Doctor: 

Me desespero con el manso ni que drama, que me da hasta vergüenza y por eso es que se lo cuento con mi seudónimo.

He pololeado como veinte veces. Ya cumplo 45 años el próximo mes. El problema es que todo comienza bien con las mujeres, hasta el tercer mes, donde aparecen las caricias, los besos fogosos y termina uno en la cama.

Yo le hago todo el empeño, pero sufro del enanismo donde usted sabe. Se han reído en mi cara, no he funcionado y algunas veces he andado bien. Dicen que el tamaño no importa, pero yo, sinceramente creo que eso es una estupidez, pues me han humillado en mi cara.

Se han mofado de mí en un motel, he sido comentario de pasillo del colegio y después del instituto. Hasta en una discoteque me molestaron por culpa de una cabra bocona.

Ahora estoy solo y más amargado. He pensado en operarme, pero la plata cuesta y es carísimo. Estoy RIP.

XXX

Señor Triple X:

No estoy de acuerdo con usted eso de que el tamaño  importa. Es más, lo bueno viene en frasco chico. En el amor se utilizan todas las armas. 

¿Ha escuchado hablar de peinar la cancha, del hombre araña y de un sinnúmero de técnicas que sirven para hacer feliz a su hembra? Me parece que no. Eso es falta de mundo y usted tiene cero. Pregúntele a Michael Douglas qué ha hecho. Como no le va a responder, porque está en Chuchunco city de Gringolandia, yo le voy a explicar. 

Él hace todo lo que una mujer ni se imagina. Acuérdese que hasta le dio cáncer a la garganta de tanto hacer gárgaras de amor. Usted juegue por ahí y después remata con el maní muerto. Pero el meneo, la pasión, las ganas, su respiración, hace todo. Para que no se urja. Prepare bien la cosa antes de llegar y jugar al cuerpo a cuerpo sin ninguna previa. El preámbulo es excitante y hermoso para una pareja que se quiere. Eso es mejor que cualquier hombre dotado. 

En serio, hijo.