Serie de Netflix revive la caída en Chile de un chanta de talla mundial

El tercer episodio de El peor inquilino del mundo, disponible en la gran N, cuenta la historia de un falso palestino perseguido por estafas y homicidio frustrado. Vivió en calle Condell con estudiantes extranjeros robando de lo lindo y no tuvo problemas en intentar asesinar a quienes descubrieron sus andanzas.

El peor inquilino del mundo se llama la recién estrenada serie de Netflix, que escarba entre estafadores violentos y asesinos despiadados. Un verdadero muestrario de las peores convivencias que se puedan imaginar.

En su tercer capítulo, titulado “El maratonista”, la serie pone el foco en Santiago de Chile y cuenta la historia de Youssef Khetal, un atleta chanta que era buscado por estafas y el homicidio frustrado de una estudiante gringa.

Solo en Dinamarca, el muchacho tiene estatus de “buscado” por al menos 60 fraudes, falsificaciones, incendios intencionales y estafas con tarjetas de crédito. ¿Su modus operandi? Ofrecía comprar pasajes y el dinero se perdía en extraños accidentes.

Khetal también cuenta con hachitas que afilar en Inglaterra y Brasil. El vivaracho se presentaba como comando de las Fuerzas Especiales de Dinamarca o atleta de origen palestino, con lo que lograba millonarios auspicios para participar en maratones en las que nunca aparecía por supuestas lesiones.

Así llegó a Chile en enero de 2011, “con la chiva de correr un maratón en el norte y hasta recibió ayuda económica de la comunidad palestina”, según reza una crónica del diario pop.

“Khetal no compitió y se arranchó en una residencial de calle Condell, donde tenía a todos convencidos de que era campeón interplanetario de los piques largos”.

Cita mortal

Fue en ese hostal donde el chanta conoció a la gringa Callie Quinn, el testimonio central de El peor inquilino del mundo. En la serie, la joven de entonces 23 años y oriunda de Texas, cuenta que estaba en Chile dando clases de inglés.

Apenas Khetal supo que la joven buscaba otro lugar para vivir, se puso la camisa de corredor de propiedades y le ofreció un departamento que no existía a cambio de un adelanto de 300 lucas.

Callie y una amiga picaron el anzuelo y pagaron $150 mil por nuca. Fue cuando al chanta se le prendió la ampolleta de la maldad: invitó a la joven texana a comer lomo a la pobre y ocurrió la desgracia.

De acuerdo a la investigación de la Fiscalía, durante la cena el falso atleta curó con vodka a Callie y le pidió ayuda para encontrar un tesoro escondido. Se trataba de un guáter con bordes de oro que estaba en una vulcanización incendiada en la calle Santa Isabel.

Según la policía, ambos fueron a la vulca y en un arranque de locura Khetal atacó a Callie con un diablo. Cuando creyó que estaba muerta, el hombre la tapó con una lona y la enterró con tierra entre los escombros.

Una hora después Callie despertó con los ojos quemados por las cenizas y un tajo en la cabeza que se lo tuvieron que cerrar con 9 puntos.

Al día siguiente, Youssef Khetal desapareció del hostal y avisó que viajaría a Dinamarca para estar presente en el funeral de su recientemente fallecida madre.

Sin embargo, el chanta nunca regresó a su país y se fondeó en un hotel.

600 días

Tres semanas después del ataque, detectives de la Brigada de Homicidios pillaron a Youssef Khetal en Providencia, cuando le tendieron una trampa que involucró dinero fácil.

Desde Estados Unidos, Callie Quinn contó a La Cuarta que “desde que regresé estaba esperando que lo encontraran, pero no pensé que iba a ser tan rápido. Estoy contenta porque ahora no va a hacer lo mismo con otras personas”.

Khetal fue formalizado por los delitos de homicidio frustrado y estafa, y sentenciado al año siguiente a 600 días precioso. “No conozco la sentencia en EE.UU. de intento de homicidio, pero menos de dos parece terriblemente baja”, lamenta su víctima texana en la serie de Netflix, donde cuentan sus andanzas en los años venideros y su misterioso presente.

Mira El peor inquilino del mundo en Netflix.

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