Hace exactamente un año Fufibunni debutaba formalmente como cantante en el contexto de una Microcasa - un espacio de música en vivo parte del universo de contenidos de Microtráfico. Se trataba de un show de $lum y era parte de su capítulo del podcast. Cuenta Fufibunni, que se llama Cassandra Saldías, que el rapero la invitó y ella dijo altiro que sí. Se atrevió nomás.

Salvador Escobar aka Tío Microtráfico, anfitrión del espacio físico y uno de los conductores del espacio digital ha declarado públicamente y en esta misma sección: “Soy absolutamente fan de esta artista. Fufibunni es un vendaval de carisma, una de las figuras de mayor potencial en Chile y lejos la discípula más aventajada de Nicki Minaj en toda Latinoamérica”.

“Yo no cachaba mucho de la escena realmente, era yo e internet solamente. Cuando saqué el primer tema, a los meses empezaron a compartirlo harto, y ahí recién empecé a conocer la movida”, contó en La Junta Plus. “Saqué ese tema porque quería hacer música y nada más, como espectadora tampoco conocía mucho del ambiente, de shows ni nada”, explica la cantante que hasta los 12 vivió en La Pintana y luego se mudó a Puente Alto.

En esa, la primera entrevista que dio en su corta pero intensa carrera, contó que a los 17 salió del colegio, que pasaron cosas que la deprimieron, no dio la Pase y no se pudo meter a estudiar. En ese tiempo, mientras se buscaba a sí misma, tuvo el impulso de hacer una canción y lo hizo.

En esta, su segunda entrevista cuenta: “El gusto por el arte siempre ha estado presente en mi. La música, las palabras, las rimas, desde que tengo memoria ha sido algo que ha salido solo de mí de una manera innata. Desde que tengo memoria he amado tararear melodías, componer, crear algo, dibujar también lo hago desde muy pequeña. A veces siento que la poesía y la música están dentro de mi”, cuenta.

Hay algo que antes de seguir leyendo debes saber sobre Fufibunni. Ella reconoce haber experienciado una vida “crónicamente online” durante su adolescencia.

“He sido expuesta desde muy pequeña al internet y la vida cibernética as some may say, de alguna manera crónicamente. Soy una hija del internet, me crié en él, no acostumbraba a tener amiguitos de cuadra o ser uña y mugre con mis primos cómo muchas infancias. Entonces pasé mucho tiempo navegando por internet, desde foros o redes cómo tumblr, YouTube y así”.

Lo anterior, sumado a su gusto por contenidos como los reality de las Kardashian o Jersey Shore forjó hasta su manera de hablar en un carismático spanglish.

El primer acercamiento a la música de Cassandra fue intentando sacar canciones de Lana del Rey. “Nunca creé una canción completa, pero sí algunas melodías here and there”. Sus primeras creaciones propiamente tales fueron video-poemas. “Esas fueron mis primeras composiciones. Las hacía con un piano que tocaba con la App de Garageband. Nunca he estudiado música de manera teórica, es algo que de curiosidad he aprendido”.

“Eran clips de videos de los sesenta o setenta grabados por mi en la app 8MM, eso le daba un toque más nostálgico, acompañados de un poema en inglés y una pequeña sucesión de notas en un piano VST”, ahonda.

“Nunca tuve una relación cercana con el concepto de familia, así que no tuve ni influencia ni oposición de alguien. Siempre lo hice de manera muy solitaria, no era algo que le contase a mis padres o mis tíos o algo así. Es algo que he hecho algo así como en las sombras, aunque alguna vez se lo mostré a una u otra persona de mi familia pero no fue algo así cómo no lo hagas o si lo hagas.

Sobre sus influencias artísticas primarias, Cassandra cuenta que venían de “lo que estaba viviendo en mi adolescencia. El sentir tanto y sentirme mal por sentir tanto, y mis reflexiones de cosas que estaban ocurriendo”.

En la entrevista con La Junta Plus también cuenta que el término de una relación que calificó como tóxica también fue una experiencia canónica de su vida y que moldeó su carácter.

Con casi una decena de singles, un EP de remixes “SEXXXDOLL THE REMIXES” y tres videos oficiales, Fufibunni asoma como un nombre que podría atravesar las fronteras del under. Al respecto la artista de 19 años reflexiona:

“Ha sido un poquito abrumador esta atención tan rápida desde the media y el reconocimiento que se me ha dado cómo artista. Es algo que veía muy lejos, por temas de autoestima y complejos dentro de mi. Por mucho tiempo me hicieron creer que no servía o que era demasiado para servir, too much to function. Siempre me decían cosas para bajarle un poco a mis revoluciones cómo ellos used to say. Ha sido un sentimiento extraño, algo a lo que no estaba acostumbrada. Pero me siento agradecida de esa visibilidad y aceptación que se me ha dado a pesar de haber aparecido hace poco tiempo”.

En La Junta complementó al respecto: “Ha sido trabajo de mi equipo el ayudarme a creerme el cuento. Todo el tiempo les digo que me cuesta, les digo que estoy disociada. Ellos me han guiado a subir ese escalón, pero no me creo tanto eso de que sea distinta, soy yo solamente. No intento hacer algo para diferenciarme, hago música porque quería hacer música, no por otra cosa”.