Apuntes sobre Thief Mafia, el ladronaje y los flaites radicales

Thief Mafia.
Thief Mafia.

“Al cuestionar qué tan legítimos son los mitos fundacionales de sus enemigos, los Thief Mafia hacen temblar sus imperios mientras se posicionan como una alternativa para los fans del género chileno que están insatisfechos y quieren escuchar algo nuevo que suene real”.

Pienso en los Thief Mafia. En las voces de Lamelodiadelhampa, RenaGlock y YoungGlizzy. En sus letras. En sus beefs. En el ladronaje. En la cadena del Ithan NY. En el Albeiro Vicencio y las cosas que cuenta de su vida. En la cara más fea de Chile. En los niños que crecen sin amor.

Los Thief Mafia llevan al extremo el monicateo de una forma que me recuerda a la mejor película sobre trap que he visto: “Hustle and Flow”, donde un artista under salta a la fama luego de darle una sangrienta golpiza a un rapero pegado. El clásico quítate tú pa ponerme yo.

“Entonces en Chile el que tuvo el pasado más complicado y violento es el más pulento? Compiten por eso?”, puso Polimá Westcoast en sus stories a raíz de Thief Mafia. Como si fuera una sorpresa que en el género chileno se libra una batalla para ver quién tiene más calle.

El juego siempre ha sido así en la música urbana local: por cada artista flaite que aparece, luego viene otro más detonado que lo hace ver inofensivo y así sucesivamente. Por eso Marcianeke pasó de ser el terror de los adultos a volverse una figura del mundo del espectáculo.

Los Thief Mafia son el ala radical de lo flaite. Para ellos, artistas como Ithan NY o Pablo Chill-E no representan a la calle. El primero sería un todo pagado y el segundo un falso ídolo. Ninguno de los dos simboliza los códigos y (anti)valores del hampa que Thief Mafia defiende.

Albeiro Vicencio habla en contra de Pablo Chill-E y lo acusa de promover el tráfico. Pablo Chill-E habla en contra de Albeiro Vicencio y lo acusa de promover los portonazos. Yo los escucho y veo en su beef una extensión musical de la histórica rivalidad entre narcos y ladrones.

Aún no terminamos de calcular el daño que le han hecho a la imagen de sus adversarios, pero esto de enemistarse con artistas más populares, golpeando su reputación callejera hasta hacerlos reaccionar, ha sido una gran campaña de marketing para Thief Mafia.

Los imperios se crean a partir de un mito fundacional, es decir, una historia de origen que justifica su razón de ser. El imperio de los cantantes urbanos pegados suele tener como mito fundacional su prestigio en la calle. Y si el mito es puesto en duda, el imperio tambalea.

Al cuestionar qué tan legítimos son los mitos fundacionales de sus enemigos, los Thief Mafia hacen temblar sus imperios mientras se posicionan como una alternativa para los fans del género chileno que están insatisfechos y quieren escuchar algo nuevo que suene real.

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