La artista de ascendencia mapuche y proveniente de Cerro Navia lanzó “Á Plus”, un EP que sigue a Qween C y que entonces fue calificado como uno de los mejores discos de rap latino.
El año 2018, esa época que parece en un lugar pretérito en la línea del tiempo mucho más distante que apenas cuatro años atrás, producto quizá del estallido y la pandemia, la cantante IAMDDB, una de las voces más significativas de la escena alternativa global, se presentó en Chile. La encargada de abrir el show fue Catana.
Cuando a la artista inglesa de ascendencia angoleña le preguntaron qué opinaba sobre la rapera chilena dijo: “Es un sonido refrescante, todos están demasiado ocupados tratando de sonar igual, así que cuando escuchas algo que sobresale en su propio carril me inclino hacia eso”.
Ese mismo año, la revista Vice, que entonces era un faro de todo lo cool en este mundo, calificaba a Qween C, el EP debut de Catana como “uno de los más importantes mixtapes hechos por una rapera latina en memoria reciente, no solo por la calidad y variedad de los temas, pero también por la habilidad que muestra en su lírica”.
El sencillo de ese trabajo era “Ulalá”, una canción que a la larga, inspiró a cantantes que hoy son revelaciones de la escena urbana chilena, como Vlntna B, a dedicarse a la música. Así mismo se lo contó la antofagastina a Catana.
En esa hipnótica canción, el coro dice “Ulalá, me siento como estrella fugaz, hoy siento que lo tengo y a la vez quiero más”.
Finalizando el 2022, al igual como dice Chystemc en el himno del retorno de El Sur es Hardcore Golden Age, la rapera no es “ni estrella ni fugaz”.
“Siempre tuve la ambición, visiono cosas e intento conseguirlo, pero el día del peo podría haber visualizado este momento, estar viviendo de la música, o sobreviviendo, pero dedicándome 100% a lo que amo y sé hacer”, comentó en el programa La Polar Gang.
En ese mismo espacio, y sobre el éxito de tantas mujeres en la música, se sinceró: “Creo que debió haber pasado antes porque siempre ha habido mujeres haciendo música muy buena, pero no había espacios. Es favorable y lindo, pero debió pasar antes. Está un poco retrasado todo. Creo que la protesta y alzar la voz fue esencial para abrir los espacios que nos merecemos”.
Del banco al escenario
Catana nace como Catalina Cornejo el 91. Ese mismo año Tupa Shakur y Cypress Hill lanzaban sus disco debut y Queen Latifah publicaba su segundo álbum Nature of a Sista.
“Mi cercanía con el rap comienza en el barrio. Mi hermano siempre fue rapero, ahí empieza todo, por la influencia de él”, contó a Fiis. Allí agregó que desde que tenía 7 años que le intruseaba los casettes y cedés o lo escuchaba freestalear. “Siempre fue parte de mi adn”.
“A medida que fui creciendo me gustaban distintos estilos, pero siempre asociados al rap, luego me di cuenta que me gustaba rimar y escribir, y me salía con fluidez. Eso fue a los 14 o 16. Ahí me picó el bicho de querer hacerlo. Lo demás fue cosa de tiempo”, contó.
En entrevista a The Clinic contó que por esa época cantaba rap en los actos del colegio. En esa misma publicación compartió respecto de su infancia en Cerro Navia:
“Soy muy agradecida de mi familia y sin duda son una inspiración, por el tema de la superación, el esfuerzo, el ser humilde, auténtico. Pude perfectamente terminar fumando pasta base en mi barrio. Conozco un montón de gente con la que crecí que está sumergida en esa mierda”.
Allí también reveló que cuando chica sufrió de bullying. “Me molestaban en el colegio por ser mapuche, india, por ser morena también. Uno siendo chica se avergüenza de esas cosas, porque el entorno hace que te avergüence. Mi familia siempre me decía ‘no pesquis, no pasa nada’ pero a lo mejor si me hubiesen inculcado más ese sentimiento habría sido bacán, pero eso lo he ido descubriendo yo”.
“Para mí no hay diferencia entre juegos de niñas y juegos de niños. Si hay una mujer que anda en skate o que juega fútbol no llama tanto la atención, pero antes, yo hacía todas esas cosas, que normalmente no hacían las chicas, para llevar la contra”, contó en Fiis.
