Ha nacido un nuevo estereotipo en la música chilena: el cantante urbano que le dedica todos sus logros a la mamá.
La madre es una figura clave en la música urbana local, cuyos principales exponentes son chicos tan jóvenes que siguen apegados a ellas. Sin mencionar que, como buen latino, el hombre chileno nunca se aleja mucho de su mamá.
En el imaginario urbano, la madre representa lo contrario a la calle. Si la selva de cemento es la oscuridad, ellas son la luz. La mamá siempre intenta guiar por el buen camino, pero es ignorada por el hijo que sale a buscarse la vida.
En sus letras, los cantantes suelen hablar de sus madres con amor, pero la mayoría de las veces también lo hacen por culpa. Son usuales las disculpas por haber desobedecido sus consejos y por hacerlas sufrir a causa de malas decisiones.
Sin ir más lejos, entre las primeras canciones de Pablo Chill-E y Young Cister encontramos respectivamente “Mamá me dijo” y “Perdón madre”, ambas ilustrativas de la compleja relación entre los cantantes urbanos chilenos y sus progenitoras.
“No me importaba lo que dijera un fiscal, yo estaba más preocupado cuando tuviéramos que hablar” rapeaba un crudo Pablo. En tanto, Cister rima: “Perdóname por esas noches que no pudiste dormir, pero esto no lo hago solamente por mí”.
Las madres en la música urbana son sagradas porque, sin ellas, el desamparo sería total. Los cantantes coinciden en que son ellas quienes sacan adelante los hogares mientras los padres brillan por su ausencia. La historia de todo Chile.
Por lo mismo aparece en tantas letras la idea de regalarle una casa a la mamá. Se trata de un sueño común entre los cantantes, y cumplirlo una vez que el viento sopla a favor es uno de los mayores flexeos posibles dentro del género.
Hace pocos días vimos cómo Pailita lograba concretar ese anhelo. De todos los cantantes urbanos chilenos, ninguno ha sido tan público respecto al amor que siente por su madre, un rasgo decisivo en el perfil que cultiva públicamente.
Pailita es la versión más exagerada de este nuevo estereotipo: el cantante urbano que le dedica todos sus logros a la mamá. Una caricatura tan poderosa que ahora a los artistas del género siempre les preguntan en las entrevistas por “la mamita”.
Y si bien hay un sesgo clasista ahí, porque a Fran Valenzuela o Alex Anwandter nadie les habla de sus mamis, lo cierto es que la pregunta se usa para emocionar a los cantantes. Porque algo está claro: la mamá es un acceso directo al corazón hasta del más malote de los malotes.