El productor y director musical chileno, ha logrado destacarse en el competitivo mundo de la música estadounidense, colaborando con figuras de la talla de Rihanna, Travis Scott y Don Toliver. Con una fascinación por el góspel y una profunda espiritualidad, Lombardo está preparando su disco debut, “Malas caras”. “Creo que si algún artista no tiene efectivamente nada relevante que decir, algo que ya lo ha dicho todo el mundo o no es genuino de él, no vale la pena hacer música”, sostuvo.
Con solo 19 años, Benzo Lombardo partió a Estados Unidos para aprender sobre el góspel, un género conocido por sus potentes voces y su carácter espiritual. Este viaje lo llevó a colaborar con importantes artistas y a trabajar en programas de televisión como el show de Jimmy Kimmel, así como en la banda sonora de la película “Love Virtually”.
Lombardo, originario de Calera de Tango, fue influenciado desde pequeño por su padre, un pianista de jazz, quien lo introdujo a este estilo. “Desde muy pequeño fui introducido a estilos de música bastante complejos, que a mí me fascinaron”, recordó a nuestro medio. Aunque comenzó tocando la batería, a los 14 años descubrió su verdadera pasión: la producción musical, disciplina con la que se obsesionó.
El interés por la música góspel surgió casi por accidente. Mientras estudiaba batería con Cristóbal Orozco, su profesor y amigo, Lombardo comenzó a explorar producciones con un toque góspel, sin conocer mucho sobre el estilo. Orozco le mostró más referencias y le introdujo a la cultura, lo que lo fascinó completamente.
Impresionado por la técnica de los instrumentistas de este género, Lombardo decidió mudarse a Los Ángeles, California, para sumergirse completamente y perfeccionar su arte. Este movimiento ha sido crucial en su carrera, permitiéndole trabajar con grandes nombres de la música y establecerse como un productor.
Ahora, el artista está enfocado en su primer álbum, Malas caras, que promete traer un cambio en la música latina.
—Vamos primero paso a paso, también me dijiste que fue un camino complicado todo eso, llegar a Norteamérica, a la meca del género...
—Correcto, algo que yo agradezco mucho es lo bien recibido que fui. Es una cultura muy distinta a la del chileno. Por ejemplo, cuando uno piensa en ir a la iglesia en Chile y piensa en ir a una iglesia góspel en Los Ángeles, son dos cosas totalmente distintas. Para mí, sin duda, fue un mundo nuevo, con un estilo de música nuevo, códigos nuevos. Y lo que agradezco mucho es que en esas oportunidades me recibieron con mucho cariño y mucho apoyo, y fui muy bienvenido a esa comunidad. Te diría que hoy día es fuente de mucho de mi sonido. Así que, de todas maneras, cumplí ese sueño y le recomiendo a todo el mundo que si algún día tienen la oportunidad de ir a EE.UU., que vayan a una iglesia góspel, porque ahí es donde yo me encontré con la fe de frente.
—¿Te sientes una persona muy espiritual o muy cristiana?
—Mira, yo crecí muy ligado al tema de la fe. De todas maneras, soy una persona que quizá las decisiones más grandes que he tomado en mi vida las he tomado en base a mi guata, un poco de alguna manera relaciono esa sensación con la fe. El haberme ido a EE.UU., sin conocer a nadie, sin saber mucho del idioma, solo, a los 19 años, fue una decisión que no la tomé solo. De alguna manera, estuvo mi fe ahí, si se quiere llamar Dios, un poco acompañándome en esa decisión y dándome la paz y la confianza. Creo que últimamente he tenido quizá algunos desbalances con el tema de la fe y por eso mismo he estado componiendo mi disco debut que voy a lanzar este año, que se trata justamente de eso.
—Llegas por el góspel, pero después vas al mundo urbano, ¿cómo llegas ahí?
—En Chile el que se dedica a la música tiene que aprender a hacer muchas cosas. ¿Por qué? Porque te toca nomás, quizás muchas veces no hay el presupuesto. Ojalá abordar muchos estilos de música distintos, aprender a producir bien, mezclar bien, a grabar bien, etc. Con esa disciplina aprendí mucho a tener un abanico muy grande de opciones en cuanto a qué tipo de música es la que puedo trabajar. He trabajado con artistas súper pop, artistas más latinos, artistas muy góspel, artistas trap, R&B, urbano.
—¿Y cuál es el sonido de Benzo Lombardo?
—Mira, mi sonido yo creo que se caracteriza mucho por tener harta raíz latina, pero es un color totalmente americano, un color que es potente, agresivo, que es oscuro, con bastante dinámica. A mí me encanta cuando se habla de la música como una experiencia, no solamente como una canción, sino una experiencia que uno se pone a escuchar música. Por ejemplo, “Bohemian Rhapsody” de Queen te hace viajar por etapas y por sonidos.
—Y con todas estas grandes personas con las que has trabajado, ¿con cuál has tenido mejor experiencia? ¿Alguna anécdota?
—No te voy a mentir, cuando se trata de trabajar con artistas grandes no es fácil, es una industria con mucha presión. Es una industria en la que, si tal artista se va a presentar en un show, te avisan dos días antes o tres días antes y tienes que hacer el arreglo porque va a salir en televisión, va a salir en todos los medios. Me ha pasado que muchas de las experiencias vuelan, llegan, hago el trabajo, y pasan.
