Drefquila, un romántico oculto en el trap chileno

Del freestyle al rap, después al trap, de ahí a la balada y luego mezclando todo. Después diseñando ropa. ¿Hay algo que Claudio Montaño, el joven que sueña con estar al nivel de Drake no pueda hacer?

La historia comienza con un niño a los 8 años escuchando música en un caluroso patio de Coquimbo en la cuarta región de Chile.

El pequeño Claudio Montaño, por el solo afán de probar el discman que hay en su casa, escucha una y otra vez un cedé de Marco Antonio Solís. Es el primer recuerdo musical que tiene Drefquila, mucho antes, o no tan antes pero antes, de ser conocido así.

“Después me gustó La Renga, de ahí Amar Azul y La Noche”, le cuenta a JC Rodriguez en La Junta. Pero lo que cambia todo es una banda con un impacto definitivo en la generación actual de la música urbana: Movimiento Original.

“La primera canción de rap que escuché fue “Cotidiano”, ese fue mi primer amor. Gracias a esa canción me metí en la música. Nunca escuché Cypress, Wutang, o Tupac, aunque me gusta mucho Notorious”.

“Me gustó Movimiento Original porque tenían un sonido fresco, más reggae, melódico, cantado, me gustó porque yo de antes ya cantaba, en los festivales del colegio. Cuando tenía 10 años cantaba canciones mamonas y cumbias”, contó el 2017 a Pousta.

Después “comenzaría el entrenamiento”, dice.

DrefQuila

Influenciado por sus primos raperos le empezó a gustar el freestyle. “El 2013 empezamos a ver las batallas de gallos de Red Bull y empezamos a batallar entre nosotros en los recreos. Se juntaba toda la gente del colegio a vernos. Esos fueron los primeros shows”.

De pasar a verlas a estar en esos escenarios pasarían solamente un par de años. El joven Claudio, por entonces bajo el nombre de Dref Killah, comenzaba su carrera artística en las batallas de freestyle, llegando incluso a una final de la Red Bull donde cayó contra Pepe Grillo y una BDM contra Teorema.

“Ir a Conce con 17 años a improvisar frente a 15 mil personas, quedai loco. Ahora cuando voy a tocar tengo el show ensayado; y la gente me va a ver, no a juzgarme. Es todo diferente sobre todo porque no tengo un hueón enfrente tirándome mierda en el escenario. En las batallas hay que ir y literalmente salvar el pellejo. Es precioso crear hueás de la nada, ir en blanco y de repente improvisar frente a miles de personas. Ahí creas carácter y personalidad, porque hay que tener huevos para hacer eso frente a mucha gente”, cuenta el cantante en La Junta.

Paralelamente, y en un tono radicalmente distinto a la ferocidad que mostraba en las batallas, Drefquila empezaba a grabar sutiles discos en su pieza, con un micrófono cubierto por un calcetín. Antes de los 18 tenía en Internet tres discos hechos totalmente solo, de los cuales hoy solo se encuentra en línea “Amatista”

Por esos tiempos, cuenta Dref, se quedaba hasta las 4 de la mañana grabando solo en su pieza, hasta que un zapatazo en la pared le hacía ver que era hora de acostarse, recuerda. Al mismo tiempo, empezaba a recibir feedback desde Argentina, Honduras y México.

Tamo Tranquilo

La segunda canción que cambió el rumbo de la vida de Drefquila sería “Jóvenes”, del español H roto.

“Ahí dije esto es, me di cuenta que podía combinar sonidos más nuevos y hablar de cosas que no eran tan bien vistas en el rap. El trap me permitía además jugar musicalmente, con las melodías. En ese momento encontré que era el futuro, que ahí tenía la libertad que necesitaba. Hoy día si quiero incorporar cosas del reggaeton, de la salsa, de la cumbia, lo puedo hacer”, dice.

Por ese entonces, Claudio sale de cuarto medio y entra a estudiar tecnología médica. “Me gustaba pero a medida que pasaba el tiempo no me veía con una bata, encerrado en un laboratorio mirando exámenes”, revelaba a Pousta. “Siempre supe lo difícil que era al menos en Chile generar dinero y hacer de la música algo sustentable en el tiempo. Pero para mí al menos nunca se ha tratado de pegar un hit, sino de establecer una carrera internacionalmente. Esa siempre ha sido mi meta”.

Y entonces Claudio se sale de la U y no pega un hit, pega varios. Tamo tranquilo. Up, más una versión remix con el argentino Kodigo, Lo mío se convierten en las primeras canciones de un entonces muy emergente género acumulando millones de visitas.

