Todos los días mi marido me va a dejar al trabajo de puro celoso. Cree que estoy saliendo con un compañero y yo no he hecho nada. Sólo voy a almorzar, me río con él porque es muy simpático y el día de su cumpleaños le regalé un par de calzoncillos.
Doctor Cariño:
Todos los días mi marido me va a dejar al trabajo de puro celoso. Cree que estoy saliendo con un compañero y yo no he hecho nada. Sólo voy a almorzar, me río con él porque es muy simpático y el día de su cumpleaños le regalé un par de calzoncillos. Eso fue lo que gatilló la ira de él, mi esposo, quien me increpó y me lloró y se arrodilló para que nunca más vaya a trabajar.
Creo que él está exagerando las cosas, pero por otra parte sé lo que debe sentir al verme tan contenta con ese hombre. Es que mi marido es fome, amargado, pero lo amo igual. El problema es que este tema me perturba y a veces me dan ganas de mandar todo a la chuña. Dígame qué hacer.
Malú
Mi reina:
Ninguna persona, por muy celosa que sea, puede obligarla a dejar su trabajo. Usted se ha portado bien, no tiene nada que temer y por un afán del hombre que la llevó al altar no se le ocurra abandonar su trabajo. Basta con que le aguante su enfermedad y los gritos de celos, pero al nivel máximo es imposible.
Agárrelo de un ala, preséntele a su compañero para que lo conozca y al día siguiente lo agarra de nuevo y se lo lleva a un terapeuta familiar. La inseguridad en una pareja es muy peligrosa, y con los antecedentes que me cuenta del hombre esto da para tratamiento sí o sí. El debería aguantar ir a una terapia, de lo contrario dele el filo nomás. Usted no está para un cuestionamiento constante. Eso es acoso.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com