Esteban Rojas, sensación del género urbano de Colombia: “Si no valoras el proceso, la felicidad te dura 2 minutos”

Esteban Rojas.

A sus 22 años, este cantante es uno de los líderes de una nueva corriente del género urbano colombiano, la cual viene de una escuela más ligada al hip-hop y al slang de su tierra: Cali. En entrevista con La Cuarta, nos adentró a lo que es el movimiento Cali Cartel, parte de su historia y el profundo respeto a sus colegas chilenos.

Miembro de la nueva camada caleña que la está rompiendo en su país, Esteban Rojas (22) es uno de los exponentes a los que vale la pena seguir tanto en el presente como en el futuro. Este freestyler de cepa ha ido ganando espacio en el género urbano de su país.

En su ciudad, Cali, fundó el movimiento Cali Cartel junto a su compañero Pirlo. Primero fue el nombre de su equipo de freestyle, pero después pasó a ser una estampa para cada artista urbano de “La sucursal del cielo”, apodo de esta ciudad de un poco más de dos millones de habitantes.

Ha sido un movimiento muy fuerte que nos ha puesto en ojos que antes no teníamos la posibilidad de alcanzar, pero ahora hay que sustentar eso y llevarlo a otro nivel. Eso es lo que estamos haciendo con todo esto, y qué mejor plaza que Chile para llevar las cosas a otro nivel”, contó a La Cuarta el colombiano tras su paso en octubre por nuestro país.

Lo que Rojas y sus colegas han hecho es abrir la industria en la ciudad, como él mismo señaló, en una escena donde faltaban artistas, productores e incluso estudios.

Sin embargo, todo floreció desde el underground y su espíritu rapero, según explicó el mismo músico, donde acento caleño fue clave para crear una identidad.

Pero el músico no solo se nutrió del hip-hop, también creció escuchando salsa y baladas en casa. Incluso, su padre era un cantante salsero. “He escuchado muy poquito rap en mi vida, la verdad”, nos confesó, aunque suene contradictorio dado su habilidad y sus orígenes musicales.

Esteban Rojas.

Al igual que varios otros artistas de la industria, volcarse al arte fue un salvavidas para él. “El regalo que me dio fue otra oportunidad de vida”, relató, ya que “se moría lentamente” y, además, “nunca fue su sueño” ser cantante.

De niño no soñaba con ser artista, a pesar de que mi papá toda mi vida fue cantante de salsa. Creo que fue por eso mismo, porque veía cómo el cucho se esforzaba en estudios, en presentaciones, y a mi cucho (mi viejo) nunca, nunca se le dio, o por lo menos no se le dio como a mí me parece que le tenía que dar, porque mi papá es una persona con mucho talento y nunca fue tan reconocido como debería por el talento que tiene”, dijo a corazón abierto.

Ahora, la misión es apuntar a otros mercados: precisamente nuestro país y nuestra capital, que es el lugar donde más se escucha reggaetón en el mundo, es un objetivo. Por eso, recientemente realizó su primera colaboración con uno de los nuestros: Lucky Brown, quien es uno de los hitmakers del momento.

¿Y cuéntame cómo estás tú tomando tu carrera? Uno que te conoce desde Cali, con esta movida que está en tu ciudad, pero ahora se está internacionalizando…

—Parce, con mucha cabeza. Estoy tratando de estar muy centrado en mi carrera porque el movimiento de Cali ha sido muy especial para nosotros.

Sacaste un tema con Javiielo y el chileno Lucky Brown, “N4″. ¿Cómo se dio esa conexión con nuestro compatriota?

—Admiro y respeto mucho el movimiento de Chile. A Lucky ya lo había pillado, pero no habíamos tenido la oportunidad de vernos en persona. “N4″ era una canción que tenía sola y estaba ahí guardada. Un día se la mostré a Javiielo, se enamoró de la canción, montó chanteo, montó coro, pero yo sentía que faltaba algo. Y pensé en Lucky, quien mandó un rafagazo serio.

¿Y cuándo se conocieron?

—Por redes sociales, la movida fue por Instagram. Hablamos un momento, nos dimos los números y de una por WhatsApp, más que todo videollamadas. El otro día lo llamé en videollamada, lo cogí en un show y ya estaba saliendo, me contesta con el celular y con el micrófono. La amistad con él ha sido muy chimba.

Buenísimo. ¿Te gusta el género chileno?

—Muchísimo. Ithan NY, Aqua VS, Jere Klein, Pailita… a todos, la verdad los respeto y los conozco. Acá me han dicho que pille el movimiento de Cali, porque a mucha gente le gusta el trap, y lo mismo veo yo con estos parceros de allá: Ithan NY, Aqua VS, que son gente que le mete duro al trap.

¿Alguna colaboración con otro chileno?

