“Me dijeron homosexual, llorón y cursi”: Jay Wheeler y los problemas de ser un romántico en el reggaetón

“Me dijeron homosexual, llorón y cursi”: Jay Wheeler y los problemas de ser un romántico en el reggaetón.

El boricua relató la importancia de su vida familiar en su carrera, cómo transitar en la vorágine de la industria, lo que alista para su segunda visita a nuestro país y las dificultades de cantarle al amor.

El reggaetón suele percibirse como un estilo carnal, pero algunos exponentes han tocado una tecla que fascina a los latinos: las canciones de amor. Tito El Bambino, Rakim & Ken Y, Makano, Chino & Nacho, Eddy Lover, entre otros, son artistas que han llevado ese ingrediente romántico al género. Entre los más contemporáneos, destacan Bad Bunny, Feid y también Jay Wheeler (30).

“La voz favorita” ha sabido especializarse en este sentido, y desde 2016 remó contracorriente en pleno auge del trap puertorriqueño. Su primer lanzamiento, “Ahora estoy mejor”, fue un spanish remix de “Love yourself” de Justin Bieber, una muestra de que el norte de José Ángel López Martínez era distinto al de sus colegas. Esta canción, inspirada en una ruptura, sumó miles de visitas en YouTube.

Wheeler, quien inició en la música en su iglesia tocando el piano y fue víctima de bullying por su timidez, empezó a destacarse en la escena musical de su país. DJ Nelson, uno de los productores más importantes del reggaetón, puso sus ojos en él y lo fichó para trabajar juntos.

En 2019 lanzó su disco debut, Platónico, con colaboraciones de artistas como Brytiago, Miky Woodz y Dalex. Un año después llegó el gran éxito con su segundo álbum, Platónicos (2020), que incluyó el hit “La curiosidad”, junto a su compatriota Myke Towers, con quien ha desarrollado una química musical especial.

Nuestro país no ha quedado ajeno a esta fiebre. Santiago es la ciudad que más lo escucha en Spotify, con un poco más de un millón de oyentes mensuales, sumado a un fiel y multitudinario club de fans en Chile.

Su estilo es distinto al del reggaetonero promedio, aquí no corre el sexo, drogas y reggaetón. En cambio, el cantante mantiene un podcast con su pareja, la cantante Zhamira Zambrano, y comparte su vida familiar en redes, donde postea momentos con su bebé.

Precisamente, por motivos familiares está viviendo en Miami después de pasar cinco años en Orlando. “Prefiero que mi hija se críe por lo menos cerca de algunos familiares, no quiero que esté lejos”, nos confiesa.

¿Cómo compatibilizas ser el padre de familia con el artista?

—No me gusta separar nada. No me gusta decir, como hacen muchos artistas, que soy de una forma en el escenario y otra con mi familia. Soy yo en todas partes. Por eso incluyo a mi esposa en todo: en los eventos, en las canciones, en mis discos. Me gusta que mi familia sea parte de mi vida. Lo único en lo que no me pueden acompañar es en las giras, y es porque, tristemente, la nena todavía no puede viajar.

Y hablando de Miami, hay una gran industria musical aquí, con letristas, productores… todo es una fábrica, ¿no?

—Es mucho más fácil hacer conexiones acá, todo el mundo viene. Hay muchos productores, muchos estudios. Aquí está todo accesible para el mundo de la creatividad, ya sea video, fotografía, moda. Miami se ha dedicado a eso. Es caro, pero si consigues buenas personas, aunque cuesten, te hacen un excelente trabajo. A mí me ha sumado mucho Miami.

“Eres un producto”

Jay Wheeler.

Estás en las grandes ligas, se puede decir. Llevas años lanzando discos y haciendo tours. ¿Cómo haces para que cada canción que saques siga siendo sincera y no solo un producto?

—Mira, desde el principio tienes que reconocer que, en cierta forma, sí eres un producto, porque la realidad es que la gente está enamorada de Jay Wheeler. En mi caso, como he demostrado en redes quién soy, la gente está enamorada de ambos mundos: lo que vive José Ángel y la música de Jay Wheeler.

