Se cansó de ponerle los cuernos

Doctor:

¿Cómo está? Trataré de hacerla la más corta posible. Estoy pololeando, pero no sé si amo a mi polola. Desde hace semanas que la estoy evitando, que algunas cosas me molestan. Como que quiero estar solo. Y además apareció una ex, la de años en la etapa universitaria. Y que sé que me quiere de vuelta. Bueno, le soy sincero: nunca se fue. El año pasado aprovechamos un par... unas cuantas veces, después de la cuarentena, para vernos y recordar otros tiempos. Ambas me ofrecen todo su amor y sufren por mí.

El tema es que no sé si pueda estar con alguna. Me da miedo patear a mi polola actual, me atormenta saber que la haría añicos, pero también sé que la cagué y que es lo mejor. Y respecto a la otra muchacha: me insiste, me busca, me ofrece de todo. Lo he pensado... pero si la vez anterior no funcionó, ¿por qué ahora habría de hacerlo?

Dígame, doctor, qué haría usted.

Francisco

Francisco:

A ver Panchito: por pajarones como usted, es que nos ven como nos ven. No hace falta que lo diga, pero además de caliente, es cobarde. Pobre de su polola. Y pobre de usted, mi amigo, que así nadie lo querrá. Mejor deje de ponerse excusas y sea hombrecito: si no es capaz de decir la verdad y más encima no la ama, no la haga sufrir más, no se merece a esa dama. A la otra tampoco. De hecho, merece lo peor. Pero bueno. Quizás un tiempo solo lo haga sentar cabeza. Califa.

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