Me casé hace dos años con una mujer estupenda, joven, adicta al sexo como me gusta a mí. Lo pasé muy bien hasta hace dos meses, porque desde que me echaron...
Doctor Cariño:
Me casé hace dos años con una mujer estupenda, joven, adicta al sexo como me gusta a mí. Lo pasé muy bien hasta hace dos meses, porque desde que me echaron de mi trabajo no me habló más, no me pesca nada y lo único que hace es hablar con sus amigas y los gallos del gimnasio donde entrena.
Creí que fue por estos días de encierro, pero cuando le hablé me señaló sin arrugarse de que ya no le servía, porque no genero plata. Es extraño todo esto, pues le he dado de todo. Tiene auto, ropa, plata en su billetera y ahora me cortó después de todo lo que le he dado y todo lo que he hecho por ella.
Estoy desilusionado y deprimido.
Fede
Federico:
Súper fácil y no se habla más. Agarre sus cosas y deje a la mujer que le chupó hasta los calzoncillos. Acá no hubo amor, sólo interés por su billetera. Así nomás. Le metieron el quetejedi en el ojo y no puede reclamar. Vaya a la FIFA nomás, mi rey.
Por lo pronto, agarre sus cositas y échese el pollo. Regálele todo lo que tiene en la casa a lo macho nomás. Confío en que encontrará un trabajo bueno y volverá a renacer. Ojalá que sea en compañía de una gran mujer que no sólo vea las cosas materiales.
Hágase el fuerte y aguante el sexo solito. Con imaginación.
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