La mágica historia de Joaquín Calderón, aka Magicenelbeat

Sin Magicenelbeat no existen, entre otros hits, “Ultra Solo”, “Siempre Fine”, “Cu4tro”, “Moneyman”, “Tak tiki tak, ni Un Coco” de Bad Bunny. Así de simple. Detrás de la magia de Magicenelbeat, está Joaquín Calderón.

Las siguientes escenas ocurren muchos años antes de que Joaquín Calderón (24) se transformara en Magicenelbeat. Antes, por supuesto, de que produjera una canción para el mismísimo Bad Bunny y fuera nominado a un Grammy Latino. Mucho tiempo antes también de estar literalmente detrás de buena parte de los sencillos del género urbano chileno más escuchados en el mundo.

Ocurriría casi como por arte de magia.

En una reciente entrevista en el podcast de Joe Rogan, Anthony Kiedis relató la historia de sus compañeros de los Red Hot Chili Peppers y de otra persona fundamental para la banda, como el productor Rick Rubin, que estuvo detrás de los discos más trascendentes del grupo. La tesis de Kiedis era que ninguna de esas personas había llegado a la música “de casualidad”. Decía que había hitos en su biografía que habían delineado ese destino de manera inexorable.

La teoría es atingente si nos remontamos aproximadamente una década atrás. A la comuna de San Bernardo, en Santiago de Chile. Joaquín Calderón tenía, en ese entonces, 13 años cuando su hermano mayor, sin saber la explosión sináptica que produciría, le muestra el video de un concierto de los Red Hot Chili Peppers.

“Flashié completamente”, le dice Joaquín a Julio César en La Junta. Dice que lo veía todos los días.

Magicenelbeat

Para entonces, el entonces pequeño Magicenelbeat ya había tenido otro momento epifánico.

“Cuando tenía 11 años, un compañero que escuchaba rap, me enseñó a hacer beat box. Ahí entendí mentalmente la estructura del ritmo”, contó y sumó una tierna anécdota. Con ese amigo, al igual como reza la canción de Javiera Mena, compartían audífonos y escuchaban Movimiento Original. La banda luego fue a tocar a su colegio y Joaquín le pidió a DJ Acres que le hiciera un autógrafo en el brazo.

Acá la historia agarra vuelo. Según contó a Culto, su comienzo experimentando con la producción musical vendría gracias a Nico, un amigo de su hermano que hacía beats de hip hop. “En ese tiempo, estaba todo pasando con el hip hop, El Sur es Hardcore, Planeta Rap. Él me dijo cuáles eran los programas que tenía que instalar y de ahí empecé, como la mayoría de mi generación, viendo tutoriales de YouTube”.

“Primero fue intuitivo, empecé a dar click en cualquier lado y entendí levemente de qué se trataba, pero desde el primer momento se instaló en mí, en mi personalidad que hoy día tengo, que es como que a lo que yo me dedico lo hago todos los días todas las horas del día ¿cachái? Incluso la primera vez que lo intenté, ese verano no salí a la calle. Junto con eso me volví más fan de la música que escuchaba, pero porque quería hacerla, quería entender. Yo siempre decía que cuando mi música sonara como la música que escucho voy a sentir que lo estoy haciendo bien”, relató a Medium.

Sus influencias empezaron a venir del hip hop chileno y el reggaetón que escuchaban sus hermanos, tipo Wisin & Yandel. “También había un dúo de productores con los que rayé, Musicólogo y Menes, que eran productores de Daddy Yankee”, relata.

Magic
Magicenelbeat

El primer acto de magia ocurriría una tarde cuando El Calle Latina, un productor más experimentado entonces, llegó a su casa: “Un amigo de él estaba haciendo un tema conmigo, y fue a ayudarlo. Ahí me vio y me dijo: ‘Hermano, erís super bueno, tengo un amigo que también es productor y necesita alguien’. Gracias a él conocí al Ceaese, al Pablo Chill-E”.

Para lo que vendría después, faltaba el toque final. Cuando tenía 14 años, Joaquín empezó a aprender trucos de magia, una cosa llevó a la otra. Primero se iba poner Magic Beat, pero lo hizo en español y quedó como Magicenelbeat.

Segundo Acto

Junto con Taiko, que ha trabajado con figuras internacionales como J. Balvin y Bad Bunny, Magicenelbeat es actualmente el productor urbano más connotado del país. La razón: Calderón está en los créditos de un disco nominado a dos Grammy Latino: “Álbum del Año” y “Mejor Álbum de Música Urbana”.

“Cuando tenía 13 años le dije a mi mamá: voy a hacer música toda mi vida y algún día me ganaré un Grammy. Hoy 10 años después, por primera vez estoy en una nominación, gracias infinitas a todos los que me desean su buena energía, y que siempre están ahí para darme una palabra de apoyo, estoy muy emocionado”, posteó en su Instagram.

El disco es “Un verano sin ti” de Bad Bunny, uno que de seguro estará en todos los rankings de mejores del año.

Tres años antes, verano del 2019, Joaquín, que en ese entonces estudiaba técnico en sonido en Inacap, recibe la llamada de Nicolás Jara, el amigo de su hermano. Se había hecho conocido con Noah Assad, manager de Bad Bunny. Assad quería armar una reunión con el abc del género urbano en Chile.

Un día iba camino a la universidad, rutina para la cual se levantaba a las 5 de la mañana, cuando recibe la llamada de Nicolás, quien luego se convertiría en su manager. “Tienes que ir al Ritz Carlton”.

