“Desprendida de la realidad y convencida de que la fama es todo, Asadodefaso insinuó que Francia la expuso porque envidia su éxito”.
Semiconocida en Argentina por subir videos llorando y pidiendo que la mantengan porque no le gusta trabajar, Asadodefaso es una influencer que se caracteriza por mendigar online para costear su vida y la de sus hijos.
En el polo totalmente opuesto, Francia es una joven cantante chilena que lleva años de silenciosa labor en el under urbano porteño, donde no solo se desempeña como artista, sino también como organizadora de eventos.
Lo que une a estas dos mujeres tan distintas es “Tiempo”, la canción de Francia (con un ft de la también porteña Bby Gyvl) que Asadodefaso grabó y subió sin pedir ningún permiso, ni dar ningún tipo de crédito.
El único acercamiento entre ambas fue el DM que Asadodefaso le envió sin respuesta a Francia, desinteresada en asociarse con alguien de tan mala reputación. Luego de eso, la argentina simplemente actuó por las suyas.
Ante el reclamo de Francia, Asadodefaso insistió en que de trataba de un “homenaje” y justificó la omisión de los créditos originales de manera insólita: diciendo que ella no le hace publicidad gratis a nadie. Lógica de influencer.
De artista, nada. Mostrando su verdadera cara luego de ser expuesta en las redes por Francia, una hastiada Asadodefaso ninguneó públicamente el conteo de visitas del tema original y la calidad de under de su autora.
Desprendida de la realidad y convencida de que la fama es todo, Asadodefaso insinuó que Francia la expuso porque envidia su éxito. En el peak de su delirio, también dijo que la chilena debiese estar agradecida de ella (?).
Como guinda de la torta entre tanto desprecio, el crédito que finalmente Asadodefaso colocó de mala gana en Spotify está atribuido erróneamente a “Francia Bby Gyvl” como si las dos cantantes fuesen una sola artista.
Además de mostrar la diferencia entre una persona sin ética laboral y otra que sí la tiene, el impune atropello de Asadodefaso a Francia revela lo desnivelado que está el terreno para los cantantes que no son influencers.
La industria musical y las redes sociales están premiando a personajes como Asadodefaso y manteniendo en las sombras el esfuerzo de obreras como Francia. Para cada vez más artistas, Black Mirror ya no es una ficción.