Es una de las voces más crudas de la escena nacional. La joven Manuela Gallardo aka Bby Lean cultiva en las narrativas y las claves del trap sus duras experiencias callejeras, pero además lo hace con la melancolía de Lana del Rey y una profunda espiritualidad.
“Preguntas a qué le temo/ Y yo digo nada nada/ que salí yo del infierno/ Y con las manos manchadas/ a mi me cuida la Virgen/ Y también me cuida el Nico/ tuvimos que pasar hambre/ pero ahora seremos rico”, rapea con solemnidad Manuela Gallardo aka Bby Lean en su último sencillo “Las manos que rezan II”.
En el video aparece la cantante con un vestido blanco, una corona de flores y sosteniendo varios rosarios en sus manos. ¿El escenario? Quizá el más improbable para un video de trap estricto: una iglesia.
En el pecho de Bby Lean tiene un tatuaje que dice “Trust God” (Confía en Dios). “Soy muy cristiana”, dice en una entrevista al medio Ciudad de Beats, explicando que una de sus maneras de sentir esa energía espiritual es por ejemplo, a través de la música de Kanye West.
En su cuenta de Tik Tok, hay una publicación que da cuenta de su reciente bautismo, musicalizado por “Say yes to heaven”, de Lana del Rey, una de sus principales influencias musicales.
El video no transcurre solamente en esa locación. La segunda es de noche, en la calle. Ahí está Lean con la polera de visitante del Inter de Milán y pasamontañas, lista para una misión que requiere estar armada.
“La música que hago trata de mi vida. Lo que canto, de calle, robos, drogas, eso todo lo he visto o lo he vivido. Un amigo me dijo un día mientras grabábamos no le mientas al micrófono y soy fiel a eso. Por un lado se arma un personaje, por supuesto, pero parte de algo real. De una necesidad de contar una historia y que todas las cosas difíciles, el dolor sobre todo, valga la pena”, dice.
Huele a peligro
“Me tiro robos drogas/ Y chicos / Y de las tres cosas/ Lo primero lo más rico/ No vendo sustancia/ Pero el flow te lo trafico/ Juro que no es arrogancia/ Es que conozco mi camino” rapea Bby Lean en Freestyle I, su primera canción publicada, que data de mayo del 2021.
Manuela, de 27 años, contó en Ciudad de Beats que sus primeros acercamientos a la música fueron muy precoces. “Empecé de muy chiquitita, mi mamá siempre me incentivó a hacer arte. En el liceo aprendí a tocar violín”.
Explica que a lo largo de su vida ha sido mucha música la que la ha influenciado, incluso clásica. “Todo eso fluye de manera inconsciente, agradezco haber tenido esa instrucción pero yo escribo desde la guata. Estudié violín pero lo que me convirtió en artista fueron las cosas que viví. La calle me dio experiencia y algo que contar”.
Entre sus principales referencias musicales, la artista menciona a Yung Beef, La Zowi, Young Miko y los mencionados anteriormente Lana del Rey y Kanye West.
En la citada entrevista Bby Lean cuenta que se fue de su casa muy joven y empezó a vivir con una amiga en la población La Victoria, en la comuna de Pedro Aguirre Cerda.
“Teníamos un amigo, el Soco, que era rapero, conocido en el mundo de las batallas. Cuando comenzó la pandemia, él desapareció. Había caído en la pasta base. Con mi amiga lo buscamos harto y lo encontramos en el hospital Barros Luco. Estaba apuñalado y se había contagiado de coronavirus”, relata.
La historia continúa así: cuando el amigo de las jóvenes fue dado de alta, ellas lo llevaron a su casa para cuidarlo. Manuela trabajaba haciendo tortas. “En la casa improvisamos harto y él me decía que las tortas me quedaban ricas, pero que yo tenía que dedicarme a la música y hacerme millonaria. De tanto que me lo repitió un día le dije ok voy a darle una chance a la vida”, dice.
“En ese momento yo estaba sola, sin familia, sin plata”, reflexiona. “Lo más difícil de todo ha sido superar la pena, las cosas que me pasaron y me hicieron sentir acabada, perdida. Lo más difícil fue tomar ese primer impulso, después me di cuenta que no fue algo que se me ocurriera nomás. Es algo que necesito. Lo necesito económicamente. Mi corazón lo necesita para sanar las heridas. Y también lo necesito para vacilar”, dice.
“En resumen: un pastero me convenció de ser cantante”, dice con humor negro. Cuando está grabando, asegura que se siente bendecida. Cuando está en el escenario, agrega, es siempre el mejor momento de su vida. “Mi vida ha sido de mucho esfuerzo y mucho trabajo, para seguir adelante todos los días me levanto y digo soy una superestrella”.
“Uno idiotas dicen por ahí que soy problematic/ andan pendiente e mi culo e mi Plata /parecen fanatic / quieren buscarme problema quieren ponerse dramatic / yo ni los topo pero si me buscan yo tengo una semi automatic”, rima en Nike, uno de sus más recientes temas, junto a Nass G.
En La Cuarta, Salvador Escobar, más conocido como tío Microtráfico la perfila así: “Si las mujeres chilenas de mayor éxito en la música urbana evitan los tópicos callejeros más peliagudos, en el espectro de lo alternativo está Bby Lean que rapea sobre ser mechera al ritmo del drill y el jersey club”.
Ella sostiene que como artista no le corresponde el rol de educar a los demás. Tampoco se siente un ejemplo, ni un referente. “Yo cuento mi historia, lo que he vivido. ¿Qué voy hacer aparte de decirte mi realidad? Demonizar eso es hacerse el huevón con algo que existe. Chile es un país donde hay mucha desigualdad, mucha pobreza y pasan cosas brígidas”.
“Cuando comparto con niñas o niños mi mensaje es otro. Como artista, mi propósito es salir de esto, yo quiero salir de lo que he estado, una vida mejor y ayudar a mi hermano a tener una vida mejor. Pero el arte, la única función que tiene es expresar, contar una historia. Sería re fome que las canciones fueran solo de cosas que están bien”, dice y suelta una risa.
En resumen, explica, en su persona habitan dos polos: una gángster y una supermodelo. Bby Lean, como reza su bio de Instagram es “la más real de las bebés”.
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