Doctor:
Estaba en una fiesta, bailando como un trompito, sin pescar para nada a la mujer que me acompañaba en los movimientos. Cuando la miré para ver si pasaba algo más, me di cuenta de que estaba bailando solo.
Ella se choreó porque yo estaba en otra. Y no es la primera vez que me pasa eso, doctor. Agarro moto con el ritmo y me olvido de la acompañante. Esta vez la salí a buscar y cuando la encontré me dijo que virara, pero le dije que por favorcito me permitiera un lento, que mejor lo bailábamos en otro lado.
Y nos fuimos a su depa, bailamos uno despacito y terminamos en su cama colchón King Size. Y pucha que es buena para el dancing del amor. Me dejó loco.
¿El lío? Es que estamos juntos, pero me tiene prohibido darle a mover las patulecas, salvo lentos para que acabemos en su colchoncito.
Pero me muero por tirar las patas y estoy que me arranco a bailar con unas amigas. ¿Voy?
EFRAÍN
Don Efra:
Está bien que sea capo para el dancing, yo también lo soy y ¿sabe qué dicen de los buenos bailarines? Que somos secos para moverse en el ring de cuatro perillas.
En fin. La idea es que reprima esas ganas locas de salir a mover el esqueleto y sacudirse las pulgas con otras, porque, sabiamente, su compañera de lentos cacha que puede salirle alguna loca buena para lo mismo y termine perdiendo feo.
Lo otro es que saque a bailar a su pareja, pero sea más preocupado por ella, mire que los buenos bailarines nos damos la pega de hacer que ellas sean el centro del movimiento. ¿Cacha? Pruebe que el tremendo bailarín para que su pareja se luzca. Si lo logra, tendrá más y mejores rounds de cachacascán.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com