Viajes, fiestas y cenas en globos aerostáticos: así es salir con un Sugar Daddy, según una chilena

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Más allá de las bromas, el Sugar Dating es un tipo de relación que va en alza en el mundo y Chile no se queda atrás.

El sugar dating, es decir, salir con una persona de mayor edad y alto poder adquisitivo, se ha convertido en un fenómeno que atrae a muchos.

En redes sociales se pueden encontrar increíbles historias y evidencias del lujo y glamour que conllevan estas relaciones.

Chile no se queda atrás. De hecho, no son pocos los chilenos interesados en el sugar dating. Sin ir más lejos, de acuerdo a la aplicación alemana MySugarDaddy, somos es el tercer país con mayor porcentaje de Sugar Daddies en América Latina, solo por detrás de México y Argentina.

Una chilena y su sugar

Ximena, una joven de 24 años, profesional y emprendedora, es una de las chilenas que apostó por estos romances, y desde hace un tiempo mantiene una relación con un Sugar Daddy.

Uno de sus mayores recuerdos es un viaje en helicóptero para ir a cenar. “Me habían invitado a cenar en lo alto de un rascacielos en Brasil, y el plan incluía un viaje en helicóptero para llegar al lugar. Me sentí como en una película, pero mientras intentaba disfrutar del paisaje, no podía dejar de pensar en lo desastroso que se veía mi peinado. Eso sí, la vista era increíble y la cena, inolvidable”, aseguró.

El sugar dating tiene su cuota de fantasía, pero también esos pequeños momentos que hacen la experiencia más cercana a la realidad. Para Ximena, a veces la perfección del lujo viene acompañada de situaciones tan cómicas que parecen sacadas de una comedia romántica.

“No todas las fiestas exclusivas son lo que parecen,” dice. “Una vez, mi sugar daddy me llevó a Buzios para lo que yo pensaba que sería una noche elegante en la playa. Lo que no esperaba es que fuera una fiesta temática de películas de los 90″, relata.

“Terminamos disfrazados de personajes de Jurassic Park mientras los demás invitados trataban de bailar ‘La Macarena’ y otros bailes coreografiados. Fue tan surreal que no sabía si reír o intentar pasar desapercibida, definitivamente no esperaba todo aquello y fue una noche muy divertida”, reconoce.

Ximena cuenta que este tipo de eventos son más comunes de lo que uno podría pensar. Entre el lujo y las experiencias únicas, siempre hay un toque de excentricidad que convierte cualquier situación en una anécdota inolvidable.

Otro de sus recuerdos favoritos incluye una cena en el lugar más inesperado. “Me llevaron a la quinta región y me dijeron que íbamos a un viñedo privado. Lo que no me esperaba era que la cena sería... ¡en un globo aerostático!”, cuenta.

“Subimos por los cielos, con las luces del atardecer sobre los viñedos. Fue hermoso, pero no podía dejar de pensar en lo que pasaría si mi teléfono se me caía por accidente. Al final, esos pequeños miedos te recuerdan que, aunque estés viviendo una experiencia increíble, sigues siendo tú, con las mismas preocupaciones cotidianas”, reconoce.

En otra cita en Costa Rica, lo que comenzó como una velada romántica en uno de los restaurantes más exclusivos de la ciudad, terminó con una cena bastante peculiar.

Mi sugar daddy quería impresionar con su francés, pero claramente no lo dominaba. Terminó pidiendo algo que ninguno de los dos entendía y resultó ser una sopa de caracoles. Pasamos media cena intentando descubrir cómo comerlos sin hacer el ridículo. Fue tan inesperado que, en lugar de ser la cena romántica perfecta, se convirtió en una de las noches más divertidas que he tenido.”

Detrás del Sugar Dating

Ximena reflexiona que, aunque el sugar dating pueda parecer todo lujo y perfección, hay mucho más detrás de las fotos y los regalos. “Es fácil perderse en todo el glamour, pero al final del día, lo que más valoras son las experiencias humanas, las risas y los momentos en los que te das cuenta de que, aunque vivas algo extravagante, sigues siendo tú. Aprendí a disfrutar del presente, sin olvidar quién soy y qué es lo que realmente me hace feliz.”

El sugar dating no solo es lujo y excentricidades, para muchos el verdadero valor de estas experiencias no está en los regalos, sino en las conexiones que se crean y en aprender a disfrutar, reírse y reflexionar sobre el camino que elegimos vivir.

“Más allá de los viajes y los lujos, he conocido a personas increíbles que me han ayudado a ver el mundo desde otra perspectiva. He hecho grandes amistades en este camino, y mi sugar no solo ha sido un compañero, sino un gran maestro”, asegura.

“Nos hemos apoyado mutuamente, y la verdad, hemos construido una amistad muy fuerte. Si alguien siente curiosidad por este tipo de relaciones, creo que deberían probarlas, siempre con los ojos y la mente abiertos y claros sobre lo que buscan. Es una experiencia que, bien llevada, te puede enseñar mucho de ti misma y del mundo.”, termina Ximena.

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