Khea y el inicio de la movida urbana argentina: “Es un sentimiento que no lo sentí nunca más”

Khea.

El trasandino vuelve al país y entregó algunos detalles de lo que prepara para su recital. Además, abordó el nuevo aire que atraviesa en su carrera tras enfrentar una depresión, el legado de su generación para la música de su país e, incluso, su pasión por la cocina.

Conoció el éxito y los focos, pero también la desilusión y el peso de la industria. Este transitar ha marcado la vida de Khea (24), quien, siendo solo un menor de edad, fue artífice de canciones que posicionaron el trap argentino en la escala mainstream. Temas como “Loca” o “She Don’t Give a Fo” son algunos de los más representativos de esos años que cimentaron la actual movida al otro lado de la cordillera

Hoy, tras superar una depresión que lo alejó de una de sus pasiones, está “volviendo a las canchas”. El puntapié inicial para este reencuentro artístico fue Serotonina (2023), un trabajo más introspectivo, cansado de la superficialidad y las banalidades de la música comercial, que lo llevó a estilos como el pop, EDM hasta salsa.

“Fue todo un proceso largo de seguir metiéndole, sacar canciones y buscar proyectos nuevos. Volver a reconectar con mi arte, con mi público y, por suerte, creo que este año lo decidí arrancar muy fuerte, con mucho trabajo, mucha música, muchos shows, y es lo que hice. La vida me está devolviendo todo el esfuerzo y el trabajo”, dijo a La Cuarta.

Durante esta temporada, regresó al trap, el género que lo llevó a las grandes ligas, pero con otra visión. Prueba de esto son Trapicheo Vol. 2 y 1000mg: “Uno, como humano, va evolucionando, van pasando cosas. Hay un momento en el que no puedes hacerte más el boludo. Yo ya no estoy viviendo la vida que vivía de los 17 a los 20. Soy una persona totalmente distinta. Sigo con el hambre y el alma de joseador que tuve siempre, pero adquirí nuevos conceptos y formas de vivir”.

Khea.

¿Qué es el trap life?

—Es ir por los objetivos con o sin herramientas, con lo que tengas, buscártela y hacerlo. Para mí, eso es el trap life. Y, obviamente, cuando estés en la cima de la montaña, no virarte y seguir siendo el mismo que eras cuando no tenías nada. Siempre apoyar, sumar y tener respeto.

“Creo que ese otro lado tiene mucho que ver también con estar en la calle y juntarte con gente que sabe, que tiene cultura de calle. No hablo de armas, sino de un barrio, que es la verdadera humildad. En un barrio ves cómo la gente se ayuda. En un barrio ves un montón de cosas que, capaz, en la ciudad o en ciertos lugares no se ven, y creo que salir de ahí te da un poco de eso, ciertos valores”.

Siguiendo con el trap, Trapicheo Vol. 2 es súper contingente con lo que pasa en Estados Unidos…

—Ellos inventaron todo. El que te dice que la referencia no es allá está mintiendo. Todos buscan sonar lo más cercano a eso. Capaz tenemos rock nacional y mezclamos un poco.

¿Y qué estás escuchando?

—De trap americano estoy escuchando a Lil Uzi, que sacó un nuevo disco, Lil Baby, Central Cee, que es británico. Y ahora salió Young Thug, así que estoy esperando qué sacará el papá de todos.

En el Cypher de España hablaste de que la industria es salvaje. ¿Por qué?

—Porque se mete tanta gente... Esto es una industria que primero se crea con unos pocos artistas que tienen una idea, saben cómo llegar a la gente, están con la gente. Después de eso llegan todos los que quieren una tajada de esto. Cuando eso pasa, todo se industrializa y se abre mucho. El campo energético, el núcleo que hizo que todo funcione, se empieza a distorsionar.

“Porque hay gente que no conecta de verdad con lo que estamos sintiendo y solamente conecta con el resultado. No saben lo que es hacerlo. Eso se mezcla un poco y se empieza a volver más salvaje, más político, más tira y afloja, y quedan muy pocos que entiendan el concepto y la energía de la génesis”.

¿Cómo se juega entre ser un producto y ser un artista?

—Eso se da de manera muy natural. Cada uno calcula su técnica y su magia. Cada artista, producto o persona debe tener su forma de llevarlo. Terminas siendo un producto: tu cara, tu empresa. A raíz de eso llegan muchas cosas. Trato de naturalizarlo lo más posible y no enroscarme ni ponerme en un pedestal por ser un artista consagrado o por haber tenido mucho recorrido. Sé que me falta un montón, todavía estoy aprendiendo.

