Pancho Melo y su experiencia en video del reggaetonero Jere Klein: “Me pareció interesante descubrir un mundo que me parecía muy ajeno”

El reggaetón chileno ya es parte de la idiosincrasia nacional. No es raro ver a artistas de este estilo en festivales como Lollapalooza o Viña del Mar. Lo que hacen genera atención y son parte del inconsciente colectivo, convirtiéndose en ídolos para muchos jóvenes.

Uno de estos artistas es Jere Klein, cantante de 18 años que se ha destacado como una de las joyas del panorama local. A pesar de su corta edad, es un hitmaker con canciones que acumulan millones de reproducciones.

Asimismo, uno de sus recientes éxitos es “Chika Mala”, tema producido por Mateo On The Beatz y El Murciélago, que presenta un reggaetón con toques de lujo y deseo. Este single se encuentra en los rankings de importantes plataformas como YouTube y Spotify, sumando un total de 21 millones de reproducciones entre ambos sitios.

“Chika Mala” también ha dado mucho de qué hablar por su videoclip, protagonizado por destacados actores como Francisco Melo, Claudia Di Girolamo y Mariana Di Girolamo. Con una trama cinematográfica, el personaje de Mariana, una joven ejecutiva dispuesta a todo para conseguir lo que quiere, engatusa a su jefe (interpretado por Francisco Melo) para robar todo el dinero de la empresa y fugarse con la voz de “Ando” tras llevarse un jugoso botín.

El trabajo audiovisual fue dirigido por Ignacio Cruz, quien ya ha estado detrás de videos reconocidos en la industria, como “Privado remix”, “Yummy!”, “Coa xorete”, “Gata only”, entre otros.

“Fue notable, una gran experiencia desde el principio, desde el hecho de recibir la invitación, hasta conocer a Jere Klein. Lo había escuchado, pero no tenía referencias. No soy un seguidor ni un consumidor del género urbano”, comentó Pancho Melo sobre esta nueva experiencia para él.

“Me pareció interesante descubrir un mundo que me parecía muy ajeno. Por eso inicié esta travesía extraña y desconocida, pero la experiencia estuvo llena de luces muy brillantes. Desde todo el proceso de trabajo del equipo de producción, mi vínculo con Jere Klein fue mínimo, porque en rigor no me tocó compartir escenas con él. Lo conocí, nos cruzamos ahí, pero fue muy simpático”, agregó.

El actor de 58 años ha encarnado recordados personajes como David Valenti (El circo de las Montini), Diógenes Tobar (Sucupira), Rafael Domínguez (Romané), Chadi Abu Kassem (Los Pincheiras), Óscar León (Isla Paraíso) y, más recientemente, Manuel Toro en Al sur del corazón de Mega.

Melo contó que la productora Enefilms lo contactó y, tras hacer algunas preguntas, decidió aceptar el proyecto y dar el vamos.

A través de una llamada, el actor habló con La Cuarta, de primeras describió la experiencia como muy similar a la de grabar series o películas, ya que se rodó en planos, a diferencia de las telenovelas que es por escenas. “No lo sentí tan ajeno, era divertido el tema de la música de fondo, un poco para inspirar”, añadió.

—El video fue tendencia en YouTube, alcanzando el número uno en Chile y ya suma casi 8 millones de visitas...

—Gigantesco. ¡Cáchate, qué buena! Ese es un mundo, sin duda, que va más allá de lo que uno puede llegar a imaginar y es impresionante. Y seguramente va más allá de Chile. Es notable cómo el género urbano y su potencia y el alcance que tiene en las nuevas generaciones.

—El videoclip es casi como una película de atracos...

—Era cambiar un poco el estilo o el relato en relación a otros videos. Ahí es donde cabían perfectamente actores. El hecho de que esté la Claudia, que esté la Mariana, que esté yo, de alguna forma también podemos hacer un aporte dentro de cualquier asunto dramático.

—Uno mira los comentarios en YouTube y se da cuenta de que ustedes, como actores, son parte de nuestra idiosincrasia. Desde chicos a grandes los conocen. ¿Cómo se siente eso, especialmente en el caso de este video?

—El hecho de que te reconozcan quizás otras generaciones, otras audiencias, tiene que ver un poco con las teleseries que ya tienen otra sintonía. Ahora, todo el tema de las redes sociales es súper potente. Pero claro, es interesante encontrarse o comunicarse con las audiencias desde otro espacio. Y a mí me pareció una súper buena oportunidad que eso sucediera a partir de un video, formar parte de un video de un cantante urbano, que es chileno, que es joven.

