A finales del 2013 se disputó una inolvidable y electrizante semifinal de freestyle, entre el argentino D-toke y Stigma. Este año, Cristóbal Palacios, MC referente y actualmente profesor, se enfrentará con El Menor en una modalidad de batalla escrita que promete volverse de culto. ¿Quién es realmente Stigma? Acá su historia.
Hace 11 años el freestyle en español vivió quizá su escena más emblemática. En la semifinal de la Red Bull Internacional disputada en Argentina se enfrentaban el local Dtoke con el chileno Stigma, oriundo de Santa Cruz, VI región de Chile.
Una durísima introducción donde el host no paraba de calentar al público gritando “guerra!” dio inicio a un más-que-tenso round de apertura que es imposible de volver a ver sin volver a revivir una rabia profunda y una sensación de injusticia. Dtoke finaliza su minuto dejando el micrófono en el suelo y descoloca a un joven Stigma.
En entrevista con Cayú el año 2020 reflexiona: “El Stigma del 2020 respiraría profundo, lo recogería (el micrófono) y se lo pasaría. Me enojé demasiado, debería haber rapeado nomás. El enojo en vez de ayudarme me desconcentró, pero aun así pienso que era para replica”.
El año 2021 contó a The Clinic la trastienda de ese imborrable momento. “Más que con él, estaba enojado con el mundo. Fue una frustración, estaba muy concentrado en ganar. Era parte del plan. Hubo exceso de fanatismo, también”.
“Ellos fueron a celebrar y nosotros nos quedamos en el hotel, en la pieza con los chilenos. Después nos vimos a las 5 de la mañana. Me acuerdo que nos abrazamos, todo bien. Nos cagamos de la risa. Somos amigos”, contó también.
Ese enfrentamiento terminó por cambiar las reglas de las batallas. A partir de ese incidente es que a cada MC se le entrega un micrófono personal.
En una reciente entrevista, por su lado, Dtoke se referiría a Stigma así: “Es un distinto, donde se para le prende fuego al escenario. Yo disfruto mucho verlo, es un verdadero fenómeno”.
La historia de Cristóbal Palacios aka Stigma comienza así: “Me gustó desde niño el hip hop. Primero escuchaba aggro con mis hermanos, me gustaba Papa Roach y Limp Bizkit. Cuando descubrí a Vico C empecé a escuchar rap, también coincidió con la irrupción de Internet. Me gusta Wutang. Krs One, Rakim, también el rap de Chile, de Venezuela y de Colombia.
“A los 12 más o menos me puse Stigma, me gustaba la palabra, la encontraba fuerte. Después vi la película Estigma y me gustó más. Con el tiempo he intentado encontrarle un significado mayor al nombre, pero creo que ya no pasó. Me lo cambiaría pero no puedo, voy a quedar así para la historia”, le contó riendo a Cayú.
Ahí dice que su primera batalla fue la BDM del 2009 o 2010. “Tenía 14 o 15 años. Pero en Santa Cruz no había batallas, así que iba una vez al año a Puente Alto a la BDM”.
A diferencia del común de los freestylers, y tiene sentido porque no es un freestyler común, la verdadera escuela de Stigma no fue en una plaza sino en una playa. Una letra que hizo toda la diferencia.
“A los 14 tenía un amigo de 17, Diego, que me acompañaba a la playa de Pichilemu, que se llenaba. Íbamos de piño en piño rapeando. En esos contextos, no podías insultar a alguien sin esperar que eso no se convirtiera en un pleito. Era más callejero, arcaico si quieres”, contó.
Con su grupo de amigos, rememora, iban a tocatas, había uno que bailaba break, después se iban a rapear. “Tuve una crianza muy ligada al hip hop. Para mí nunca fue una entretención, o un espectáculo, era algo muy serio, muy estricto, el rap era solo raperos”, afirmó.
Una vez que conoces su historia, quién es Stigma, la escena de verlo fuera de sí, al borde de perder el control cuando Dtoke pone el micrófono en el suelo, adquiere todavía mayor fuerza.