¿Cómo se mantiene la humildad siendo tan chico y llegando a niveles tan grandes?

—Yo no soy humilde en pedo (bromea). Qué sé yo, son los valores. Depende de cómo te criaron en tu casa, lo que te pasó de chico, y eso definirá cómo te vas a manejar de grande. Mi familia me dio valores muy hermosos. Mi equipo lo conozco hace mucho tiempo y ellos me mantienen en tierra.

¿Qué provocó el cambio?

—Creo que lo de la depresión que tuve hace poco me hizo ver ciertas cosas que antes no veía.

Pionero

Khea.

¿Cuál crees que es el legado de toda esta primera movida del trap argentino?

—Hay algo muy claro: cuando salimos nosotros, cada uno o dos años aparece un nuevo grupito de artistas. Eso te marca el linaje del movimiento, que no era de unos pocos, sino que permitió desarrollarse y que nacieran nuevos artistas todo el tiempo. Una vez que eso pasa recurrentemente, significa que es algo que llegó definitivamente para quedarse. Lo que nosotros marcamos fue eso. Mucha gente nos hateó, decía que esto era moda, pero al final del día un montón de pibes salen y la rompen.

Ser precursor siempre es más complicado…

—No había nada.

¿Qué extrañas de esa época?

—Buena pregunta, amigo... Te juro que si me das a elegir, volvería a hacerlo de nuevo. No sé si cambiaría cosas, pero te juro que hay algo en el principio, una energía de sentir que está viniendo el tsunami. Es un sentimiento que no lo sentí nunca más. Es tan raro decir ‘estoy haciendo algo grande’. Fue el big bang, me gustaría sentir de nuevo esa sensación. Y sigo siendo el mismo muerto de hambre, compitiendo conmigo mismo, poniéndome metas inalcanzables, pero hoy hay bases. Antes era de ‘si no hago esto, me pego un tiro en la cabeza’.

“Siempre hay algo nuevo. Siento que la música me dio esa sensación, que tal vez voy a encontrar en otra cosa. A mí me gusta mucho la cocina. Capaz si quiero hacer la carrera de chef, ahí quiera ser el mejor chef del mundo”.

Del trap a la cocina

Supe que quieres hacer un restaurante...

—Ahora estoy enfocándome en viajar y probar platos, ir agarrando data. Ahora me voy a Perú, nunca he ido, y es el top 1. Voy a ir a comer mucho.

¿Cómo nace el amor por la cocina?

—Mi viejo es muy capo cocinando. Me dio algo en la cocina, que es el hecho de inventar y ver la cocina como un arte. Teníamos un pedazo de jamón, pedazo de queso, medio tomate y un paquete de fideos, y quedaba riquísimo. Me gustaría hacer platos que no se hayan hecho.

Como el trap: con poco se puede hacer mucho…

—Lo veo como un arte. Yo no tengo receta en la cocina, lo voy haciendo como lo voy sintiendo. O sea, capaz que hice la misma salsa, pero el día anterior le puse un poco más de orégano y hoy siento ponerle menos.

¿Cuál es tu plato que te queda mejor?

—Soy muy bueno cocinando pasta de todo tipo. Me falta hacer sushi y todavía no sé prender el asado.

¿Cuáles son tus tres canciones esenciales?

—Voy a poner Serotonina, que es un disco que puede ayudar a cualquier persona. Tiene mucha data. Tuve gente que me ayudó a hacer el disco para que ayude a la gente a sanar. “Dónde estás” es una de mis canciones favoritas, me encanta tocarla en vivo. “Fuera de la órbita” con Ysy A me transmite una vibra muy heavy. Esto puede cambiar, te estoy diciendo lo que siento ahora.

Khea en Chile

¿Qué se viene en tu show en Chile? ¿será un grandes éxitos?

—Obviamente tendrá su parte de grandes éxitos. Será un show dentro de todo largo, con momentos tristes, alegres, estaremos rockeando. A Chile no voy hace mucho tiempo, Serotonina no lo pude tocar, Trapicheo 1 y 2 tampoco, así que va a tener de todo.

¿Cuándo una colaboración con algún chileno?

—Con Polimá me gustaría hacer algo de vuelta.

Este 22 de noviembre, el artista trae sus hits en una visita muy esperada por sus fanáticos nacionales. Las coordenadas son el Teatro Coliseo, desde las 21:00 horas. Todavía quedan entradas disponibles en Puntoticket.

Revisa la lista de precios a continuación:

  • Cancha: $51.750
  • Platea baja: $40.250
  • Silla de ruedas: $40.250
  • Acompañante silla de ruedas: $40.250

(Se incluye cargo por servicio)

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