Agitación cultural

Douglass.
Douglass.

“Lo primero que supe de Douglass fue que unas declaraciones suyas se le metieron como ají en el culo a los viejos raperos chilenos. De un momento a otro, su nombre apareció en mi radar porque todo el movimiento hip hop parecía tener algo que responderle”.

Lo primero que supe de Douglass fue que unas declaraciones suyas se le metieron como ají en el culo a los viejos raperos chilenos. De un momento a otro, su nombre apareció en mi radar porque todo el movimiento hip hop parecía tener algo que responderle.

El alboroto se originó por el fracaso en ventas de un show suyo con NFX. En un acto de revolucionaria sinceridad, Douglass hizo pública la situación y de paso la enmarcó en su debido contexto: la baja comercial del rap chileno. Eso no le gustó a sus mayores.

La intensidad del debate y el calibre de los participantes me hicieron tomar nota: Douglass no solo era un hábil MC penquista venido del freestyle, sino también un agitador cultural capaz de incomodar a la camada previa haciéndola notar su propia obsolescencia.

Ha pasado un año y medio desde aquel sacudón de rama y Douglass nunca más le bajó. A partir de ahí, sus siguientes provocaciones han venido en forma de música: tres discos solistas, un álbum colaborativo (el de su sello Cash Rules) y varios singles y FTs.

Cada proyecto de Douglass es un paso que lo aleja del boombap dosmilero que se volvió sinónimo del movimiento hip hop en Chile. De hecho, su primer disco de este 2023, Le Corbusier, está en una clave lejana a años luz del típico bombo y caja: el drumless.

Bautizado así por un maestro de la arquitectura y el urbanismo, Le Corbusier era el lado más serio de Douglass: full elegancia en un diseño instrumental ambicioso, cómplice de rimas donde la materia gris se quema buscando plasmar sus laberintos internos.

Pero no todo es cerebro. Douglass contiene multitudes y este año su sentido del humor se dejó ver en la ácida y burlona ‘Postulante a rapero’, su colaboración con otro disidente del movimiento, Nocauto. Se trata de una crítica al rap chileno en forma de parodia demoledora.

Esa fue la antesala de su segundo disco del 2023, una nueva insolencia llamada No Money But Idea$$$, con un Douglass autotuneado y suficientemente cerca del género urbano como para espantar (una vez más) a los viejos vinagres del boombap.

Para hacer más clara la señal, entre los copilotos del disco está la oveja negra de la old school: Ceaese. En un acto psicomágico, juntos firman ‘Girl Scout Cookies’, donde Douglass rompe con las tradiciones tal como Cea lo hizo en su ya clásica ‘Like Jay 99′.

“No Money But Idea$$$” es una provocación, como todo lo que firma su autor, pero tiene un centro cremoso. Por más que arquee la ceja, Douglass es un optimista. Cada misión que asumió en su maratónico 2023 vino del mismo impulso: abrir caminos para el hip hop chileno del futuro.

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