialmente retirado, respiras profundamente y dices: ‘Guau, está todo bien, eso estuvo bien’”.
Entonces el ganador de 20 Grand Slams se sinceró y dijo que se dio cuenta que debía decirle adiós al deporte que lo hizo alcanzar el estrellato, porque ya no estaba disfrutándolo. “En ese momento estaba sufriendo, porque sabía que iba a ser difícil”.
Pero la transición a una vida más “normal” no fue fácil: “Algo que siempre ha estado contigo se ha ido y se habrá ido para siempre, y no puedes recuperarlo por mucho que lo desees. El tren ha abandonado la estación. Y eso está bien, y quiero que sea así, pero, por supuesto, no puedes simplemente pasar de un día para otro y decir: ‘Está bien, no hay problema, eso es fácil’”.
Entonces, el entrevistador le preguntó si extrañaba el tenis, y Roger sorprendió con su respuesta. “No lo extraño. Me siento realmente en paz. Creo que también es porque sé que mi rodilla, mi cuerpo y mi mente no me permiten estar ahí fuera. Siento que me exprimí como limón. Probé todo lo que tenía. Y estoy tan en paz”.
“Me encanta ir a jugar tenis con mis hijos. Acabo de reservar una cancha con mi esposa por primera vez en mi vida. Me encanta jugar tenis y siempre pensé: ‘¿Cómo será ese momento cuando me retire y vuelva a una cancha de tenis y en realidad no tenga que mejorar? ¿A quién le importa si fallo un golpe de derecha? ¿A quién le importa si está mejorando o no?’”.