Tiktoker chilena muestra cómo hace sus actividades diarias con su perro de apoyo emocional

Dalgi es un perro de apoyo emocional.

Catalina Trujillo reveló que algunos supermercados o micros no le permiten ingresar junto a su can llamado "Dalgi".

Una usuaria de las redes sociales se volvió viral al mostrar cómo es su día a día con Dalgi, su perro de apoyo emocional, quien está entrenado para asistir a su dueña cuando se siente mal y sufre crisis.

A través de sus videos en TikTok, Catalina Trujillo ha evidenciado algunas trabas que le ponen supermercados o la locomoción pública al momento de hacer sus actividades en compañía de su mascota. Además es usual que personas se acerquen a hacerle cariño a su perro de apoyo emocional, pero ella le debe explicar que “hay que ignorarlo porque está trabajando”.

En entrevista con TVN, la dueña de Dalgi explicó que él está entrenado para asistirle cuando no se siente bien de ánimo.

“Cuando me siento muy mal y estoy empezando a tener una crisis, se acuesta encima mío y la presión en los músculos ayuda a que baje el ritmo cardiaco y a que uno se calme. Es parecido como a cuando uno te da un abrazo”, aseguró la joven.

Proyecto de ley impulsado por Catalina Trujillo

Actualmente existe poco conocimiento en el general de la población respecto a la importancia de estas mascotas. Partiendo porque es muy común que las personas quieran hacerle cariño o jugar con los perros cuando están concentrados.

“Cuando le hacen cariño se distrae. Él no puede ayudarme a mí si está pendiente de otras personas que le están haciendo cariño. Él es muy juguetón, le encanta la gente. Es súper tierno y ese es el problema”, comentá la joven tiktoker.

Catalina se encuentra impulsando un proyecto de ley que regule la compañía de perros de asistencia, ya que ha sufrido un sinfín de problemas al momento de entrar a lugares cotidianos, algo que ha quedado registrado en sus redes sociales.

“Muchas veces en los supermercados que están cerca de mi casa no me dejan entrar. También en las micros. Muchas veces ni siquiera se paran a escucharme y saber cuál es el caso de Dalgi, a pesar de que tiene su arnés. O directamente me dicen ‘no puedes entrar con tu perro’”, comenta Catalina.

Esta iniciativa busca que “siempre pueda andar con el Dalgi. Porque si no a mí me dan crisis de angustia y esas cosas, y no puedo controlarlas. Puedo tomar remedios, pero me dan mucho sueño y es peligroso para mí”.

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