“Hoy día, como estamos en una sociedad que es muy remota, me ha tocado que muchas veces he trabajado para cosas bastante grandes, pero mucha parte de mi trabajo la hago en mi casa, solo. Cuando planeaba irme a Los Ángeles por primera vez, tenía este sueño de ir al estudio con todos los productores y todos los artistas, pero hoy día la realidad no es así, la cosa es bastante más solitaria y, aun así, creo que todos los artistas con los que he trabajado han tenido mucho cariño, han sido muy respetuosos y muy feliz de poder haber participado en sus proyectos”.
“A mí lo que más me llena el corazón, la verdad, es cuando hago música para mí”
—¿Cuál te dejó con el corazón más contento como músico?
—Sabes que a mí lo que más me llena el corazón, la verdad, es cuando hago música para mí. Cuando digo: “Oye, quizá hoy día no estoy trabajando con Travis Scott, pero quizás estoy trabajando como si yo fuera el artista”. Esos son los momentos en que, como una persona ambiciosa y soñadora, realmente me llenan el alma. Y por eso es que estoy tomando este nuevo camino en mi carrera.
—Entrando a este nuevo camino que es más de artista, mostrarse más, ser una cara, ¿qué dio ese giro?
—Mira, creo que la razón por la que estoy escogiendo el camino de artista parte por varias cosas, no solamente una. La primera, en mi proyecto estoy incluyendo harto, obviamente, de mi sonido, que es un sonido muy potente y lo estoy trayendo al mercado latino. Siento que me sentí con la responsabilidad de traer ese sonido a la música latina, porque a pesar de que admiro a muchos artistas latinos, creo que faltaba un artista que de alguna manera trajera este espectáculo de música a la industria.
—Tu sello, se podría decir…
—Soy un productor y artista que sí confía mucho en que no necesariamente hay que hacer música por hacerla. Le tengo mucho respeto a la música y creo que si algún artista no tiene efectivamente nada relevante que decir, algo que ya lo ha dicho todo el mundo, no es genuino de él, creo que no vale la pena hacer música.
Su primer gran proyecto en solitario
—¿Y cómo será el álbum?
—Mira, en el álbum, en cuanto a ritmos, hay un poco de todo. Hay cosas más latinas, hay algunas que son un poquito más trap, pero el sonido armónico es muy potente, un poquito más oscuro de lo normal en lo latino. Yo te diría que como referencias podemos incluir a Kanye West, podemos incluir a The Weeknd, ese tipo de colores que de repente no se ven tanto en la música latina.
—Me contaste que tiene un storytelling, de perder la fe...
—No te quiero deprimir tanto, pero es una historia de altos y bajos. Me ha ido relativamente bastante bien en mi carrera como productor. Yo siempre fui muy ambicioso de llegar a Los Ángeles, de llegar a mi sueño, de estar trabajando con artistas grandes e ir expandiendo mi conocimiento allá. Pero en la realidad, a pesar de que me pasaron esas oportunidades, me encontré en un periodo en que la verdad estuve bien deprimido, un periodo en que me di cuenta de que cumplí mi sueño y quizá me cuestioné si valió la pena, porque este sueño me salió muy caro en el sentido de que tuve que sacrificar el estar lejos de mi familia, el estar lejos de mi cultura, el estar lejos de mis amigos, hasta de mi mascota.
—¿Complicado vivir en Los Ángeles?
—Los Ángeles es una ciudad que es bastante difícil y creo que es una ciudad a la que uno tiene que amoldarse a esa cultura para que te vaya bien. Y yo, la verdad, por más que lo hice, muchos de esos valores y muchas de esas formas de ser no me representaban, y caí en una etapa en la que me dolió mucho decir “se supone que acá iba a estar bien y quizá no estoy tan feliz después de todo”. En esa etapa fue que empecé a pedirle, de alguna manera, señales e iluminación a Dios, a mi Dios en esos momentos, que me ayudara a ver un poco el camino, el que estaba pasando. Y ahí es donde empieza a nacer este álbum que se llama Malas caras, que básicamente trata de este momento.
—Un proceso fuerte…
—Curiosamente, yo en ese proceso fue donde más empecé a aprender de la religión y a aprender del tema, leer la Biblia y a interpretar yo las cosas de mi propia manera. Creo que es innovador en las letras, porque habla desde una parada muy poética, muy actual, pero al mismo tiempo ocupando quizás cosas o palabras que las vemos más en la cultura, la ideología o la religión católica.
Malas caras
El LP debut de Lombardo estará compuesto por 14 canciones y espera lanzarlo durante el fin de este 2024. Mencionó al Diario Pop que espera lanzar un adelanto este mes y sacar un par de sencillos promocionales más. Un proyecto que no contará con colaboraciones, enfatizó.
Por otra parte, anhela presentar esta placa en su tierra: “Sería un sueño para mí volver a mi país a mostrarles lo que he aprendido y a dónde he llegado. De hecho, antes de venirme a EE.UU., la última semana que estuve en Chile, tuve un show con un grupo que tenía en esa época y siempre me quedé con las ganas de seguir tocando, fue una experiencia muy importante para mí.”
Por lo pronto, continuará trabajando como productor, arreglista y director musical, aunque en una de esas abrocha su segunda banda sonora para una película, un campo que le fascina bastante, pero está en tratativas.