El exitoso show en Lollapalooza, un Caupolicán lleno y el lanzamiento de su primer disco “Besitos, cuídate” configuran un rutilante 2022 para Trinidad Riveros. “Amarse es un acto de rebeldía”, dice la joven artista que se repuso con valentía al debut más sádicamente criticado en la historia de la música chilena.
Fue hace casi exactamente cinco años, en julio del 2017, que la vida de Trinidad Riveros cambió de una forma radical. Como de película, o de serie en realidad, según ella misma.
El primer semestre de ese año, Trinidad, una joven de 19 años, estudiante de dirección audiovisual de la PUC junto a un grupo de compañeras, se lanzaban a la idea de hacer un videoclip.
La protagonista sería Riveros, actuando sin ninguna pretensión más que hacer un video que uniera sus dos pasiones, la música y Colo-Colo. Antes había intentado un proyecto musical siendo DJ, sin éxito.
A Julio César Rodriguez, en La Junta, varios años después, el 2021, le contaría que se consiguió permiso para entrar junto a sus compañeras al estadio Monumental mandando un correo donde explicaba/mentía que era para un trabajo de alianzas del colegio y que grabaron a lo comando en dos jornadas, una dentro del estadio haciendo un tour guiado y la segunda en los estacionamientos.
La canción, “Mi only one”, que fue producida por un entonces muy under y muy emergente Gianluca, fue subida a Youtube bajo el nombre de Princesa Alba, que era el @ que usaba entonces Trinidad en Instagram y que estaba tomado de otro IG que recopilaba fotos de mujeres hinchas de Colo-Colo.
El tema apareció en una época donde el género urbano en el mainstream era todavía muy dominado por hombres y con canciones que hoy día parecen como de hace una década tipo “Despacito” de Luis Fonsi y Daddy Yankee, “Felices los 4″ de Maluma o “Me rehuso” de Danny Ocean.
Estamos hablando de un momento donde Bad Gyal era una especie de secreto hipster y que el neo perreo de DJ Lizz o Tomasa del Real también era super under. El autotune y la estética noventera remixada con gifs y 8 bits, más una moral media bedroom pop sicodélico sad causó un impacto viral importante y bastante inédito.
“Fue todo muy Black Mirror: subí el video un domingo en la noche y el lunes en la mañana habían periodistas afuera de mi casa y yo, pensando que era mi pololo, fui a abrirles en bata recién levantada”, contaba una todavía sorprendida Riveros.
“Tenía 19 años. Miro para atrás y hoy día me admiro de haber sido tan valiente”, contó a La Junta.
Nace una estrella
El año 2011 una adolescente estadounidense reventaba un todavía muy joven también Youtube con una entusiasta canción sobre el inicio del fin de semana. Hablamos de “Friday” de Rebecca Black, un nombre que ese año se volvió lo más buscado en Google. Así de heavy. La canción fue quizá el primer, o al menos uno de los primeros, hits virales.
Pero toda esa luz tira una enorme cantidad de sombra también. “Friday” fue considerada por millones de personas literalmente como “la peor canción de la historia”. Se sabe, el público detrás de una pantalla es quizá el público más cruel de la historia de la humanidad y no tuvo problema con hacer llorar a una artista aspirante de 14 años.
Con “Mi only one”, no fue tan distinto. No es exagerado decir que las críticas fueron despiadadas. Casi como si quien estaba cantando esa un tanto rústica, acaso algo amateur, pero entusiasta canción, no fuera una persona real y con bastante potencial de desarrollo. En palabras del escritor ciberpunk y académico Douglas Rushkoff cree que este tipo de vinculaciones digitales “lo que está amputando es nuestra alma”.
“Al principio de mi carrera, tuve una entrevista con el Clinic en la que dije que me gustaba ser carne de cañón, que me gustaba poner mi cuerpo y mi vida a la disposición de la gente y los medios para que se me critique y yo a partir de esas críticas poder hacer eco y decir ‘hey no, esto está mal. El bullying no puede ser, no se pueden burlar de mi cuerpo’ y de ahí crear consciencia (...) me hice la fuerte y no lo era tanto. En un minuto no me dejaba sentir pena o sentirme mal por los comentarios que me decían y eso al final te va carcomiendo” contó al respecto a The Clinic.
