Ober: canciones luminosas desde los lugares más oscuros

Ober: canciones luminosas desde los lugares más oscuros.

Oriundo de Frutillar y con un origen ligado a la organización de batallas de freestyle. Matías Bustamante aka Ober es parte de la Bouncy Boys Band y está construyendo un seductor proyecto solista que ya tiene un disco publicado. Ober se las trae calladito.

Matías Bustamante aka Ober cuenta en una entrevista en La Junta Plus que en una oportunidad se acercó a su abuelo muy cabizbajo. El motivo era que le faltaban 50 mil pesos para unos equipos de grabación, que no específica. “Le conté pero realmente no le quería pedir plata, porque yo ya había juntado 100 mil y quería lograrlo solo”, dice.

Sin embargo, cuenta Matías, el abuelo sacó su billetera y le pasó esa cifra. “Me dijo que era solamente con una condición: que le pusiera weno”, recuerda emocionado.

La anécdota, que podría ser solo eso, cobra especial peso. Al tiempo después, el abuelo de Matías falleció.

Matías cuenta muy serio, compuesto, casi esforzándose por mantener la voz firme: “Frente a su ataúd, en la Iglesia, le dije que las cosas iban a pasar. Que lo iba intentar brígido. Cada vez que ha pasado algo, siempre pienso que es mi abuelo poniendo la mano”.

El año pasado, el joven lanzó su disco debut “Más roto que nunca”. Ante la pregunta de “¿Quién rompió tanto a Ober?”, contestó en estas mismas páginas:

“Yo creo que la vida misma ha hecho su trabajo para que este joven escriba estas cosas”.

En esa nota, el periodista Marco Oyarzún plantea: “Sus canciones están a corazón abierto y son una antena para comunicar lo más sensible de nuestro ser. Hace seis años lleva haciendo música y su trabajo es una excusa para aventurarse en una terapia en un mundo quebrado”.

“Más roto que nunca es una prueba fehaciente de su estampa, una carta de presentación que le dio el vamos a su carrera solista. Una placa que nace del amor a distancia, donde se pasa de la pasión, el extrañar al ser querido, hasta el deseo carnal. Perfecto para escuchar en esos momentos tranquilos y reflexivos”, propone Oyarzún.

En una entrevista con el canal Alto Estrato que data del 2023, detalla de dónde viene su historia con la música: “Mi principal influencia viene del rap, organizando batallas, hace 4 años. La idea era hacer música y conocer gente. Así nació todo. Con el tiempo pensé que si podía soltar y escupir rimas improvisadas, también podía hacerlo más elaborado, es decir canciones. Y se fue soltando todo, me empecé a superar. Creo que como escuchaba distintos estilos, eso me dio mucha versatilidad”, dice.

En La Junta profundiza en esa historia: “Las batallas se llamaban Frutirap. Le poníamos weno con unos amiguitos, por eso cuando empecé a hacer música algunas personas me cachaban. La verdad a mi no me gustaba mucho batallar, pero tenía amigos que eran buenos y me entusiasmaba tirarlos para arriba”.

Allí también contó que producto de la intensidad que le puso a esa tarea de organizar batallas, incluso repitió primero medio. Otro costo fue enfrentarse varias veces a la ley. “Muchas veces llegaban los pacos y amenazaban con llevarme preso”, asegura.

“Siempre me ha gustado rodearme de gente. Me gusta eso, compartir, soltarse, a mi me gusta expresarme, hablar, soy mucho de dar abrazos, me gusta eso”, dice en Alto Estrato.

De Frutillar a Buenos Aires

“Mi meta siempre fue esto que está pasando: que me reconozcan. Pero también quería salir de donde estaba, de esa vibra un poco estancada, como de pueblo chico, infierno grande”, comenta Ober en LJP sobre su migración desde Frutillar, primero a Santiago y luego Buenos Aires.

“Mi mamá me llama todos los días. Soy su único hijo entonces ha sido difícil, pero está feliz. Ha estado presente en todo lo que está pasando, mi abuela también. También tengo primos, me hace feliz verlos crecer, aunque sea a la distancia”, cuenta en Alto Estrato.

Cuando le dije mi decisión, hubo un silencio de unos 10 segundos, y luego confió en mí, ella sabe que tengo una mente fuerte. Por otro lado, ella es mi mayor apoyo, el más importante; es en quien confío plenamente y le cuento todo. A ella le gusta además mi música, sobre todo una canción que tengo que se llama “Freestyle de Chiquito”, complementa en LJP.

“Siento fuerte la falta de mi familia, pero la que he formado aquí me ayuda a superar eso, a sobrellevar el extrañar a mi mamá. Pero también tengo ese hambre, esas ganas de lograrlo, y eso me da impulso”, reflexiona.

En Alto Estrato complementa: “Las personas haciendo música de corazón tienen esa misión tirar, para arriba y entre todos”.

“Personalmente no me conformo, estoy muy agradecido pero quiero más cosas. Ha sido maldito todo lo que ha estado pasando, y hago seguido el ejercicio de mirar para atrás para analizar lo que va pasando. Creo que eso va construyendo lo que tú eres. Y creo que a toda la gente de la que me rodeo le debo harto, soy lo que soy producto de su influencia y su apoyo”, explica.

Actualmente Ober es parte de la Bouncy Boys Band, junto con Kuroh, Saint Cattiveria y el productor Maller.

En el primer disco hice un feat, y en el segundo ya soy parte de BBB. Las cosas se dieron de forma muy natural. Los chicos tenían la idea de formar una banda, pero había cosas que no estaban claras. En esa época, yo ya había venido recién a Santiago, y nos juntábamos a hacer música en la casa del Maller. Entre bromas y escuchando las pistas que nos mostraba, todo empezó a surgir; era como estar jugando”, dice sobre su ingreso a la banda, una que tiene alto nivel de proyección dentro de la escena.

“Estoy enfocado en lo que va pasar, en lo que tengo que hacer. La mente tiene sus carros y eso hace que a veces ande un poco estresado, pero me siento fuerte”, dice. Sobre su futuro, Ober tiene una imagen clarísima:

“Me imagino en una playa escuchando un álbum maldito que voy a sacar, en el caribe. en un lugar culiao exótico”.

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