Doctor:
Estoy muy complicada porque perdí al padre de mi hijo. Nos conocimos hace un tiempo en la pega, nos enamoramos y al final aperramos.
Pero el problema fue cuando nació. Él se apartó de mí, nunca más nos pescó y nos separamos. He sufrido demasiado, más aún cuando volví a mi trabajo porque caché que anda con otra colega. Se pasea delante de mí y me saca cualquier pica.
Y ahí es donde se me sale el indio. Pero es el taita de mi cabro y aún me pasan cosas en la guata cuando lo veo. Sin embargo no observo que a él le signifique algo. Ayúdeme doctor.
Karina
Mijita:
No gaste más manos para escribir esta carta sufriendo por un compadre que vale lo que es callampa. Pero ya lo hizo. No tiene sentido sufrir por un gallo que no está ni ahí con su hijo y más encima la gorrea a sólo meses de que usted lo parió.
Eso es ser mala leche, más aún sabiendo que volvería su ex a trabajar y en su nariz le saca pica con una pendorcha del mismo laburo. Mal. Súper simple, no lo acuse con su jefe, pero pídale que le cumpla con la plata para el niño y si no lo revienta en tribunales, porque gallos como éste son malos para pagar también.
Por salud mental le recomendaría que buscara otro trabajo para evitar su sufrimiento, que afortunadamente será pasajero. Ya se dará cuenta que mejor es estar solita que mal acompañada.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com