La sinceridad y el engaño: apuntes sobre la ruptura de Nicki Nicole y Peso Pluma

“Lo que le pasó a Nicki Nicole le ha pasado a un montón de personas que ahora se están proyectando en ella”.

Los famosos corte Nicki Nicole y Peso Pluma son corderos sacrificiales que elegimos para representar valores universales a la vez que los despojamos de su propia humanidad. Se trata de un juego macabro que data de tiempos inmemoriales. Dame tu alma y te doy una cantidad de atención y lujos con los que ningún mortal se atrevería a soñar.

Las redes sociales han hecho que el juego se vuelva cada vez más retorcido, en especial con los artistas. Porque si antes la audiencia se relacionaba con ellos mediante su obra, ahora la suerte de su imagen pública depende mucho más de lo que ellos postean y de lo que otros postean acerca de ellos. Eso moldea la percepción sobre su trabajo.

Siempre funciona así. La info que manejas respecto a algo o alguien le da forma a la reacción que ese algo o alguien te provoca. En la música uno lo nota caleta. Ponte tú, yo cuando chico encontraba terrible fome la canción ‘Tears in heaven’ de Eric Clapton, hasta que supe que hablaba de la muerte de su hijo de cuatro años. Ahora ese tema me hace llorar.

En las redes, por toda la data que circula, este fenómeno se acentúa brígidamente. Un claro ejemplo: las funas y los cambios que pueden generar en la percepción que tenemos de un artista. El mismo cantante que antes te hacía sentir vivo con su música de repente se transforma en un asqueroso culiao que te da náuseas. ¿A quién no le ha pasado?

A esta altura, yo cacho que todos somos ex fans de algún artista por razones ajenas a su obra. Con tanta info disponible, ninguna sensibilidad está a salvo de ser ofendida. Y como cada uno juzga a los famosos desde su propia escala valórica, las aristas morales son tantas como estrellas en el cielo. Siempre puede haber algún trigger por ahí.

Súmale que en las redes, al final de cuentas, lo que hacemos es representarnos. Se trata de espacios donde la identidad se forja mediante el consumo, entonces las preferencias musicales (el consumo cultural, en este caso) dejan de ser meros gustos para volverse una forma de expresar lo que somos y posicionarnos frente al mundo.

Este cóctel molotov de variantes hizo explosión tras la ruptura de Nicki Nicole y Peso Pluma. Ellos, como buena pareja de corderos sacrificiales, representan algo que los sobrepasa. En el plano de lo simbólico, ella es la sinceridad y él es el engaño. Bajo esa lógica, su quiebre es una batalla en la eterna guerra entre la verdad y la mentira.

Aparte, el tecito en sí resulta súper cercano. En este mundo lleno de cámaras, no es necesario ser famoso para que graben a tu pareja siendo infiel, ni tampoco hacen falta millones de seguidores en Instagram para tirar palos en las stories. Lo que le pasó a Nicki Nicole le ha pasado a un montón de personas que ahora se están proyectando en ella.

“Pura farándula”, dirán algunos con justa razón. Yo mismo extraño la época en que la vida amorosa de los cantantes solo aparecía en las páginas de música cuando explicaba el lore de una obra. Pero aun así puedo reconocer que entre medio del revuelo hay algo interesante. Porque, en el fondo, esto no se trata de Nicki Nicole y Peso Pluma. Se trata de cómo somos ahora los fans.

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