Magicenelbeat

Cuando Magic llegó al hotel, cuenta, estaba absolutamente todo el jet set de la escena chilena. Cuenta que fueron pasando individualmente a reunirse con Noah. “Me fui en metro, corriendo medio sudado para llegar a la hora, con mi computador en la mochila. La gente del hotel nos miraba raro, si éramos como cabros que venían del barrio, fue una experiencia loca”, contó a Culto.

“Como a las cuatro de la mañana entré yo, medio urgido porque a las 5 tenía que irme a clases”, cuenta riéndose. Al momento de entrar, de los últimos, el mismo Noah le abrió la puerta y al presentarse le dijo: “Cabrón, he escuchado todo el día de ti”.

“Pasó que justo todos los que habían trabajado conmigo, le mostraban música y le decían ‘este tema lo hice con el Magic’. Me dijo no tenemos más que hablar. Muéstrame un par de ritmos’. Le mostré un par de ritmos y me dijeron que había dos tipos de acuerdo, y que tenía que elegir. Elegí uno y me mandaron los documentos para que los firmara”.

Así entonces, Magic se fue de ese hotel con un contrato firmado para Rimas.

Sin embargo, la concreción de su colaboración con Bad Bunny ocurrió mucho tiempo después.

“Estuve mandando beats durante dos años, como 110 beats”, dice.

Primero el 2020 le hicieron saber que Benito había escogido una de sus pistas para YHLQMDLG, cosa que finalmente no se concretó. En ese disco, fue Taiko, Nicolás Jaña, quien se inscribiría en los créditos con la canción “Una vez”.

“Ahí yo dije, ‘se acabó esto’, pero el Nico, mi manager me decía que tenía que seguir”, confiesa.

“En diciembre del año pasado me dicen que a Benito le gustó un ritmo y pidieron que enviara todos los sonidos por separado para coproducirlos. Me acuerdo que estaba almorzando en un restorán peruano, saqué mi computador y mandé. Después me mandaron el acuerdo legal con todos los detalles. Leo el asunto del mail, y decía Un coco, me maté de la risa, no sabíamos por qué se llama así. Pero en los días previos, había ansiedad, pensaba que igual podían echarse para atrás. Hasta que un día él subió el tracklist y ví que salía Un coco. Ahí ya dije ‘es real’”, narra.

Tercer acto y final

“El beat no es lo principal, sino que es la voz. A mi gusto, lo principal es que un beat haga que la canción se sienta agradable, sin que tenga que robarse la canción. Si logro captar su atención sin la necesidad de sobresalir, ahí lo consigo”, dice Magic sobre su visión de la música. Eso explica que por ejemplo el beat de su canción para Bad Bunny, parezca muy sencilla, casi como Lofi, pero que sin embargo haya sido escogida entre miles de otras.

“La forma más simple de explicarlo es que es toda la canción sin la voz, la instrumental, el beat, bueno y después, cuando se tiene la voz, se edita”, agrega.

Otra mágica historia es la que ocurrió la pasada Navidad en Argentina, cuando viajó junto a Polimá Westcoast a trabajar con varios artistas trasandinos. El destino quiso otra cosa, toda su agenda se canceló por un brote de Covid así que quedó solo con Poli en el estudio.

“Nos quedamos literalmente solos, en Navidad, echando de menos a la familia”, cuenta el productor sobre la génesis de la que hasta ahora es lejos la canción chilena del año. Sobre el beat, revela que quería hacer un reggaeton que fuera con un ritmo rápido. La razón: “Porque siempre en las discos los DJ aceleran las canciones, eso me carga, entonces pensé que si lo hacía rápido no lo iban a hacer”.

No termina ahí. Según confesaría en La Junta, la canción inicialmente iba ser con Tiago, pero como se enfermó, armaron un plan B y se la propusieron a Pailita, que según el productor, le dio el toque exacto para dejarla lista para ser un hit. Después vendría el remix con Paloma Mami, Feid, De la Ghetto; la globalización y Dua Lipa bailando la canción en una disco con Aaron Piper.

Ultra todo
El productor chileno Magicenelbeat

“Nuestra experiencia musical es muy parecida a la selección chilena; a lo mejor Alexis cuando estaba en el Colo nunca pensó que iba a jugar en el Barcelona pero tenía la capacidad, estaba al nivel. Nosotros somos igual, somos puros cabros que salieron de la nada, pero tenemos la capacidad para estar en esas ligas”, reflexionó.

La gestión emocional, acaso madurez que tiene Calderón, cuenta, viene en la forma del título de otro hit, uno que creó junto a Young Cister: ´la terapia.

“Tomo terapia como hace 10 meses por otras cosas. Es importante mencionarlo porque no se habla mucho y en Chile se necesita”, ha dicho. “El mensaje que yo entrego que a mí me cambió la vida entrar en ese proceso, ver las cosas de otra forma, sanar (...)”.

Sobre su presente y futuro, el productor concluye: “Es emocionante por todos los años, los piques al metro levantándome a las cinco de la mañana para ir a la U. De alguna forma las cosas pasan cuando uno se esfuerza. Ahora viene la etapa más difícil, entrar en una industria que ni siquiera es de mi país, estar lejos de la familia, más tiempo ocupado, pero esto es lo que siempre soñé”.

Temas Relacionados

COMPARTIR NOTA