La historia de ascenso viral a la fama, no fue ni de cerca un cuento de hadas y como ella misma describió fue más distopía Black Mirror pero en un acto de resiliencia e ímpetu digno de estudio, Trinidad Riveros, volvió a la carga dos meses- y un millón y medio de visitas en YouTube y una cantidad incontable de notas- después.
Con “Baby Papi”, Princesa Alba, dejaba lentamente de ser un meme- según ella misma contó a La Junta, en realidad le costaría como un año- y empezaba el juego real.
“Quiero lanzar un EP pero como recién estoy partiendo me demoro caleta en sacar canciones. Se vino todo muy encima y congelé precisamente para lanzar un EP en un futuro próximo”, revelaba a Pousta entonces.
Mirá de quien te burlaste
Marzo del año 2022, Princesa Alba hace gala de su pasado como gimnasta bailando elásticamente junto a su cuerpo de baile y una banda integrada totalmente por mujeres en Lollapalooza.
Agosto del presente año. Princesa Alba se baja del escenario. Acaba de terminar su show ante un teatro Caupolicán repleto. En entrevista con La Junta+ dice: “Nunca me imaginé una hueá así, de verdad. Partí en la música sin ninguna pretensión y ahora toda esta gente disfruta lo que hago y yo respondo dándolo todo en el escenario. Este es el primer mejor concierto de mi vida (...) Para mí es un hito, mi primer concierto fue en el cine arte con 40 personas y canté ‘My only one’ 3 veces seguidas (risas) es muy emocionante”.
Ante la pregunta de si consideraba este logro como una revancha. Riveros contestó con una sonrisa de oreja a oreja y una copa de champaña en la mano: “Es cierto que al principio tuve mucho hate, comentarios negativos, pero seguí porque me di cuenta que había gente que igual le gustaba y todavía me sorprendo con lo querida que me hacen sentir. Igual yo nunca me quedo satisfecha con demostrar lo que valgo, es una competencia conmigo misma, siempre quiero más, más, más”.
Antes de llegar a esos escenarios el viaje de Princesa Alba incluyó el mixtape Del Cielo, que el 2018 le valió nominaciones a los premios Índigo y Pulsar, no tuvo ningún hit descollante y en realidad parecía más bien ser un momento evolutivo donde Trinidad se desapegaba de manera más definitiva de la etiqueta trapera que en realidad nunca le quedó del todo bien.
“Nunca me he sentido parte tanto del trap. Quizás también tiene que ver con eso, en un principio nunca me sentí parte porque era súper machista la escena. (…) Me metí precisamente por eso, porque lo que estaba escuchando en ese momento, que era trap latino, era súper machista, y quería enfrentar la música urbana desde un imaginario femenino”, contó el 2019 a Culto.
Los hit que la catapultaron al mainstream son derechamente pop, un género donde aparentemente la artista siempre se ha sentido más a gusto. “Convéncete” hasta el momento su mayor hit, con video que dirigido por Marialy Rivas logró una nominación a Urban World Film Festival en Nueva York, y “Ya no quieres quererme”, escrita a dúo con su aliado Francisco Victoria, son el mejor ejemplo de aquello.
En una entrevista que hizo presentando su larga duración debut “Besitos, cuídate” en radio 40 Principales ahonda un poco a ese respecto contando que el disco “tiene referencias al 2000, con hyperpop y pop, con un poco de urbano, pero es muy Justin, Britney, Miranda, Moloko”.
Pero quizá lo más relevante, más allá de las categorías musicales donde se pueda acoplar el disco es su declaración de principios: “Besitos, cuídate es una oda a las amigas y al amor propio. Porque amarse es un acto de rebeldía”.
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