Luciano Auad, corridos desde la Patagonia

Luciano Auad.
Luciano Auad.

Este músico de la región de Aysén en el último tiempo ha causado ruido por sus personales corridos, los cuales tienen un estilo patagónico con sabor a chamamé y milonga.

Los corridos urbanos ya son una realidad en la escena chilena, cada vez más jóvenes se vuelcan a este estilo que une cadencias de la música mexicana y el slang callejero.

Este es el caso de Luciano Auad, joven cantautor de 23 años proveniente de Villa O’Higgins, un pueblo de la región de Aysén. En ese sector prístino, ubicado a 1,350 kilómetros de la capital, emerge este artista que comenzó desde muy pequeño en la música, primero a los 13 años presentándose para sus compañeros, para después visitar toda su región acompañado de su guitarra.

Un payador que, siguiendo la tradición, contaba lo que pasaba y vivía en el pueblo de la mano de milongas, chamamés y valses, ritmos muy populares de la zona.

Sus primeros años fueron a “la vieja escuela”, con afiches y a base de tocatas, ya que en ese tiempo no ocupaba mucho las redes sociales, producto del ritmo de vida que tenía.

Pero todo cambiaría cuando se fue a estudiar trabajo social a la región de Valparaíso, un mundo nuevo, “un despertar”, como este mismo gaucho dijo. Conoció más artistas, más lugares donde tocar, incluso a su ahora productor Felipe Catrilef, actual bajista de Villa Cariño, quien ha trabajado con Christian Gálvez, Ernesto Holman, Ángel Parra, entre otros célebres exponentes. Y como el mismo Auad, también proviene de la región de Aysén, específicamente de Coyhaique.

Luciano Auad.
Luciano Auad.

“En Villa O’Higgins me sentía seguro porque conocía a toda la gente, todos se conocen, te ayudan. Pero allá era complejo porque no conocía a nadie, tenía un par de amigos, pero fue lindo hacerme camino al andar”, rememoró sobre esos primeros meses en el litoral.

No fue fácil pasar de su pequeño pueblo a transitar por dos ciudades como Viña del Mar y Valparaíso, las cuales en su conjunto pasan más del medio millón de habitantes. Sin embargo, el apoyo de amigos, colegas, compañeros de curso y hasta profesores fue fundamental.

“Mis compañeros de curso, cuando descubrieron que hacía música, me empezaron a apañar, los profes también. Entonces fue un bonito vínculo que generé con la región”, agregó.

“En la música todo está centralizado”

Comenzaste con el chamamé, pero cambiaste a los corridos…

—Ahí yo siempre con el miedo de mis tradiciones, de no perderlas. Pero poco a poco fui descubriendo sonidos que a mí me llenaban, y al final de cuentas llegamos a la conclusión de que la música es libre, y el folclore también se puede, de alguna forma, mezclar y evolucionar.

Es complicado ser artista de región, les cuesta el doble o el triple…

—Sí, lo que pasa es que tú acá podías estar sonando full, en todas las radios, saliendo en los medios, tocando en vivo, pero en Santiago nadie te conoce. Eso pasa mucho en la región. Lamentablemente, en la música todo está centralizado y nos cuesta el doble poder sonar. De hecho, el que me entrevisten desde fuera de la región para mí es lo máximo, porque se visibiliza un poco nuestra labor. Y hay que hacer el camino de irse a Santiago, trabajar duro, hasta “pegarle el palo al gato”, como se dice.

Y también la región de Aysén, como Magallanes, tiene estilos que les va muy bien, un caso de esto es el chamamé, por ejemplo…

—Sí, pasa harto eso. Nosotros lanzamos varios chamamés, un disco completo, después ahora lanzamos otro a principios de año, y suena harto acá, pero no trasciende, no cruza la frontera y no suena en Santiago, es la realidad. Cuesta asumirlo, porque en un momento estaba con la idea de pegar el chamamé, pensando que la gente le iba a llamar la atención, pero no pasó. Buscando también nacionalizar nuestro proyecto es que llegamos a los corridos tumbados.