“Si me preguntas cómo lo hago, se me hace más fácil porque ya al mundo entero le dejé saber: ‘Soy un producto, pero se enamoran de mí, o no les va a gustar el producto, porque el producto viene conmigo’”.

Uno lo ve también en tus podcasts, interactúas mucho con tus fans. Veo el fan club de acá en Chile, y es gigante, mucha gente te sigue…

—Sí, gracias a Dios. Digo que una de las fanaticadas más apasionadas y más lindas es la de Chile. Son muy cariñosos, respetuosos y amables. La primera vez que fui, les pedí que hicieran fila porque eran muchos, y todos respetaron. Me dieron muchísimos detalles y regalos. Recuerdo que me fui con una caja llena de obsequios, y aún los tengo en mi cuarto.

Tú eres un romántico, y eso ha sido como el gancho de todo. ¿Por qué crees que nos gustan tanto las canciones románticas o de despecho?

—Es lo más real que existe en el mundo. Puedes ser la persona más mala o la más buena, y aun así vas a estar enamorado en algún momento. Creo que por eso al mundo le gusta tanto la música romántica, porque todos lo han vivido, han sentido algo similar. Por más que alguien diga que no, es difícil no sentir nada cuando escuchas canciones de desamor o amor. Yo construí mi nombre en la música romántica y lo hice en un momento donde casi nadie estaba en eso. Me gustó ser la cara del romance.

El romance está a cuentagotas entre los reggaetoneros, la música urbana en general es un ambiente más masculinizado, más sexual. ¿Te llegaron críticas por cantar al amor o viviste algo así? Porque acá en Chile hay artistas de ese estilo que reciben insultos hasta homofóbicos...

—Pasé por todos esos insultos, me dijeron ‘homosexual’, ‘llorón’, ‘sentimental’ y ‘cursi’. Pero cuando eres diferente y lo haces bien, incomodas a la gente. Cuando haces lo correcto, el enemigo se encargará de hacerte saber que no le gusta y va a encontrar gente para rechazar lo que haces y tratarte mal.

“A mí nunca me importó eso, y gracias a Dios que no, porque seguí adelante. El ‘hater’ es tu ‘hater’ hasta que el artista favorito de él te respalda. Eso fue lo que me pasó a mí. Cuando me dieron la oportunidad Farruko, Nio García, Myke Towers, todo el mundo empezó a reconocerme. Al final, es cuestión de convencer a la gente”.

Un renovado espectáculo

Jay Wheeler.

Ya cerrando un poco, hablemos también de lo que preparas para Chile. No vienes solo a promocionar un disco, sino dos: TRAPPii (2023) y este último, Música buena para días malos (2024), donde volviste a una línea más romántica y melancólica, se podría decir. ¿Qué traes para Chile?

—Mira, tengo un show totalmente diferente al de la primera vez. Estuvo bien lindo, la pasamos brutal, pero me fui con una espina en el corazón. No quiero solamente ir y cantar, quiero que el fanático viva una experiencia, que sienta que está viendo una película dentro de un show. Me encargué de hacer un musical dentro de todo. Va a haber momentos en los que actúo, pasan cosas en el escenario y en la pantalla. Estoy seguro de que a la gente le va a encantar, este show les va a gustar mucho más que el del año pasado.

Me parece interesante, ¿habla de tu desarrollo como artista?

—Habla de algo totalmente diferente a lo que he hecho.

Y, por último, Chile es el país que más te escucha en Spotify. Somos muy poquitos comparado con Colombia, México, Argentina… ¿Cuándo habrá colaboración con algún chileno?

—Eso va a pasar muy pronto. Estoy hablando con dos o tres colegas de allá, ya verán. Pero, claro, de que va a salir algo, va a salir.

Jay Wheeler en Chile

El músico trae su TRAPPii Tour a Santiago este miércoles 13 de noviembre en el Movistar Arena, lo que marcará su segundo show en nuestras tierras tras su debut en 2023. Aún quedan algunas entradas disponibles vía Puntoticket.

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