No le pregunten a Diego Dinnamarco cómo lo hizo

Foto: Instagram @dinnamarco.

Diego Dinnamarco es el nombre del artista que probablemente empiece a sonar fuerte este 2024 gracias a su disco debut “No pregunten como lo hice”. Como ya empieza a hacerse habitual en un género de hebras elásticas y expansivas, el joven oriundo de Talcahuano maneja una mezcla de influencias improbables: de Nirvana a Fran Valenzuela pasando por Jonas Sanche y D´angelo.

Para Diego Dinamarca, cuyo nombre artístico es Diego Dinnamarco, el momento actual de la música en Chile es equiparable al que se vivió en los 60 y 70 con exponentes como, ejemplifica, Violeta Parra y Victor Jara. Otros nombres que corresponden a esa época son Congreso, Cecilia, Los Jaivas.

“Creo que estamos experimentando una nueva ola chilena”, dice en entrevista con La Junta Plus.

Elabora la avezada idea planteando que: “Hay una ola de artistas e ideas nuevas, y creo que obedece a una continuidad, a una línea de tiempo”.

Esa línea, o parte de esa línea, dice, puede tomarse desde Jonas Sanche (a quien Diego califica como al Kendrick Lamar chileno) y que luego avanza hacia artistas como Pablo Chill-e, Drefquila y Young Cister, para actualmente permitir la existencia de artistas más experimentales dentro del mismo género, como Kidd Voodoo.

“Al género urbano se le debe mucho, porque abrió las puertas para los que hacemos algo distinto”, afirma.

En una entrevista con la plataforma Emerge Música expresa su admiración por, además del mencionado Jonas, por otros nombres como Abrildefresa, Soulfia y Akriila.

Su colaboración más soñada, eso sí, puede sorprender a quienes suelen leer estas páginas dedicadas a artistas del género urbano: Diego Dinnamarco sueña con hacer una canción con Francisca Valenzuela. “Cuando la llegue a conocer voy a tiritar”, dice riendo.

Lo que te quiero decir con todo esto, o lo que quiere decir Diego más bien, es que Diego no es propiamente un “artista urbano” sino que coquetea, se infiltra en la escena, pero desde otro lugar. “Me identifico como un artista de R&B con aspiraciones de neo soul”, explica.

“Siempre quise que pasara este cruce. A mi me encanta el urbano pero no me siento yo haciéndolo. Sin embargo el público y la comunidad es algo hermoso, por eso pensé en conectar con los artistas que admiro”, le cuenta al periodista de La Junta Plus, Franco Pineda aka Franz Gotti.

Así es como en su muy buen recibido disco debut “No Pregunten Cómo lo Hice” (2023) hay colaboraciones por ejemplo con Santi Valencia, Facebrooklyn y quizá la que mayor rédito le ha rendido hasta la fecha: “Estaré ni ahí”, junto al artista revelación del año pasado: Kidd Voodoo, un tema producido por Fiz El Murciélago, Hnaudy y Ozok.

Sobre el ajetreado final del 2023 que tuvo Diego, le confesó a La Junta: “Mi vida se tornó un reality, despierto y digo que hueá está pasando. Es algo que nunca esperé, es decir, lo quería, trabajé mucho para que pasara, pero no lo esperaba así de pronto”.

UNA ENSALADA DE REFERENCIAS

No existe un momento en que Diego “se diera cuenta” que le interesaba la música, o que quería hacer canciones. Según explica en Emerge Música, sencillamente es algo que siempre estuvo ahí. Recuerdo que cuando tenía 4 años veía a un tío que tocaba guitarra y después el me mostraba cosas como Pink Floyd y Nirvana. “Desde ahí que me llamó la atención todo lo relacionado a guitarras, bajo, saxofón y teclado, en géneral los instrumentos”, explica.

Siguiendo con la idea de la línea de tiempo relata que empezó como fanático del rock. “Pearl Jam por ejemplo me encantaba, la voz de Eddie Vedder sobre todo. Me acuerdo que pasaba mucho tiempo solo, y buscaba en Youtube música con énfasis en instrumentos específicos, como por ejemplo “mejores canciones de bajo”, y así fue como conocí a mis artistas favoritos, como D’Angelo, Erica Badoo y Sade”.

Dos apuntes, cuando dice que “se acuerda” no es hace tanto tiempo. Diego tiene 21 años. El segundo es que además durante su adolescencia durante un tiempo tomó clases de baile flamenco. “Ahí conocí mi otro amor, esos adornos vocales, las voces agitanadas con dolor y sentimiento. Eso me cautivó y lo empecé a imitar”.

“Tengo una ensalada de referencias”, reflexiona y se ríe.

Otro punto importante en la historia de la biografía musical de Diego Dinnamarco es de carácter geográfico. Originario de Talcahuano, cuenta que llegó el 2012 a Santiago junto con su familia.

“Me gustaba mucho D’ Angelo y Nirvana pero cuando llegué a Maipú, me encontré con otro mundo. No por nada de ahí han salido artistas como Kidd Voodoo o Akriila. Ya en el colegio me encontré con mucha gente que quería cantar y muchos lugares donde el arte es muy amado y valorado”, contó en La Junta.

En Emerge Música cuenta que saliendo del colegio, en plena pandemia, entró a estudiar Música y Composición. “Pensaba que tenía que empezar a hacer cosas al tiro o si no la huevá no iría para ningún lado. Así que en las primeras semanas escribí en el grupo de Whatsapp del curso que quién me podía enseñar a producir, sin conocer a nadie por supuesto. El Fiz (el murciélago) me contestó y nos pusimos a trabajar altiro. Ahora somos como hermanos: a veces nos queremos sacar la conchesumadre y otras nos amamos”.

Así fue como Diego conoció a quien hoy es uno de sus productores principales. Además de sus estudios, cuenta que también trabaja los fines de semana en una cafetería.

“Tengo problemas con mi familia porque nunca estoy en la casa, así que me siento identificado con la canción de C Tangana ´Nunca estoy´. No es algo que yo necesariamente disfrute, es que me estoy sacando la cresta por lo que sueño y lo voy a seguir haciendo”, asegura en La Junta.

El cantante se reconoce como un trabajólico. “Creo que podría estar 24 horas seguidas trabajando, o en el estudio. Por eso me identifico con el concepto de desvelado, en ocasiones ha sido un problema, pero creo sobre todo en la disciplina y la constancia”, reconoce. El sueño de Dinnamarco es algún día hacer un show tipo Super Bowl, pero en el CAP, el estadio de Huachipato.

Una escena que describe el ímpetu con el que Diego trabaja por lograrlo es la historia detrás de la canción “Nirvana”, perteneciente a su disco “No Pregunten Cómo lo Hice”:

Me robaron un teléfono recién comprado, uno por el que tanto mis papás como yo pusimos plata. Sentí tanta frustración, no tanto porque me importen las cosas materiales pero igual tuve que reorganizar mis finanzas, considerando que todo mi trabajo artístico es autogestionado e invertí mucho en el disco como prioridad, entonces fue irónico lo que pasó. De vuelta a mi casa en metro, por suerte tenía un cuaderno y un lápiz, porque me puse a escribir esa canción como respuesta, de que pase lo que pase le seguiré dando”.

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