Este baladista urbano mantuvo a su fanaticada embelesada durante sus dos horas de concierto, en el evento de mayor envergadura que ha realizado en nuestras tierras. En una noche especialmente dedicada a los fieles de las canciones que salen del corazón, de esas que siempre acompañan.
“Creo que por eso al mundo le gusta tanto la música romántica, porque todos lo han vivido, han sentido algo similar”, dijo Jay Wheeler en una entrevista con nuestro medio hace un par de semanas, en la antesala de su show del 13 de noviembre.
Una frase adecuada para resumir en parte lo logrado por el puertorriqueño en su segunda visita a nuestro país en el marco de su TRAPPii Tour.
Siendo una jornada en la que se echó de menos a un artista telonero, ya que son varios los exponentes “más sentimentales” que están emergiendo en la escena, como Kramps, Santi Valencia, Rocco, FaceBrooklyn y Daiko 02, quienes habrían calzado perfecto en el ambiente de esta cita.
Volviendo al espectáculo, el músico se presentó a las 21:12 horas, con las palabras de Arcángel marcando la introducción:
-”Siempre se me enseñó que el hombre tiene que perseguir el dinero | Porque aunque la plata no lo sea todo, hace la vida mucho más fácil | Pero no te confundas, que hay gente con dinero que son tan basura y pobre que lo único que tienen es dinero”.
Esta cita corresponde a la canción homónima del álbum TRAPPii, que, al igual que el tracklist de este LP, abrió el show mientras una verdadera pantalla de celulares iluminaba el sector cancha.
Wheeler apareció con pasamontañas, overol negro y una cadena temática del tour en el segundo piso del escenario, que asemejaba un suburbio boricua, acompañado de su guitarrista, bajista, corista y baterista, quienes cumplieron su cometido sin sobresaltos, además de un cuerpo de baile que tuvo mayor acción tanto al comienzo como en el cierre.
Con esta bienvenida y su primer golpe, el cantante se quitó la máscara para interpretar “Throwback”. Pero que el inicio al estilo trapstar no engañe: es bien conocido su coqueteo con el trap en los últimos pasos de su carrera, aunque siempre con ese matiz amoroso que lo caracteriza. No por nada muchos lo consideran el rey del reggaetón romántico.
Siendo el péndulo entre el amor y el desamor el leitmotiv que el puertorriqueño llevó a Santiago, el concierto fue un verdadero grandes éxitos. Era un repertorio en el que, en un brazo, se traían las flores y las cajas de bombones, mientras que en el otro se tenían a mano los pañuelos desechables, por si acaso alguna lágrima escapaba al recordar a un o una ex.
Jay lo sabe, y su público chileno, uno de los más fieles a su obra, también lo sabe: es un pacto. Para alguien más neutro, esta esencia melosa durante la mayor parte de las dos horas podría ser “empalagosa”. ¡Y qué importa! Sus fans más devotos corearon “Dime que sí”, “Desde mis ojos”, “Canción para mi ex”, “Eazt”, “Lugar seguro”, “Dícelo”, “San Juan” (una colaboración con Luis Fonsi) y “Decíle” (feat. Zhamira Zambrano, su esposa, quien incluso apareció en las pantallas en una especie de tributo).
La Arena fue un karaoke constante e intenso, con fanáticos entregándolo todo, mientras en las pantallas se reflejaba esa conexión. A pesar de la multitud, hubo varios momentos de intimidad entre el artista y su público, cantando con bases minimalistas. La audiencia, conformada en gran parte por parejas y más de algún despechado, fue el featuring perfecto.
Además, el aura de romance fue tal que incluso se pidió matrimonio en medio del concierto. El propio Jay agradeció a la pareja por elegir ese momento especial: “Muchas gracias por elegir este lugar para realizar este compromiso”, comentó, agregando que no había que tenerle miedo al amor, en una de las pocas interacciones que tuvo, ya que prefirió cantar para sus seguidores.
José Ángel López Martínez es un cupido de la canción, te guste o no. Más cercano a los baladistas de tiempos pasados que a un reggaetonero promedio con vida de rockstar.
Por otra parte, el show también tuvo actuaciones de “La voz favorita”, escenas cinematográficas y juegos de pantallas, además de tres cambios de vestuario, aspectos que se agradecen siempre, pero esa historia que se trato contar con un arresto y interrogatorio quedó a medio relatar en el transcurso.
Uno de los puntos más débiles fue una tripleta energética compuesta por “SOS” (un jersey club que no es de los mejores), la popera “Textos fríos” y el dembow “No confío”. Esta última generó el mayor movimiento. No obstante, aquí se vino a cantar al amor.
En el oscurecer de la velada, el puertorriqueño hizo un grafiti con la leyenda Chile y un corazón, para luego interpretar un clásico reggaetonero de la presente década: “La curiosidad”, que resonó en cada rincón del ex Arena Santiago.
Por si fuera poco, en un verdadero privilegio, para el trap-hit “Pacto” apareció Anuel AA, quien se encuentra en nuestro país por su gira. El artista emergió de sorpresa al más puro estilo de un Royal Rumble de la WWE. Desde sus primeros pasos, mostró lo electrizante de su presencia, generando gritos ensordecedores. Un obsequio para la ciudad que más lo escucha a nivel mundial a Jay Wheeler, según datos de Spotify. La cereza en este azucarado pastel
Al final de cuentas, fue un show necesario que vino a reforzar el amplio arrastre del músico en Chile, un encuentro imprescindible de 35 temas, manufacturado especialmente para ese fan acérrimo.
Setlist
- TRAPPii
- Throwback
- Repeat
- Dime que sí
- Anda sola
- Cero G
- ¿Quién carajo?
- Otro más
- Otra noche más
- Desde mis ojos
- Se rebeló
- La última canción
- Me enamoré
- Mensaje de voz
- Sin ti
- Canción para mi ex
- Eazt
- Lugar seguro
- Multiverso
- Maquillaje
- ¿Qué te pasó?
- San Juan
- Dícelo
- Te soñé
- Historia
- Viendo el techo
- Desnudarte
- Fragancia
- Aborrecio
- SOS
- Textos fríos
- No confío
- Si quieres amor
- La curiosidad
- Pacto (feat. Anuel AA)