La cantante argentina se presentó anoche en el país, con un espectáculo a banda completa en el que interpretó desde su colaboración con Bizarrap hasta un cover de Camilo Sesto, frente a un público que no dejó de gritar en ningún momento.
Durante la noche de este jueves, la cantante argentina Nathy Peluso se presentó por segunda vez en Santiago con un concierto en el Teatro Caupolicán, instancia en la que interpretó los sencillos más aclamados de Calambre (2020), un disco que se publicó en medio de la pandemia y que al año siguiente de su lanzamiento recibió el Grammy Latino a “Mejor álbum de música latina”.
A diferencia de la vez que visitó el país en el marco de Fauna Primavera 2018, en donde se presentó en Espacio Broadway con pelo largo y una tenida verde fosforescente, ayer llegó con un peinado corto y vistiendo prendas negras, con un estilo más bien deportivo.
Por supuesto, aquello no fue una coincidencia. Si bien, la artista es conocida por su energía a la hora de cantar y rapear en vivo, anoche presentó un espectáculo a banda completa en donde sus agitados bailes se apoderaron de cada uno de los rincones del escenario, a través de movimientos cargados de elegancia y una fuerza imbatible.
Desde antes de que empezara el concierto, la impaciencia en el público ya se hacía notar. Los asistentes gritaron el nombre de Peluso reiteradamente durante toda la jornada y solo bastaba que moviera sus caderas (o bien, que se pusiera una rosa en los glúteos para luego tirarla a la cancha) para que aumentara la intensidad.
En “Celebré”, la primera canción de la cita, el descontrol fue total en cada una de las ubicaciones del Teatro Caupolicán. Desde la cancha hasta las butacas, en todos los espacios se podía apreciar a personas cantando y alzando sus brazos en apoyo a la artista. Más tarde, cuando inició “Sana Sana”, los gritos se volvieron tan fuertes que incluso llegaron a opacar a los parlantes del recinto, los cuales ya estaban sonando a un alto volumen en relación a otros espectáculos que se han hecho en el lugar.
Y es que el intercambio de energía entre Peluso y el público nacional fue un impulso recíproco e incendiario. Incluso, la misma cantante, después de haber presentado una serie de temas en los que se subió y bajó de una tarima constantemente para interpretar sencillos como “Buenos Aires” y la salsa “Puro Veneno”, tomó el cable de su micrófono para saltar la cuerda por cerca de un minuto.
En otros títulos sorprendió con un micrófono que tenía una cámara en uno de sus extremos, la cual mostró su rostro en la pantalla gigante que figuraba al fondo del escenario. Y junto con ello, los músicos que la acompañaron también se hicieron notar a lo largo del show, tanto a través de versiones extendidas de las canciones de estudio como con solos que abarcaron instrumentos como la trompeta y los sintetizadores.
Uno de los puntos más intensos de la jornada fue cuando interpretó su colaboración con el productor argentino Bizarrap, titulada “BZRP Music Sessions #36″, la cual fue cantada por cada uno de los asistentes, hasta el punto en que más de alguno de ellos hizo notar su disfonía a la salida.
“Una perra, sorprendente, curvilínea y elocuente, magníficamente colosal, extravagante y animal”, rapeó Peluso en la canción en compañía de sus seguidores y, precisamente, aquella es la línea que mejor describe su presencia en el escenario, la de una mujer fuerte y directa, capaz de enfrentarse a cualquier evento con una potencia demoledora.
Tras cantar cerca de dos horas, en un espectáculo que se mantuvo activo en todo momento, la artista terminó con su propia versión de “Vivir así es morir de amor” del compositor español Camilo Sesto, para luego recibir un bandera chilena desde el público, darle un beso y ponérsela en el pecho, a la altura del corazón.
“Gracias por su amor, por confiar en mí y por venir a gozar con nosotros”, dijo al micrófono, para luego sentenciar “Chile, te amo”, frente a un público que siguió gritando por unos minutos, a pesar de que la música ya había dejado de sonar.