Doctor:
Eso de que uno se vuelve loco cuando ve un programa de televisión, una teleserie o una película, es verdad.
No sé qué me pasa, doctor. Desde que partió Las Vega’s, en Canal 13, no me la he perdido.
Pero paralelamente me picó un bichito demasiado fuerte. Cuando vi al Mario Horton mandando a la cresta a su papá y a su polola, porque quería dedicarse a ser vedetto, me miré al espejo y también me di cuenta que valgo callampa con lo que estoy haciendo.
Trabajo en una panadería, me levanto a las tres de las mañana para quedar empolvado con harina, cuando hago pasteles no quiero saber nada con el manjar ni los aromatizantes dulces y estoy chato con las empanadas de pino.
Tengo mi pinta y le juro que iría a una parte donde podrían hacerme un casting y bailarle a mujeres.
De pequeño voy a la piscina y, por ende, luzco su tremenda espalda, los dientes los tengo medios piteados, pero con un tratamiento quedaría impecable.
Pero mi pregunta es ¿está bien tomar una determinación así?
Juan Caño
Mire mi niño:
Le publico su carta, pero huele a grupo. Tengo tanta experiencia en el amor y demases que cacho al tirante cuando alguien engrupe con una carta.
Pero voy a ser profesional y haré como que me la compré todita, Juanito. Uno es dueño de hacer lo que le plazca si se está descontento con su actual pega. Claramente que lo de Las Vega’s es una teleserie y no debe pensar que a los vedettos les llueven las minas, viven en departamentos lujosos y reciben turronadas de plata. De la tele se puede esperar cualquier cosa, pero usted sabe que en los martes femeninos los vedettos a veces deben bailar por 15 lucas y después se van todos arañados para la casa en micrito. Hay algunos a los que les va bien, pero no a todos.
Si es vedetto debería aprovechar su oficio y disfrazarse de panadero. En el segundo baile se saca una marraqueta de la zunga y en el tercero se rompe la polera hecha de sacos de harina. Eso sí, antes debe ir al dentista a arreglarse los chocleros o, de lo contrario, bailar con la boca bien cerradita. Un dato, en el Passapoga hacen clases de caño por 30 lucas. Son cuatro sesiones y queda cachilupi.