Wekitos

Los 4F y Gino Mella.

“Sospecho que esto de tildar de wekitos a los artistas es un backlash cultural, es decir, una represalia frente a la corrección y el buenismo impuestos a la fuerza en los últimos años”.

Está de moda decirles wekitos a los cantantes urbanos más melódicos y románticos. En lo personal, a mí no me hace gracia el término, pero no estoy aquí para condenarlo, sino para filosofar un rato sobre su uso en expansión. Y es que si hablamos un idioma tan rico en palabras, ¿por qué tanta gente eligió justo una sacada del diccionario homofóbico chileno?

Dudo que sea una casualidad. Sospecho que esto de tildar de wekitos a los artistas es un backlash cultural, es decir, una represalia frente a la corrección y el buenismo impuestos a la fuerza en los últimos años. Además, lo interpreto como una prueba concreta de que los discursos ligados al progresismo no permearon del todo en la sociedad.

Que le digan wekitos a los cantantes no es la única señal. Cuando miro la foto grande, más allá de la música, veo que esto pasa de manera simultánea a la reivindicación de figuras como Eduardo Bonvallet (un pinochetlover de tomo y lomo) o de personajes del Morandé con Compañía (el programa ícono del humor facho) como Popín.

Siento que los vaivenes morales de Chile se reflejan en esta problemática elección de palabras a la hora de hablar sobre artistas como Gino Mella o Los 4F. Hace cinco años, con la cuarta ola feminista en pleno vigor y el estallido social a la vuelta de la esquina, era impensable que el término wekito pudiera resurgir. Pero mira dónde estamos ahora.

Las ideas normalmente se mueven así dentro del tablero: dos espacios para adelante y uno para atrás. Creo que nos encontramos justo en el momento del retroceso, a la espera de un nuevo avance. Cuando ese minuto llegue, seguramente el uso de la palabra wekito será tan desaprobado como ahora lo son las tallas homofóbicas de nuestros tíos.

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