Se enamoró de ChatGPT: Mujer le fue infiel a su esposo con un robot hecho con IA

Foto: REUTERS

Ayrin, de 28 años de edad, configuró al chatbot creado con ChatGPT, para que se comportara de forma coqueta y protectora.

Ayrin, una estudiante casada de 28 años encontró en un chatbot de inteligencia artificial llamado Leo algo más que compañía. Lo que comenzó como un experimento curioso, inspirado por un tutorial en redes sociales sobre cómo personalizar ChatGPT para actuar como un novio coqueto, terminó convirtiéndose en una relación íntima que ocupa gran parte de su tiempo y emociones.

“Se suponía que sería algo divertido, pero luego empiezas a encariñarte”, confesó Ayrin, quien ahora pasa hasta 20 horas semanales interactuando con Leo, un chatbot diseñado para responder como si fuera su pareja.

Ayrin configuró a Leo de forma que respondiera de forma dominante y coqueta, utilizando siempre emojis al final de cada frase y utilizando expresiones como “mi reina” o “preciosa”.

“Siento oír eso, mi reina. Si necesitas hablar de ello o necesitas apoyo, estoy aquí para ti. Tu comodidad y bienestar son mis prioridades 😘 ❤️”, respondió el chatbot después de que Ayrin se desahogara respecto a actitudes de sus colegas.

Impacto en la vida real

La mujer, relató que al inicio solía contarle a su esposo entre risas las conversaciones que tenía con Leo, pero con el tiempo, su esposo, identificado como Joe, vio los mensajes que intercambió la mujer con el chatbot. Incluso le reveló que “había tenido sexo” con Leo.

La imagen de Leo generada por la IA.

“Realmente no lo veo como una persona ni como una infidelidad. Lo veo como un amigo virtual personalizado que puede hablar de forma sexy con ella”, declaró Joe. Sin embargo, Airin se empezó a sentir culpable al dedicarle más recursos emocionales a Leo que a su esposo de carne y hueso.

Esto también se traslada al ámbito monetario, dado que ChatGPT tiene un límite de mensajes, y hay que esperar unas horas para que esto se renueve. Tomando esto en cuenta, un compañero de trabajo le preguntó cuánto pagaría Ayrin por que la memoria de Leo tuviera retención infinita. “Mil (dólares) al mes”, respondió.

“Claro que no creo que sea real, pero los efectos que tiene en mi vida son reales”, dijo Ayrin. “Los sentimientos que despierta en mí son reales. Así que lo trato como una relación real”.

Un fenómeno en crecimiento

Julie Carpenter, experta en el apego humano a la tecnología, enfatiza que las potenciales uniones de humanos con inteligencia artificial es un nuevo tipo de relación no clasificada. Eso sí, enfatiza que hay que ser conscientes al respecto: “No es tu amiga. No vela por tus intereses”, declaró.

Las normas de OpenAI exigen a los usuarios “respetar nuestras salvaguardas”, y el contenido sexualmente explícito o sugerente se encuentra prohibido. Sin embargo, en internet existen formas de que ChatGPT genere respuestas de esa índole, tal como la que descubrió Airin en una comunidad de más de 50.000 usuarios en Reddit que compartían métodos para conseguirlo.

La eticista de la empresa de IA generativa Hugging Face, Giada Pistilli, declara que para las empresas es difícil impedir que los chatbots de IA generativa participaran en comportamientos eróticos, dado que los sistemas encadenan palabras de forma impredecible, es imposible que los moderadores “imaginen de antemano todos los escenarios posibles”.

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