La ilustradora, conocida en internet bajo el nombre de @michitothehappiness, lanzó un libro en donde relata sus experiencias personales en función a una premisa: llevar una vida tranquila, lejos de las exigencias preconcebidas, también está bien.
Aunque nació en el norte de Chile, Stefany Ramirez (Diseñadora gráfica, 29 años) ha pasado la gran parte de su vida en Temuco, al sur del país. Desde allí, ha compartido su reconocible estilo de ilustración y escribió durante mucho tiempo un blog con experiencias personales y reflexiones sobre su vida: a veces el éxito no es como lo pinta la norma.
Luego de una propuesta de editorial Planeta, “Michi” como le suelen llamar en redes sociales, tomó el desafío de contar su historia a través de un libro. El camino no fue fácil: a medio camino vivió una de las peores crisis depresivas de su vida y todo se tornó cuesta arriba.
¿Es realmente la vida que todos llevan la que necesariamente se adapta mejor a lo que estamos viviendo? Es una de las principales premisas del libro que abarca toda su biografía. Desde la experiencia de tener una hermana gemela, frustraciones universitarias, la vida en la época de Covid y un diagnóstico de autismo hasta sus intereses por la cultura pop asiática, las películas y la música configuran un relato único y personal que también puede conectar con otros.
En conversación con La Cuarta, Stefany Ramírez cuenta algunos detalles de un proceso que terminó con una primera edición del libro ilustrada por ella misma y disponible en todas las librerías del país y en el extranjero vía Buscalibre.
–En el libro planteas algo que pareciera ir contra la corriente: ir a nuestro propio ritmo, ¿Cómo hacer que el resto entienda esta decisión?
No sé si la importancia vaya hacia que los demás lo comprendan, más bien poder entenderlo uno mismo y aceptar que cualquier ritmo de vida está bien (especialmente el propio). Si vemos nuestro proceso de forma natural y abierta, creo que es mucho más fácil entender las decisiones de los demás.
–A lo largo del texto, recuerdas vivencias, haces reflexiones y también hay confesiones, ¿Cómo fue el trabajo de escribir tu primer libro?
Fue emocionante volver a escribir (solía escribir en un blog personal), pero un poco complicado a la hora de encontrar las ideas de qué escribir y cómo relacionarlas. A veces me frustraba quedar con la pantalla en blanco, así que salir a escribir a un café ayudaba un poco a despejarme.
–Aparte de ser un texto sumamente íntimo, también haces nexos y ejemplificas con cosas de la cultura popular, especialmente el anime, las películas o la música, ¿Cómo se fue dando esto?
Antes de comenzar a escribir el libro había hecho una especie de índice junto al editor, lo que me ayudó a ver qué temas tocar e ir agregando datos que estuviesen relacionados. Quise dejar ejemplos de cosas que suelo ver, leer o escuchar, aunque también pedí ayuda a cercanos cuando no se me ocurría algo.
–Además de ser un libro que llama a pensar un poco en nosotros mismos, dejando de lado las expectativas, es también el relato de tu propio descubrimiento, ¿Cómo fue relatar tu diagnóstico?, ¿Cuál es el mensaje a personas que podrían estar pasando por el mismo proceso?
Creo que fue algo liberador escribir sobre mi diagnóstico, especialmente porque en este momento lo voy aceptando de mejor forma. A pesar de que era algo que buscaba, fue todo un proceso el lidiar con ello. Me gustaría que puedan sentirse acompañados y sin tanto miedo si están viviendo un proceso parecido, que puedan sentirse suficientes siendo ellos mismos.
–Eres una ilustradora con un estilo bastante propio y reconocible, muchos de tus diseños están en poleras o se comparten en redes, ¿Es este el primer paso para luego, por ejemplo, editar una novela gráfica?
Sería una oportunidad maravillosa poder hacer una novela gráfica, así que espero realmente sea un primer paso para ello.
–El libro cuenta con una serie de actividades que nos invitan a tomar una “pausa” al mundo acelerado, ¿Es algo que haces constantemente? Es un buen recurso para ordenar ideas…
No sé si las actividades como tal, pero sí suelo escribir mucho en libretas, ya sean listas, diarios, anécdotas, etc. Me ayuda mucho a concentrarme y calmar mis pensamientos si estos están muy vertiginosos.
–Por último, en el texto están estructurados en una serie de sentimientos de los que comúnmente es difícil hablar o compartir experiencias, ¿Cómo fue el proceso de ordenar tus experiencias de esta forma?
Relatar ciertas experiencias fue abrumador, algunos temas eran más complicados para mí, como el capítulo de “miedos”. Tener ordenado los capítulos me ayudó a darle forma a lo que escribía, y a encontrar recuerdos dentro de mi memoria que estuviesen relacionados a cada tema. Son temas difíciles de hablar, pero muy necesarios de expresar.