“Me costó entender que algunos colegas lo vieran como un deporte, ahora lo veo un poco más así también. Aprendí que no era necesario ser el más rapero del mundo, el más real. Ahí me reencanté con el circuito, cuando dejé de tomarme todo tan a pecho, por ejemplo que me sacaran la madre era algo intolerable” confiesa en esa entrevista por Zoom con Cayú, haciendo alusión al 2016, cuando tras una sacada de madre de Sony en la BDM, le tiró la oreja, contacto físico que le terminó costando la batalla.
“Es que para mí esto nunca ha sido un juego, con el tiempo me he empezado a divertir y disfrutarlo más, pero antes era un Mike Tyson”, reconoce.
La batalla que se viene
En tres meses se vivirá una jornada que promete convertirse en un clásico y que a 90 días ya está siendo presentada, cuando Stigma se enfrente en formato escrito de Barrabase a El Menor, calificado por el mismísimo Aczino como el sucesor del trono.
“Ojalá toparme con rap y barras, no pelás ni imbecilidades. Al Menor lo quiero y respeto, pero te digo: prepárate porque no voy a ir en buena onda como el 2019, sino más pesado. Ojalá que no te sorprendas y no perdamos el respeto, porque a mi me gusta mucho ser rapero, eso es ser inteligente y tener códigos”, dijo en uno de los videos de adelanto.
La batalla llega a 11 años exactos de la semi con Dtoke pero también a una década de la final de God Level, cuando cayó frente al hoy referente del rap latino, Akapellah, el venezolano que se enfrentó con Residente en un duelo de tiraderas con la canción “Tu no eres rapero”.
El 2013 y con 19 años, Stigma, fue campeón nacional de la Red Bull Batalla de Gallos.
“Me encantaría que escritores, MC, raperos, puedan participar de esta instancia. Encuentro que hay muchos CHR, Ricto, o Chystemc sería hermoso. Hay que buscar cómo dar esos cruces. La idea es motivar a hermanos y hermanas a darle, que la gente no se quede con lo que sabe de las batallas, si mi asistencia puede ayudar a los más puristas a abrirse a cosas así sería maravilloso”, agregó.
Profesor Stigma
“Más que ser un referente, me interesa ser una herramienta, me llena saber que he sido parte de este crecimiento. Sin embargo me gustaría ser un aporte, un puente, transmitir algo de sabiduría y de la semilla que me llevó a mi hacerlo, aportar al hip hop como cultura”, contó Stigma en una entrevista con el programa El Círculo el año 2020.
Ahí contó que durante la pandemia había comenzado a dictar talleres de hip hop. “Como un dojo”, lo calificó entonces.
En la entrevista con Cayú profundizó más en su veta de profesor:
“Lo que quiero hacer es lo que me hubiera gustado que me pasara a mi. Hoy puedo hacer ese taller y transmitir el hip hop como herramienta de desarrollo cognitivo, autoestima, desahogo. Lo veo como terapia, un ejercicio de liberar emociones”.
“En mi opinión, desde una perspectiva de fuera del espectáculo, creo que todavía no se dimensiona lo que puede ser el hip hop como herramienta pedagógica de canto, baile, diseño, música, escritura, pintura, etc”.
Ahí reveló lo que considera que es su mayor debilidad y su mayor fortaleza: “Mi mayor debilidad es la concentración, soy muy disperso. Mi mayor fortaleza por otro lado, es que soy entero rapero, le entregué mi vida a esto, estudio el hip hop y me dedico a enseñarlo”.
Con 29 años, Cristóbal Palacios tiene ya a su haber un par de cosas que compartir. En un post de diciembre del 2023, justo a 10 años de la batalla con D-toke, Stigma escribió un largo post donde recordó:
“Tenía tan solo 18 años por ese entonces y no di la PSU de ese año por ir a Buenos Aires a representar a Chile, mi vuelo era el mismo día y escogí el rap, seguí mi corazón en un largo y difícil camino pero aquí estamos una década después, con historias para escribir un libro (quizá lo haga)”.