Pasa que me enamoré de otra persona. Ella me ha estado esperando por más de siete años. Me junté con ella el viernes y me las lloré todas. De verdad, estoy enamorado hasta las patas, no lo voy a negar, doc.
Doctor Cariño:
Le escribo para contarle mi historia. La verdad es que estoy entre la espada y la pared. Estoy con mi pareja hace más de 10 años, tengo un lindo hijo de ocho y ella, por su parte, tiene uno de 12.
Hace poco me compre una casa grande y todo bien. Mi mujer está muy feliz con eso y los arreglos, pero el problema soy yo... Es que no estoy enamorado de ella y no quiero contarle, porque le rompería el corazón.
Pasa que me enamoré de otra persona. Ella me ha estado esperando por más de siete años. Me junté con ella el viernes y me las lloré todas. De verdad, estoy enamorado hasta las patas, no lo voy a negar, doc. Daría la vida por ella y eso me tiene más ahogado que la cresta.
Deme un consejo: ¿me quedo con mi pareja o me la juega por la otra? Sea sincero, por favor. Gracias.
Mauricio
Mauri:
Créame que su problema es un típico chilensis, de esos que no se ponen bien los pantalones. Prefiere hacer la del bandido y evitar enfrentar su realidad: está enamorado de la otra, pero teme dejar a la que tiene en casa. Y ojo, esto es viceversa.
Pero usted fue más allá, su pajarón, porque aparte de tenerla clarita hace rato se le ocurrió solidificar aún más su relación comprándose su tonta casa. Y bien grande, tan grande como su cara de... Es para aplaudirlo, oiga, pero en los cachetes.
Se la hago simple. Se deja de andar llorando y corta, de frentón, a la una o a la otra. Pero deje de andar jugando a dos bandas, mire que el concierto es largo y usted tiene un niño de ocho años y otro de 12 que no tienen culpa de tener un papito tembloroso y llorón. Chao nomás.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com