El criticado género urbano

La música urbana ha estado en el ojo del huracán últimamente. El fallido paso de Peso Pluma y sus corridos tumbados en Viña 2024 fue la chispa que encendió todo. Con un contenido y relato que abordan temas como el narcotráfico, el sexo y los lujos, similares a los tópicos de varios exponentes chilenos.

Primero, con el respaldo de la Comisión de Familia de la Cámara de Diputados, se ingresó en mayo pasado el proyecto de ley refundido, el cual busca prohibir la realización de conciertos por parte de artistas que promuevan la narcocultura.

Después, siguiendo esta línea, en julio Contraloría emitió una serie de normativas que se aconseja deben seguir festivales, carnavales y conciertos municipales. Entre estas, se busca evitar que en estos eventos, financiados con recursos públicos, se incluyan o fomenten mensajes “contrarios a las garantías constitucionales, las leyes y los tratados internacionales ratificados por Chile”.

Esto abarca contenido que atente contra la vida, la integridad o la dignidad de las personas, que vulnere los derechos de niños, niñas y adolescentes, y que promueva actividades calificadas como infracciones o delitos, como la asociación ilícita, la trata de personas, el tráfico de drogas y el porte o uso ilegal de armas. De este modo, varios hits de la escena local y artistas no podrían ser parte de estos eventos, lo que ha generado debate.

—¿Pancho, qué te parece el género urbano o el reggaetón? Porque a veces es muy criticado. Incluso ahora, la Contraloría ha emitido normas para que no se puedan incluir artistas urbanos que hablen de armas o cosas similares en festivales.

—La sociedad ha ido cambiando en relación a cómo nos relacionamos y cómo nos comunicamos. Tiene que ver con nosotros, con la Ley Karin, con los lenguajes que uno debe o puede usar en distintos espacios. Ahora hay una comunicación compleja que tiene que ver con la libertad de expresión y la libertad de creación.

“Es una sopa muy compleja que creo que estamos aprendiendo a afinar. Sin duda, a veces, la ley se sobrepasa, como que el péndulo se va más allá y empieza a coartar ciertas cosas. Pero, por otro lado, también creo que es interesante instalar la conversación sobre cuáles son los temas a tratar. Me pongo en el rol de padre: ¿hasta dónde los jóvenes son capaces de digerir o recibir algunos temas?”.

—¿Crees que el arte debe tener límites?

—El arte no debe tener límites, pero el arte también tiene que hacerse cargo de la sociedad en la que vive. Un artista debe tener la libertad de expresarse, pero también debe tener conciencia y un contacto con las audiencias. Esas audiencias forman parte del fenómeno artístico en el cual uno está construyendo. Y ahí uno tiene la libertad, el cuidado y la responsabilidad de darse cuenta del impacto que puede tener la obra en cada persona.

—Y hablando de reggaetón chileno, ¿tienes tus favoritos?

—Para serte honesto, no soy muy reggaetonero, ja ja. Me he acercado con Rosalía, pero me siento un inexperto, un inculto feroz, aunque básicamente hay un respeto. A mí lo que más me sorprende de lo que sucede con el género urbano chileno es, primero, el impacto que está teniendo, no solamente a nivel nacional, sino también cómo llega a tanta audiencia tan rápidamente. El ejemplo está un poco en lo que sucede con este video, que ya tiene millones de visualizaciones. Eso me sigue sorprendiendo, me parece realmente fenomenal.

—Muchos chicos también vienen de las clases populares y medias...

—Claro, pero siento que esto es bastante transversal, evidentemente. Hay un lenguaje o una comunicación que genera sintonía con las clases populares, donde se sienten identificados, donde hay ciertas luces de esperanza también. Estos artistas se transforman un poco en figuras a seguir, en que se puede lograr, en que se puede llegar lejos, en que el arte es una posibilidad de ir más allá. Hay un trabajo que es bastante sano, que tiene que ver con poner música y, además, un relato que involucra un discurso social, sociocultural, político, económico, hay de todo en eso. Las audiencias jóvenes se enganchan y se aferran a estas figuras, no solamente por lo artístico, sino también por el contenido. Eso es muy potente.

—Y por último, Pancho, ¿te veremos nuevamente en un video de reggaetón si llega una buena propuesta?

—Sí, yo encantadísimo. Soy un gozador de la vida. Siento que cuando la vida te regala la posibilidad de formar parte de proyectos que, de alguna forma, se transforman en desafíos, eso es lo que me mueve a hacer las cosas. Ya llevo muchos años haciendo distintas cosas artísticas, pero nunca digo que no de partida. Lo que sí necesito es que primero se transforme en un desafío y sea capaz de conmoverme, de provocarme, que sea distinto, novedoso. Y si aparece uno, aquí estaremos.