A fuego” forma parte de la banda sonora de la serie nocturna de culto Pacto de Sangre y el joven Montaño pasa de ser un fenómeno de Internet al mainstream. Lanza dos EP, Giddy Up y Doce Beijo, grabado en los estudios de Red Bull en Sao Paulo y un feat. con el venezolano Akapellah para remixar Goosebumps de Travis Scott.

Junto a esa avalancha de hits, colaboraciones, viajes, plata e incluso la firma de un contrato con Warner Music llegó un tropiezo. Una entrevista que da a El Mercurio incluye una cuña que dice “¿Qué chileno con 20 años ha logrado lo que yo he logrado hasta ahora? No hay ninguno”.

“Dije que era uno de los que más había hecho cosas en la música urbana chilena, y pusieron que yo me creía el mejor de la música de Chile. ¡Se me fue encima el nieto de Claudio Arrau, la familia de los Ángeles Negros incluso! Eso forjó una imagen de que yo soy un egocéntrico de mierda”, explicó al respecto en La Junta.

Imposible saber a ciencia cierta, pero es posible que esa mala leche afectara en parte la recepción del primer disco “Aqua”, con el cual además Dref aseguraba que iba a competir contra J. Balvin y Drake lo cual tampoco fue bien recibido.

“Me decían puta el pendejo ridículo, las cosas que dice, pero yo considero que era una buena meta. Capaz nunca lo logre, pero ese es mi objetivo”, relata en La Junta.

Sin embargo el coquimbano perseveró con un estilo mucho más ligado al pop, a la música romántica.

“No me gusta mentir, entonces no puedo cantar cosas que no soy: nunca he pescado una pistola, nunca he traficado, nunca he andado metido en drogas. Pero eso no quiere decir que no pueda hacer trap, porque el trap no tiene un dueño. Muchos podrán decir que está mal, pero yo soy libre de hacer lo que quiera, lo que me sale espontáneamente, si quiero hacer música romántica es porque soy así yo ¡El Luismi del trap!”, decía en Pousta.

Tamo’ tranquilo, hey

Tamo’ tranquilo, hey

Con el efectivo que siempre recibo, y sin mover kilos

Tamo’ tranquilo, hey

Tamo’ tranquilo

Tenemos la grasa que suena en tu casa, que quiere tu oído

Hey, hey

Tamo empezando

Drefquila colaborando con Duki, con Bizarrap, con Bhavi, con Tommy Boysen, con Polimá Westcoast, con Marlon Breeze, con Killua97, con Harry Nach.

Cantando en Lollapalooza 2019 y Lollapalooza 2022. Entremedio lanza los discos KUN y Claudito Sunshine.

Claudio este año lanzó su propia línea de ropa. “Se llama Bees and Honey, ha sido bacán esto de fumarme un pito, diseñar una polera y ver después gente que la usa. La primera vez que vi a alguien usar una, estaba en un restorán. Fui y le pedí una foto, el cabro quedó loco”, cuenta riéndose en La Junta.

“Mi consejo para las nuevas generaciones es que tienen que aprender de todo, producción, diseño, diseñar, hacer beats, mezclas, emprender, marketing, todo. El nivel subiría brigido”, aconsejó en una entrevista hace unos meses en el programa Vamo a Calmarno.

Recientemente Dref Kun fue anunciado como rostro de North Face y además hizo una colección para Opposite.

En la entrevista con Vamo a Calmarno, el artista reflexiona: “Siento que estoy partiendo, es que toda la escena de Chile está en pañales recién. En mi proceso me equivoqué, gané, perdí, me pasó de todo (...) que en países a la cresta del mundo las canciones que hago provoquen un impacto, así profundo, es un superpoder que lo quiero usar para hacer el bien”, contó.

Recientemente lanzó dos singles que rápidamente se convirtieron en hits, uno más en la onda del “Luismi del trap”, Huella Letal, y “Otra canción de amor”, claramente más inspirada en quien ha dicho públicamente que es su ídolo, Kanye West.

Son las dos personalidades que parecen convivir bastante armónicamente dentro de Claudio Montaño, que al final de las finales sigue todavía en buena medida siendo el mismo niño que grababa en su pieza de Coquimbo con un micrófono cubierto con un calcetín.

Así lo reflexionaba románticamente en el programa de Julio César: “Ahora que he pasado por muchas cosas, viajes, criticas, presión, esto de que hay que estar pegado siempre, sacando temas seguido, miro para atrás y pienso que quizá ese tiempo grabando solo entre cuatro paredes era la verdadera magia única y nunca mas va ser así”.

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