“La mejor opción unirnos como artistas sureños”

Luciano Auad.
Luciano Auad.

El corrido pega desde México hasta Chile, los chilenos están haciendo harto corrido, está Primer Corte, Ignacio Ruiz

—Con Ignacio Ruiz por las redes nos hemos escrito harto, hemos hablado. Me comentó el último corrido que lancé, así que yo feliz, sería maravilloso conocerlo algún día. Y unirnos porque somos sureños: él es de Chiloé y yo de acá de Aysén. También en Puerto Montt estamos trabajando con Cumbia E’ Tu Madre ahora, y estamos haciendo una colaboración. Feliz de trabajar con ellos, siento que es la mejor opción unirnos como artistas sureños y tratar de levantar la escena del sur.

¿Y por qué llegar al corrido?

—La región de Aysén, y Chile en realidad, con México tienen mucha más relación de lo que nosotros creemos. Acá, junto con el chamamé, también llegaron los mexicanos. Y tienen mucho en común en el sentido de que siempre son letras que cuentan historias, letras muchas veces explícitas, pero que detrás tienen un momento histórico. Los payadores eran aquellas personas que contaban las noticias de pueblo en pueblo, en canciones. Yo siempre he sido de eso, de contar historias a través de la música.

“Los corridos siento que son una muy buena herramienta sonora, porque son más amigables al oído, tienen un coro que se te puede pegar fácilmente. Aparte está el boom de los corridos tumbados a nivel global: Peso Pluma, Natanael Cano, Fuerza Regida, artistas que ya están a nivel mundial. ¿Pero por qué no crear un estilo chileno de corridos? Eso es lo que también le he escuchado a Ignacio Ruiz, y le encuentro toda la razón, lo encuentro un visionario”.

¿Estás en un cambio de sonido?

—Y ahora estamos en una nueva era, cambiando el sonido, deconstruyendo lo que era Luciano Auad hace dos años. Antes era solo vestimenta tradicional y música tradicional. Hoy en día estamos experimentando un cambio desde la vestimenta, desde vestirme como un artista urbano y cantar corridos y chamamé. Siento que ahora estoy encontrando mi identidad como Luciano Auad y así suena. Y también porque hay un equipo detrás que me está asesorando.

Buenísimo. Y también hablemos de “No era el tiempo”. Cuéntame cómo es la historia de la canción, cómo fue la composición, cómo fue el desarrollo de todo...

—Sí, la canción, bueno, trata de esta historia de que ya no funcionó, sin embargo, uno siempre se está preguntando si esa persona igual de repente se acuerda de uno. Los compositores son Ignacio (Quintupurrai) y Felipe (Catrilef). La música nació totalmente de ellos. La letra igual tiene muy pocas acotaciones mías. Ellos me entregaron la canción y yo la hice mía, la hice mi propia experiencia.

“Nosotros nos adaptamos harto. Un ejemplo: no teníamos un requinto mexicano, entonces con una guitarra de 12 la adaptamos para que sonara como un requinto. El acordeón también, algunas partes tienen acordeón a piano, en otras partes acordeón a botones. La batería es harto palo, harto solear ahí, pero suena bien, un poco saturado, así como la música urbana hoy en día. Y fue un desafío vocal la interpretación, porque yo antes cantaba súper bajo”.

Una nueva gira

Actualmente, Luciano radica en su natal Villa O’Higgins como encargado de cultura, sin embargo, a pesar de su trabajo, confiesa que la actividad musical no se detiene. Estrenará dos corridos, uno en octubre y otro en diciembre. Por otra parte, realizará una gira por Valparaíso y Santiago, donde confía en llevar esta nueva versión suya para llegar a un mayor número de personas.

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