—Sí, claro, estuvimos en sesión con Simón La Letra, y ahora creo que tenemos sesión con Ithan. También tenemos pendiente una con Aqua y estamos viendo si nos vemos con Jairo Vera o no. Hay mucha gente aquí muy activa.

¿Cómo fue el proceso de “N4″?

—Quería volver al trap porque últimamente estaba sacando mucho reggaetón. Quería regresar a mis raíces, pero hacerlo de una manera especial. Quería hacer un trap, pero para las mujeres, un trap bellacoso, sexoso, pero que no dijera más de la cuenta. “N4″ es una dedicatoria para las hembritas, pero hasta ahí, no les estás hablando feo, no las estás denigrando, no les estás diciendo nada ofensivo.

Me hablas de ese trap y me recuerda al 2018, como esa cosita de trap medio romanticona, sensual.

—Exacto.

“Feid me enseñó a valorar el proceso”

Esteban Rojas.

Muchos te conocimos por “Sueños perdidos” (colaboración con BROKIX Feid y Justin Quiles). Encuentro que el remix fue un punto de quiebre para ti, trabajar con figuras como Feid y Justin Quiles…

—Y sí, fue una canción que cambió la vuelta porque yo no hacía música comercial, no me gustaba, no hacía tanto reggaetón, no me llenaba, sentía que era muy reciclado. Desde que empecé a escuchar los temas de Feid, conecté más con esa vuelta. Fue la persona que me hizo entender la música, y que se me haya dado una colaboración con él y con Justin Quiles en un momento prematuro de mi carrera cambia las reglas del juego, cambia completamente. Hay que trabajar el doble, cambia la forma de pensar, hay que pensar el doble, pero más que eso, también me cambió la forma de llegar a la meta, de aprender. Antes hacía discotecas con 10 o 15 personas máximo que iban, y después en un festival Estéreo Picnic. Feid me enseñó a valorar el proceso, porque cuando llegas a la meta, si no valoras el proceso, la felicidad te dura 2 minutos.

¿Cómo estás viendo también la movida de tu país? Son una nueva generación, Colombia explotó ya con J Balvin, con toda esa movida que fue como la batuta, fueron los números uno…

—Nosotros tenemos unos espejos muy bonitos: J Balvin, Maluma, Karol G. A Shakira la conocen en lugares que uno no entiende cómo alguien puede conocer a una persona tan lejana. Tenemos mucho de dónde aprender, y veo el movimiento en Colombia ahorita aprendiendo mucho, siguiendo pasos, tratando de aprender de pronto de algunos errores que pudieron tener ellos. Se empieza a ver un apoyo que antes yo no veía tanto. Te puedo hablar desde Cali, que cambió de manera impresionante. Antes no teníamos quien grabara videos o nos hiciera música, pero en este momento estamos, por fin, viendo como esperanzas.

“Estamos haciendo temas muy buenos”

Siempre le pregunto a los artistas, ¿cuáles son sus tres temas esenciales de tu carrera?

“Bulevar” es uno. Los que me conocen desde el freestyle saben que a mí siempre el desamor se me ha dado muy bien, y a la gente le gusta mucho escucharme en ese tema. Cuando Kapo me mandó “Bulevar”, hacía rato no componía sobre desamor y sentía que tenía guardado un chanteo. Siento que ese es el Esteban del 2020 o el 2018, el que tiraba rapeo sin pensar en si la barra era comercial, sacaba lo que tenía por dentro, y a la gente le gustaba. Es una canción que me identifica mucho con mi esencia inicial.

“Sueños perdidos” es la otra parte, el Esteban Rojas que de pronto la gente no conocía. Mucha gente no sabe que yo toda mi vida escuché salsa, balada, música de la que cantaba mi papá, y eso inconscientemente me hizo enamorarme a mí de las melodías, de cantar alto. Esa es la otra parte de Esteban: el que canta, el que se mete a los reggaetones fresa, el que le canta a las babies.

Y “La H es muda” es el Esteban de hoy, ayer y mañana. Ese día no sé en qué estaba pensando, pero es algo que me identifica mucho, es mi favorita.

¿Cuéntanos cuáles son tus próximos pasos para este año?

—Música tengo, y esto que estoy haciendo en Chile es muy importante. Nosotros tenemos una agenda hasta fin de año, pero estoy seguro de que esto —y ojalá Dios me oiga— nos cambie las reglas y nos cambie todo, porque estamos haciendo temas muy buenos, creando conexiones valiosas y aprendiendo mucho.

El objetivo es la internacionalización…

—Eso es a lo que vamos. Este año y el anterior fui a España, estoy tratando de hacer un trabajo también por allá. A Chile también voy a estar viniendo muchísimo. Y también tengo un viajecito a México.

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