En esa conversación también narró los primeros choques que tuvo con su familia cuando decidió que su deseo por dedicarse a la música iba en serio.
“La gente que venimos de escasos recursos y precariedad, siempre va querer que sus hijos salgan adelante o triunfen de acuerdo a lo que la sociedad establece. A mí nunca me dijeron que no hiciera algo, pero si tuve trabas en el sentido de horarios, de una presión para estudiar algo, o trabajar en algo”.
Catana, antes de llevar el nombre de los letales sables de samurái, salió de cuarto medio, estudió administración de empresas y entró a trabajar en un banco.
“No me sentía parte de ese lugar, no tenía nada en común con las personas. Si bien podía tener cosas, tenía ascensos, iba en ese camino de tener mejores posiciones y más plata, sabía que no estaba ahí mi felicidad. Llegar después de los fines de semana a comentar donde iban a ser mis próximas vacaciones o hablar del colegio de los niños, no tenía nada que ver conmigo. Yo quería hacer música, necesitaba dedicarme.
Entonces renunció, se fue a San Pedro por semanas que terminaron siendo meses, y de vuelta en Santiago lanzó Qween C, teloneó a IAMDDB, y se fue de gira a Europa junto a Bronko Yotte. En España cantó en el Primavera Sound junto a NFX.
La verdadera Catana empezaba a nacer. Sobre su nombre artístico, que en un principio era Cat Dee, en un webshow de Sprite dice: “Quería un nombre que tuviera mi personalidad, en esa búsqueda encontré que Catana tenía sentido con eso y con mis letras, algo certero, directo al corte y no de estocadas”.
En la entrevista con The Clinic, el 2020, mismo año que estuvo en el cartel de Lollapalooza que finalmente se postergó por la pandemia, la cantante entregó su opinión respecto de la editorial de su música:
“Es importante la postura, la actitud y lo que diga el artista porque somos personas que entregamos mensajes y creo que mi música sí entrega. Trato de que no solamente sea una canción de entretenimiento. El que hace caso omiso de esto y prefiere dar vuelta la página y seguir haciendo hits que no digan nada, tal vez cuando pasen los años y vea que todo esto ocurrió y que no tomaron una postura, van a sentir un remordimiento o arrepentimiento. Si voy a decir pura basura mejor prefiero guardar silencio”.
El gran pago
Entre sus principales influencias, Catana nombra a la cantante Bahamadia, Kendrick Lamar y Doja Cat. Entre los locales reconoce a Ana Tijoux como un referente importante, pero en varias entrevistas nombra como su artista favorito de Chile a Alex Anwandter.
“Como artista quiero cada vez estar más cerca de la música, tocar instrumentos, y cantar más, trabajar mi voz, quiero ser más que una cantante de música urbana solamente”, reconoce en entrevista con Casaparlante. En esa búsqueda ha colaborado con artistas de otros estilos como Cease, Fernando Milagros y Kinética.
“Soy amante de la black music en general, del jazz y el r&b, el sonido más análogo que se logra con instrumentos es lo que más me gusta, ese groove, por eso que mi proyecto tenga banda en vivo es importante”, reconoce.
El año 2022 publicó su segundo EP Á Plus que incluye colaboraciones con Ambar Luna, Cydtronick y Lauren Nine.
“Cuando estoy cantando siento gratitud porque percibo la recepción de las personas, y también me empodera mucho. Llevo más de 10 años trabajando muy duro y cuando veo que está funcionando, saliendo bien, identificando a gente, me siento orgullosa”, cuenta en el espacio de La Polar.
“No hago canciones pensando en que otra persona la puede hacer propia, pero lo que yo siento es algo que también muchas mujeres viven, me gusta que se ocupen para ayudarse en situaciones fomes y pesadas, lidiar con la rabia, la pena y empoderarse (...); hay que creer mucho en una misma, eso es clave para que el resto te perciba potentemente, trabajar duro pero en uno mismo, ser auto crítico y constructivo”.
“Yo vengo de un barrio muy vulnerable de Cerro Navia, crecí en la pobreza. Hoy día me siento educada, letrada, tengo todo lo que siempre soñé, aunque no es mucho. Yo no pienso en lujos, aunque me encantaría, pero para mí hoy ser lo que soy es mi gran pago”.