Finalmente ya está en cines la nueva aventura del agente 007, la misma que marca el fin del ciclo de Daniel Craig en el rol.
Si no hubiese ocurrido la pandemia, en abril de 2020 debiese haber llegado a Sin tiempo para morir, la más reciente película de James Bond.
Pero tan larga fue la espera que las expectativas simplemente se dispararon. Más aún, la larga campaña promocional presentó diversos tráilers que dejaron en claro la épica de su propuesta de acción.
En ese escenario, este jueves finalmente fue estrenada en cines esta producción, que carga con una pesada mochila. Por un lado, la etapa de Daniel Craig ha estado marcada por al menos dos películas (Casino Royale y Skyfall) que están consideradas entre las mejores de toda la franquicia. Por otro lado, está la promesa de que esta es la última película del actor en el rol.
¿Pero cómo se viene esta esperada película? ¿Realmente cumple? ¿Es algo que impulsa el retorno a las salas?
A continuación te damos cinco razones para que vayas al cine y veas esta película.
Arregla los errores de Spectre
Uno de los elementos que arrastraba esta película inevitablemente tenía relación con las consecuencias de la anterior producción: Spectre.
Aquella película reinventó al clásico villano conocido como Blofeld, convirtiéndolo en un hermanastro del agente 007. También se planteó que este último era el responsable de todo lo que había sufrido el agente desde Casino Royale. Y a eso tenían que sumar una relación romántica que terminó con Bond optando por el retiro al final de la película.
De ahí que gran parte de esta nueva película busca enmendar las cosas que no resultaron en la anterior. La primera mitad, de hecho, plantea una confrontación directa con los remanentes de la organización criminal Spectre, entregando un mejor cierre a lo que previamente quedó inconcluso. Al mismo tiempo, profundiza de mejor manera en la idea de un señor y una señora Bond.
Lo mejor de todo es que aquello es utilizado para impulsar a la historia principal. Y a pesar de que incluye a un villano interpretado por Rami Malek que no está a la altura, igual la historia termina volviendo a la confrontación como algo aún más personal que los problemas que tuvo el agente con Blofeld.
Profundiza en toda la reinvención de Bond
Desde que Daniel Craig tomó el rol, los realizadores han profundizado en el vuelco del agente secreto. No solo han hecho cosas impensadas, como explorar más en la carga emocional que arrastra, sino que también impulsaron la idea de que es un animal en peligro de extinción, un agente más propio de otros tiempos. En este caso, en esta producción directamente se aborda la idea de cómo Bond, pese a seguir haciendo la pega de una gran forma, está obsoleto.
Por un lado, a raíz de su retiro en la película anterior, hay otro 007. Más aún, se trata de una agente que es tan efectiva como Bond. En tanto, también no es menor el hecho de que el tono sombrío de la película, a raíz del vuelco emocional que incluye la película en sus primeros minutos, da cuenta de cómo el corazón del agente sigue tan dañado como aquella vez en que murió Vesper Lynd en Casino Royale.
Y para los fans más antiguos del personaje que siempre quieran algo más tradicional, de todas formas hay guiños y hasta cameos para celebrar a uno de los personajes más populares del cine.
La culminación del vuelco a la serialización
Tomando en cuenta lo anterior, parte importante del atractivo de la etapa de Daniel Craig ha sido en el cómo cambió el statu-quo de la franquicia.
Antes era habitual toparse con películas unitarias que se convertían en su propio mundo, más allá de que las dirigiesen diferentes directores o actores diferentes llevasen adelante la tarea. Una película de 007 comenzaba y terminaba para cerrar una historia puntual, sin que hubiese conexión con la siguiente más allá del regreso de una u otra cara conocida.
A partir de Quantum of Solace, la primera secuela formal de la franquicia, se comenzó a desarrollar una historia en la que todas las películas están conectadas, las amenazas se entrelazan entre si y una historia mayor va nutriendo al propio desarrollo de Bond como personaje.
En ese sentido, Sin Tiempo para Morir se desarrolla como una verdadera culminación, tanto temática como narrativa, que requiere que a lo menos los espectadores hayan visto Casino Royale y Spectre. Claro, hay elementos de la historia que continúan, pero también hay vuelcos, sorpresas y hasta traiciones que tienen su génesis en películas anteriores.
Y como ya fue establecido en relación a Spectre, esta película termina pagando esas deudas.
Acción de primer nivel
Aunque durante la etapa de Daniel Craig hubo mejores trabajos en la acción, ya sea en el parkour impulsado por Martin Campbell en Casino Royale o la pirotecnia desmedida del Skyfall de Sam Mendes, Sin Tiempo para Morir cuenta con secuencias que heredan lo mejor de lo ya visto previamente a partir de la supervisión del director Cary Fukunaga (True Detective).
Parte de ello también se explica porque el equipo de esta película incluye al chileno Alexander Witt, quien fue el director de segunda unidad de todas las películas de la etapa Craig, salvo en Quantum of Solace.
De ahí que la serialización también es parte misma del equipo de filmación secundario que generalmente es clave en el trabajo de acción. Algo que para muchos es lo más importante en una película de James Bond. Y aquí hay varios momentos excelentes en ese apartado.
Una despedida nunca antes vista
El último punto, y el más importante, es que Sin tiempo para morir representa algo realmente inédito. Por primera vez en pantalla vemos la despedida de un actor del rol. Esto no es una sorpresa: antes de que si quiera fuese filmada, Craig dejó en claro que esta sería su última aventura como James Bond.
Todos los actores anteriores no tuvieron esa posibilidad. Aunque Sean Connery volvió en 1983 para realizar Never Say Never Again, y tuvo un retiro en pantalla, en el camino ya habían pasado George Lazenby y Roger Moore. Ni Timothy Dalton ni Pierce Brosnan tuvieron la oportunidad de cerrar su ciclo en pantalla.
Eso no ocurre con Daniel Craig, ya que la historia de esta película nunca pierde de vista que es el último tango del actor, por lo que un tono sombrío atraviesa tanto a lo que está en juego para salvar al mundo, como en las consecuencias de las secuencias iniciales de la película centradas en Madeleine Swann, la señora Bond.
Esa situación inédita atraviesa a la película de principio a fin. Y aunque no se pueden detallar spoilers al respecto, solo es necesario recalcar que está película cierra bien a lo que ha sido el tiempo de Daniel Craig en el rol. Un tiempo que probablemente será aún más apreciado ahora que la franquicia dará vuelta la página en busca de otro actor.
https://www.youtube.com/watch?v=VYvmuz7ILvg
Sin tiempo para morir se estrenó este jueves 30 de septiembre en cines chilenos.