Con apenas 25 años, Sofía Walker posee un largo trecho en la música. Desde su ultra temprana primera clase de piano, pasando por cantar en el metro y malls. Ahora se encuentra estrenando su segundo disco, Brujerías de cantina.
Hay noches, cuenta Sofia Walker en el programa La Junta, en que la joven cantante se acuesta en su cama, mira el techo con una sonrisa y piensa: “La hueá bacán”.
Lo dice sin ningún tipo de soberbia, sino con seguridad pero también un poquito de asombro, que no es lo mismo que sorpresa, refiriéndose a las estatuillas que tiene en su habitación, un premio Pulsar, otro Musa y uno justamente de La Junta.
A ello se suman casi 250 mil oyentes mensuales en Spotify, una presentación en Lollapalooza y haber abierto el último show de C. Tangana en Chile.
“Ha sido una locura ganar tantos premios en tan poco tiempo. Es una motivación gigante para seguir, como el universo y la gente me dicen que voy bien y que siga”, dijo en una reciente entrevista en Mega.
Allí agrega: “Le debo todo al arduo trabajo, al equipo y a lo hecha que estoy para hacer lo que hago. Sé que algún día voy a ganar un Grammy…o bueno un Latin Grammy”. Luego suelta una carcajada.
La frase anterior engloba de forma casi perfecta lo que Soulfia representa, una responsabilidad y ética laboral muy avanzada para su corta edad, algo bien propio de esta generación de músicos; más un seteo mental y espiritual muy enfocado en propósitos y metas; y luego una sutil coquetería y un afinado sentido del humor.
Lo cierto es que cuando Soulfia, cuyo nombre de carnet es Sofia Walker, dice poco tiempo, se refiere a su irrupción en la escena musical chilena en plena pandemia, 2019, con la canción “Toda la noche”, un neo soul bilingüe donde destacaba su talentosa pero también disciplinada voz.
“En mis melodías y en las letras, en la sonoridad de mis canciones urbanas se nota ese conocimiento de la música más docta”, explicó a La Cuarta en abril de este año, haciendo referencia a sus estudios en Projazz, donde estuvo dos años.
Luego vendría “City Girls”, “Cómplices” y “Dónde vas”, que canta a dúo con Polimá Westcoast, en ese entonces su pareja. La relación no solamente fue fructífera en lo creativo mientras duró activa, porque si aparte de esa canción también hicieron “Icy”, la ruptura también ha sido fuente de inspiración artística.
“Ultra solo”, quizá el hit del año, la canción que internacionalizó el género urbano chileno, está inspirada en ella. Así lo contó Soulfia en una entrevista a Play Fm: “Es una canción que escribió mi ex, dentro de una época donde nos seguíamos viendo, él me confesó que había sido inspirada en mí. Así que ser la inspiración de esa canción es importante para mí también. Estoy muy feliz por él y todas las personas que están ahí”.
Como veremos en esta historia, cuando Soulfia dice “tanto en tan poco tiempo”, es ciertamente relativo.
Soulfia tiene calle
Si bien el debut “formal” en la escena de Soulfia data del 2019, una época de cuarentenas, pánico colectivo e incertidumbre total, donde el mundo de la música, al igual que toda la escena artística, y en realidad toda la sociedad, tuvo que arreglárselas vía Zoom y redes sociales, la historia de Sofía antes de Soulfia data de un poco más atrás.
El año que se estrenó su primer sencillo no se podía salir a la calle ni menos tocar en vivo, y muy poco andar en transporte público o ir de compras al mall. Este punto surge como relevante porque fueron esos espacios los primeros escenarios de Walker.
Así lo relató en el programa conducido por Julio César Rodríguez: “Canté en la calle, y me acuerdo que siempre tenía que estar vestida con pantalón largo y polerón, sin importar la temperatura. Eso era desagradable, era una paja, porque si mostraba un poco era un acoso callejero seguro, como si yo lo insinuara. Igual lo pasaba bien, iba sola, era peligroso igual”, recordó.
Su trayecto era el siguiente: de Baquedano a Bellavista y Lastarria. Otras veces cantaba en el metro. “Hacía la Línea 1 entera, con mi arturito (parlante) con la pista de ‘Tu falta de querer’ de Mon Laferte”.
“Normalmente me hacía como 30 lucas diarias, era bacán, pero a veces me empezaba a doler la espalda y ahí paraba”, contó. “También canté en el patio de comidas del Alto Las Condes, Plaza Vespucio y Plaza Maipú. En ese entonces cantaba, por ejemplo, canciones de Donna Summer, iba con mis tacos, teclado, atril, y cantaba mientras la gente comía”, relató.
Hay otro escenario improbable que Soulfia tiene en su lista de checks. Matrimonios. “Cantaba cuando entraba la novia, también tocaba piano, haciendo unas introducciones. Le preguntaba a los novios qué música les gustaba y armaba algo”, comentó.
El dato freak de eso es que su perfil sigue activo en la página Matrimonios.cl.
Brujerías de cantina
Este 22 de septiembre fue la fecha escogida para el lanzamiento de Brujerías de cantina, el nuevo disco de Soulfia y sucesor de Génesis (2021).
Sobre su nuevo trabajo comentó a 40 Principales que “trae distintos géneros, incluso tangos, boleros y cosas más electrónicas, cosas medio Bjork, otras medio Doja Cat. Me inspira probar cosas nuevas, experimentar con mis capacidades vocales, pero lo que siempre me atrae más es el soul y r&b”.
“En el colegio no me gustaba el reggaeton, cuando estaba en projazz también decía que nunca haría reggaeton ¡y fue mentira!”, cuenta muerta de la risa. “Es que era un prejuicio, nomás. En ese momento me gustaba el soul, el jazz, música más gringa en realidad, como Aretha Franklin o Christina Aguilera, que es mi máxima ídola”, explica.
Hoy reconoce como sus mayores influencias a Rosalia, Nathy Peluso, Ariana Grande y Paloma Mami:
“Soy muy fan de las mujeres en la música, de todas en realidad, porque sé lo difícil que es, eso me hace admirarlas a todas”, contó en entrevista en Mega.
“Es que en la industria hay más machismo de lo que esperaba, es más sucia de lo que imaginaba. Tuve una batalla interna con eso cuando estaba empezando, porque no es tan lindo como se ve de afuera. Hoy día hay más oportunidades pero falta mucho. Es mucho más crudo de lo que se ve, pero de igual forma disfruto y agradezco el proceso”, relata.
Ese proceso comenzó hace aproximadamente 20 años cuando del colegio mandaron a llamar a sus apoderados. “Pensé que me iban a retar o algo”, reveló en La Junta. “La profe habló con mis papás para que se hicieran cargo porque tenía talento, a los cinco me metieron a clases de piano”.
“Entonces ahora me está pasando algo genial, porque desde los cuatro yo decía que iba ser cantante y famosa, fue algo de toda la vida, algo que decreté”, confiesa.
Desde esa perspectiva, entonces no es algo que haya pasado en poco tiempo, a menos que al igual que Carlos Gardel, alguien considere que veinte años no es nada.